Adiós a la primera actriz Adriana Roel: “Yo no presto mi cuerpo a los personajes, les entrego toda mi existencia”
Amante de la actuación desde niña, logró una trayectoria de más de 60 años en cine, teatro y televisión que la llevaron a ganar el Ariel en dos ocasiones y el reconocimiento de la comunidad artística
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Aún no se han dado a conocer las causas de su deceso, solo se sabe que murió rodeada de sus seres queridos.
“Yo no presto mi cuerpo a los personajes, les entrego toda mi existencia”, dijo la primera actriz Adriana Roel en una entrevista sobre su trayectoria hace unos años para reflexionar sobre el oficio que le permitió tener una carrera que rebasó los 60 años. Ese lema no solo era su manera de enfrentar a los personajes sino también su método de enseñanza.
Este jueves se dio a conocer la noticia de su deceso a los 88 años de edad, a través de un comunicado emitido por la Asociación Nacional de Actores (ANDA) en su cuenta de Twitter: “La Asociación Nacional de Actores lamenta profundamente el fallecimiento de nuestra compañera Rosa María Gordeas ‘Adriana Roel’, miembro de nuestro sindicato. Nuestras condolencias a sus familiares y amigos. Descanse en Paz”, dice el mensaje.
La intérprete nació el 5 de julio de 1934 en Monterrey. Hermana del famoso cantante César Costa, su interés por la actuación surgió desde temprana edad a los nueve años mientras estudiaba danza y era solista en el Ballet de México y en el Ballet Moderno de Bellas Artes. Más tarde realizó estudios de Teatro en el INBAL.
“Desde niña me pensaba como actriz, pero era mi secreto, no lo expresaba. Tuve la fortuna de conocer a un camarógrafo bastante mayor, Hugo Moctezuma, quien me dijo: Tú tienes que ser actriz, tienes que buscar a Seki Sano... Y empecé a buscar a Seki Sano”, dijo en otra charla la actriz sobre el inicio de su historia en el histrionismo acercándose a uno de los grandes maestros de la actuación.
Así fue que inició su carrera como actriz en 1957 en la obra Los frutos caídos dirigida por el maestro Seki Sano. Posteriormente, se trasladó a Francia para estudiar en el Conservatorio de Arte Dramático, teniendo como profesores a leyendas del teatro francés como Jean Perymoni y Jacques Lecoq. Después de unos años fuera del país regresó a México para sumarse a las filas de Televisa y debutó en televisión en 1960 en la telenovela Espejo de sombras.
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En cine debutó el año anterior en la película Mi esposa me comprende. Desde entonces ha participado en diversas películas, entre las que destacan Días de otoño, La loba, Fin de fiesta, Renuncia por motivos de salud, De muerte natural y Crónica de un desayuno, entre muchas otras.
Cabe destacar que en televisión posee una carrera igual de extensa en telenovelas, entre las cuales se cuentan San Martín de Porres, Viviana, Juana Iris, El extraño retorno de Diana Salazar, Si Dios me quita la vida, Huracán y Amarte es mi pecado, entre muchas otras. Sin embargo, su mayor pasión fue sido el teatro, ha participado en más de 40 puestas en escena durante su carrera, entre muchas otras están La Posadera, El Toque del Poeta, Juego de Reinas, Alpha Beta, El Hombre Elefante, Cada quien su vida, Sonata de Otoño y Rita, Julia.
Para Roel existe una fórmula mágica, pero cree que el éxito de una película o una obra de teatro radica en sus historias y sus personajes, que el actor pueda identificarse con esos personajes, sin que esto signifique que haya vivido las mismas situaciones, pero sí que las emociones sean tan reales que las pueda transmitir.
En otra entrevista realizada para El Financiero, se reconoció su amplio rango dramático que la llevó “lo mismo en una cinta de culto como Alucarda, la hija de las tinieblas (1978), que en Anacrusa (1979), sobre los movimientos estudiantiles, o en la más reciente película en la que apareció, No quiero dormir sola (2012), en la que interpreta a una actriz alcohólica en el retiro y afectada por la enfermedad de Alzheimer”, dice el texto y se destaca que precisamente el personaje central de esta última película lo diseñó la cineasta Natalia Beristain “con ella en mente”.
En ese texto se destaca también que ella inspiró a otros creativos importantes: “Hugo Argüelles le escribió en 1982 la farsa El cocodrilo solitario del panteón rococó, que no pudo estrenar, pero sí actuó en otra pieza que Argüelles le dedicó: La boda negra de las alacranas, a principios de los 90”, dice el texto. Además, Benjamín Cann escribió para ella Rita, Julia, y Beatriz Martínez Osorio, la obra Lou, la sibila de Hainberg.
Imagen del momento en que ganó su segundo Ariel.
Sólo el fallecido Vicente Leñero tuvo que dejar en proyecto una obra para ella. La actriz cuenta que la buscó en su casa y le habló del tema, que a ella le entusiasmó. “Pero mi ex marido, que era muy celoso, se puso fúrico y me quedé con las ganas de que Leñero me escribiera algo”, lamentó la actriz.
En 1979 ganó el Premio Ariel a mejor actriz por su trabajo en la película Anacrusa y también en 2014 por su actuación en la película No quiero dormir sola: “Tengo 56 años de actriz y haber vuelto al cine significa mucho, dedico este premio a mi familia y a mis amigos de carrera, gracias por estar conmigo”, dijo al recibir su segundo premio.
Finalmente, en el 2007 fue homenajeada en Los Monólogos de la vagina, obra en la que participó en los 2000 acompañada de grandes personalidades del mundo de la actuación nacional, asimismo durante más de 50 años de carrera tuvo la oportunidad de compartir créditos con personajes como Arturo de Córdova, Libertad Lamarque, Marga López y Silvia Pinal.
“La actuación es mi forma de expresión de vida, es lo que yo elegí para expresarme. Es un arte... cuando está bien hecho. El canto se convierte en un arte cuando está bien hecho, o el baile, el tocar un instrumento o lo que sea. Lo mío fue ser actriz”, concluyó.
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