Escenario

‘La naranja mecánica’ como una inspiración para los punk rockers de los años 70

ESPECIAL. La contraposición de lo hermoso y lo violento se entrelazó entre la música y el cine en diferentes momentos de la historia, uno de ellos con el clásico de Stanley Kubrick

cine y música

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ESPECIAL

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La década de los 70 fue una época fascinante en cuanto a los diversos movimientos sociopolíticos ocurridos en aquellos años. Como ya muchos lo sabemos, lo que se conoce como cultura del rock no solo es cosa de lo musical sino que cuando nos referimos a este movimiento, estamos hablando de un asunto que se relaciona con el arte, la cultura, la moda, el cine e incluso el diseño.

Ahora bien, desde sus inicios, el rock estableció un discurso relacionado directamente con la lucha constante hacia un estado de libertad absoluta en contra de la opresión o la manipulación de los actores del poder que constantemente nos están bombardeando con formas de adoctrinarnos con mensajes conformistas y fáciles de digerir.

Sin embargo, dentro de esta cultura podemos encontrar un sin fin de ejemplos de canciones, libros o películas que denuncian estas ideologías de adoctrinamiento y proponen un mensaje para no caer en él. Ahora bien, ¿cuál es el vínculo que tiene la obra de Stanley Kubrick con el movimiento del punk rock y cómo es que este filme influye en las bandas de música de la época?

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La cinta de La naranja mecánica es una adaptación de la novela del mismo nombre del escritor Anthony Burgees (1962), el cuál decide escribirla después de que un grupo de cuatro de individuos violan a su mujer quien caminaba tranquilamente por las calles de Londres, este suceso sería la razón por la cual Burgees se inspiraría para poder escribir este libro, tomando así la violencia como tema principal de la obra literaria.

Es así como Kubrick decide realizar la película que lo convertiría en uno de los directores más reconocidos de nuestros tiempos, esta misma, fue lanzada en 1971. Sin desviarnos tanto del tema, es imprescindible mencionar que en el año de su estreno, la cinta tuvo que ser retirada de los cines de Londres y reestrenada al poco tiempo después de su muerte debido al contenido de la misma. Fue así como La naranja mecánica, terminó convirtiéndose en una película de culto entre los espectadores del séptimo arte.

La naranja mecánica nos narra la historia de Alex DeLarge (Malcom McDowell), un joven que lidera una banda de delincuentes que se hacen llamar “drugos”, esta palabra proviene de una jerga ficticia inventada por el autor de la novela y la cual estará presente a lo largo de toda la cinta. Mientras va avanzando la historia, podemos ver algunos de los actos delictivos que Alex (junto con sus compañeros) van realizando conforme avanza la película incluyendo asaltos, violaciones, golpizas, peleas, entre otras.

No obstante, cuando Alex es encerrado en la cárcel, él mismo se vuelve víctima de otra clase de violencia ejercida por las distintas figuras de autoridad, entre los cuales podemos destacar: funcionarios públicos, la policía, doctores y demás científicos que experimentaban con él para convertirlo en un “buen ciudadano” mediante un tratamiento llamado “Ludovico”. Esto, con la finalidad de reprogramarlo mentalmente para reinsertarlo en la sociedad. Dicho en otras palabras, lo que se pretende con esta película es mostrar cómo la violencia está insertada en todos los ámbitos de esta sociedad distópica donde ocurre la historia.

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Ahora bien, uno de los temas principales que toca la película y sin entrar en tanto detalle técnico de la misma, es la opresión de la libertad mediante un discurso sumamente inteligente que nos habla de cómo Alex, se convierte en un títere de la sociedad, del estado y de la ciencia. El cual, ya no puede tomar sus propias decisiones dejando de lado su manera de ser.

Esto, podemos observarlo en la escena del tratamiento “Ludovico”, donde vemos al protagonista de esta cinta en su escena más icónica con los ojos abiertos por lo que pareciera ser unas pinzas, mientras se encuentra inmovilizado frente a una serie de imágenes violentas que son proyectadas en una pantalla de una especie de sala de cine al son de la novena sinfonía de Beethoven.

Este tratamiento, si bien no fue real, sí tiene ciertas similitudes con la psicología conductual. Esta teoría fue propuesta en el año de 1913 por John B. Watson, un psicólogo especializado en la teoría del comportamiento de los seres humanos. En ella, este científico habla de cómo los humanos aprendemos y relacionamos la información a través de diferentes estímulos multisensoriales.

Básicamente lo que hizo fue poner un bebé y una rata en una misma habitación, el bebé no tenía reacción alguna ante ella hasta que Watson hizo un fuerte ruido repetidas veces que provocó el llanto del infante. Esto ocasionó que el pequeño aprendiera que al ver la rata, él debería de reaccionar de esa forma ante ella, justo como sucede con DeLarge en La naranja mecánica.

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En otras palabras, la obra de La naranja mecánica trata sobre las limitaciones que tiene el hombre sobre la elección del bien y el mal. Ahora bien, según palabras del psiquiatra y presidente de la Motion Pictures, Aron Stern, Alex al principio de la película representaba al hombre en su estado más básico. Pero, cuando es sometido al “tratamiento”, el protagonista de la película estaría pasando por el proceso de la civilización.

Es decir que según el planteamiento de Kubrick en la película, los seres humanos nacemos en nuestro estado más puro y natural, pero la sociedad y autoridades nos transforman en lo que para ellos significa ser una “persona de bien”. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el movimiento del punk rock?

Para poder responder esta pregunta, es necesario retomar algunas de las cosas de esta película para poder adentrarnos en el tema del punk, son las siguientes: el hecho de que Alex era un melómano, es decir que era gran amante de la música, en especial de la novena sinfonía de Ludwig van Beethoven. Misma que se escucha en distintos momentos de la película lo que, en conjunto con los visuales de la cinta, crearía el ambiente perfecto para el desarrollo violento de este filme.

Así mismo, otro de los elementos que rescataremos de la película para nutrir este texto es el hecho de que tanto Alex, como sus “drugos”, solían beber una leche especial que contenía ciertas sustancias y drogas que estimularían su conducta violenta y por último, está el tema del lenguaje llamado “nadsat” que como mencionamos anteriormente es una jerga utilizada por el autor que Kubrick comparte con la película y este a su vez, nos da la sensación de que el personaje es irreverente y molesto hasta con su manera de hablar.

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Ahora bien, para poder ligar esta cinta con el punk es preciso decir que este mismo, fue un movimiento que nace en la Inglaterra de los años 70 y tenía como principal objetivo oponerse a todas las estructuras de poder que existían durante aquella época. Es decir que su filosofía estaba basada en ideas tales como el hazlo a tu manera, rechaza los dogmas y normas sociales y cuestiona todo lo establecido, mismos elementos que sin duda, podemos encontrar en la película de Kubrick.

Este movimiento, en la vida real, dio pie a la creación de bandas de música, tales como los Sex Pistols, The Germs, The Clash, Los Ramones, entre muchos otros que tenían como objetivo expresar su anarquía y desprecio por el sistema, las autoridades y los gobiernos, mediante el uso de un discurso violento provocado por un descontento de parte de estos grupos contraculturales con el sistema y las diferentes formas de autoridad.

No obstante, para propósitos de este texto, solo hablaremos de aquellos quienes inspiraron su estética y canciones en la película de La naranja mecánica. Los cuales tuvieron sus inicios en la década de los años 80 con el grupo The Adicts quienes inspiraron toda su estética y moda en La naranja mecánica que incluía el uso de sombreros de bombín, camisas y pantalones blancos y botas de talle alto.

Así mismo, en el año 1985, los músicos lanzaron su disco titulado Smart Alex con el cual hacen un evidente homenaje al protagonista de la cinta. Finalmente, en el año 2012, este mismo grupo, lanzó su disco All the young droogs, haciendo referencia nuevamente a ella.

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Por otra parte, en el año 1984, Johnny Ramone del grupo musical The Ramones emitió su éxito “Durango 95” en su sencillo “Too Tough to Die”, donde claramente se refería al modelo de autos de la marca Dodge, utilizado por los drugos en la escena donde salen manejando como maniacos por las calles de Inglaterra.

Del mismo modo, la banda de Tony James (ex guitarrista de Generación X), se sumó a este movimiento con sus canciones “Ultra violence” y “Super crook blues” en la década de los 80. Y por supuesto dentro de esta lista, es preciso mencionar a la banda alemana Die Toten Hosen, quienes realizaron un sencillo cuya mitad de las canciones estaba dedicada a Alex DeLarge, la cinta e incluso el libro de La naranja mecánica, este se tituló: Ein kleines bisschen Horrorschau, Die Lieder aus Clockwork Orange und andere schmutzige Melodien (Las canciones de La naranja mecánica y otras sucias melodías).

Por último, esta última banda alemana en conjunto con Los Violadores en Argentina, realizaron una colaboración para lanzar su canción titulada “Uno, dos ultraviolento”, editada para su disco Y ahora qué pasa, eh?. La cuál resultó ser uno de sus más grandes hits durante el año 1985.

Finalmente, Stuka (el guitarrista de la banda Los Violadores), en una entrevista comentó que: “Toda esa estética y especialmente la de Alex y sus drugos es completamente punk. Alex DeLarge es el primer punk de la historia. Creo que Los Violadores vimos esto, además por supuesto, de captar la importancia de la historia crítica del libro que planteaba hasta dónde pueden llegar con tal de tenernos controlados”, dijo para apuntespunk.medium.com.