Lila Downs da emotivo concierto en el Auditorio Nacional rodeada de cempasúchil y calaveras
COBERTURA. Como parte de Dos corazones tour, la cantante realizó un homenaje para los difuntos y en especial, a Paul Cohen, “mi pareja del alma”
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Lila Downs en el Auditorio Nacional.
La Reina Mixteca se impuso en medio del escenario del Coloso de Reforma este 1 de noviembre para celebrar la tradición del día de muertos, recordar a su esposo Paul Cohen y presentar su nueva producción, La Sánchez. Acompañada de una banda norteña, bailarines de danza folclórica y diversos artistas, Lila Downs despertó el fervor de sus fans en cada interpretación.
La noche se abrió paso con “Clandestino”, cover de Manu Chao que con su ritmo de cumbia vallenato, es una enérgica declaración sobre el sufrimiento de los migrantes. “Que honor para mí estar en esta noche con ustedes, mi México”, saludó la cantautora, antropóloga y productora a los presentes y agradeció la compañía en la ofrenda dedicada a Paul, “mi pareja del alma”.
Continúo con un bloque de canciones de su nueva producción. Temas como “Conjuro”, “Fuiste feliz”, “La curación”, “Toda la noche” y “Mandimbo”, en un primer plano hablan de despecho y desamor, pero guardan el concepto de la reivindicación de la soledad de la mujer. Un punto clave, que ha señalado en entrevistas, es que lo dedica a las mujeres de su familia, su abuela y su madre.
El primero de los invitados fue Isaac Montijo, que con vigorosos pasos hizo sonar los cascabeles en sus tobillos para salir detrás del telón con su canción “La coraseca”. El cantautor originario de sonora busca resignificar y dar mayor visibilidad al mayo, etnia a la que pertenece. Su estilo consiste en ritmos tradicionales y letras con la lengua indígena fusionadas con cumbias, ska, rock y mariachi.
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De un vestido negro vaporoso con una cola larga, Lila Downs pasó a una minifalda con estampado de animal print vacuno, botas plateadas brillantes y un cinturón con tiras largas de ixtle. Continúo el show con “Vas de salida” y “Tortolita” antes de llamar a Amandititita, para interpretar “Solita solita”, un manifiesto de amor propio tras la ruptura de una relación. Por su parte, La reina de la anarcumbia, salió al escenario con un ensamble de mangas y una falda de tul rosa con muchas capas y listones neón en sus dos trenzas.
La Sanchez es un disco que explora una variedad de ritmos dentro del regional mexicano y que construyó a lado de su esposo y productor, que lamentablemente falleció en diciembre del 2022. Este hecho, la llevó a internalizar el concepto de la mujer solitaria desde su propia experiencia y usar la música como un medio para sanar. Durante su presentación en el Auditorio Nacional, a pesar de que es reciente la salida de este material, sus fans corearon con mucha emoción los temas “Ni maíz” y “Dos corazones”.
“Tengo la fortuna de haber nacido en Oaxaca y recientemente me preguntaron, ¿a poco ustedes en el sur también cantan norteñas?, claro que cantamos norteñas y también oímos a José Alfredo Jimenez”, compartió antes de interpretar “El último trago”. Para este momento sumó a su atuendo un rebozo, símbolo de la mujer mixteca que se usa tanto en la fiesta como en el luto.
Para cantar “La cumbia del mole”, invitó a Sara Curruchich originaria de Guatemala, que escribe e interpreta canciones en Kaqchikel, lengua perteneciente a la familia maya. La fiesta continúo con “Mezcalito”, donde expresó “¡Vamos a celebrar con cumbia y danza a nuestros ancestros!”.
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“Un saludo a los pecadores, a los Una sangre, a los tequileros y los liladownsfans, muchas gracias, que nos venimos encontrando desde hace más de 20 años”, mencionó en señal de agradecimiento a las comunidades de seguidores. Tanto es el aprecio por la cantautora que llegaron del norte y sur del continente exclusivamente a ver su espectáculo.
Después de una pausa donde fue fuertemente aclamada por todo el recinto, regresó con “La cruz de olvido”. Bajo esta mística del día de muertos, se escuchó “Viene la muerte echando rasero” y “La Llorona”. Para un cierre con gran regocijo la artista oaxaqueña se despidió con “Son del chile” rodeada de sus músicos y bailarines, unos con trajes y pasos de danza folklórica y otros que hacían alusión a la cultura de los cholos.
El ambiente festivo que rodea el ritual mexicano inició desde horas antes del concierto con una ofrenda colaborativa donde los asistentes colocaron mensajes a sus difuntos. Destacó el genuino aprecio de los fans que vestían trajes típicos de diferentes regiones de México y algunos pintados de calaveras. La celebración finalizó con todos de pie, bailando y agitando su pañuelo al ritmo de “Cariñito”.
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