‘Nyotaimori’, una crítica ácida a la explotación laboral en el teatro
COBERTURA. Una obra para reflexionar sobre la autoexigencia y el pavor a no ser productivo en la vida. Invita al público a medir su valor por su trabajo
Teatro
Imagen de la puesta en escena.
En los últimos días la reforma planteada que busca disminuir de 48 a 40 las horas de trabajo por semana, tiene todos los reflectores sobre ella; ciudadanos y organizaciones de defensa de los trabajadores convocaron a una protesta frente a la Cámara de Diputados para exigir la aprobación de la iniciativa de reforma que busca disminuir la duración de la jornada laboral.
La productividad y la exigencia del éxito se vuelve cada día un castigo para los seres humanos, parecía que el ocio no es un derecho o una necesidad; por ello es un buen momento para que te lances a ver Nyotaimori, una comedia de humor ácido y una crítica lúcida a la explotación del trabajo y la falta de límites entre nuestra vida personal y profesional.
Nyotaimori de Sara Berthiaume dramaturga quebequenses, con traducción de Nadxeli Yrizar Carrillo es un estreno nacional. Ha tenido grandes éxitos en montajes en Canadá, Alemania y España. Hasta el 17 de diciembre podrás disfrutar de esta obra en México bajo la dirección de Anilú Pardo y un trinomio conformado por Aleyda Gallardo, Margarita Lozano y Rolando Breme, en El Círculo Teatral (domingos 19:00 horas hasta el 17 de diciembre)
“Es una obra para los millennials, personas que creíamos que estábamos muy liberadas de la maternidad y las labores de la casa al hacernos de una carrera profesional. Es un poco a través de un humor super ácido que la escritora logra plasmar, hacemos una reflexión sobre ¿Cómo serían los empleos del futuro? Hubiéramos pensado que en esta época tan avanzada ya la mayoría de la humanidad tendría posibilidades de ya no trabajar y dedicarse al arte o al entretenimiento, pero contrario eso hay países sometidos a la productividad”, dijo Anilú, en entrevista con Crónica Escenario.
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Los tres actores hacen que el público disfrute y reflexione a través de momentos agridulces, integrando la modernidad y llevándolo a diversos contextos con diferentes personajes. La obra plantea de una manera clara que el tiempo libre ya no es valorado y que los humanos se han convertido en máquinas que miden su valor a través de su productividad, el deseo y anhelo de cosas materiales están disfrazados de sueños y metas de vida para “ser felices”.
“Siento que esta obra plantea una serie de multiverso donde estás viendo la vida de un creativo en una agencia de publicidad que tiene que hacer una campaña para un producto y en simultáneo ves la vida de una mujer en la India que maquila ese producto. Lo hicimos con mucho humor, mientras uno le dedica 80 horas a la semana de trabajo, otro dedica también muchas horas de trabajo para hacerse de un estatus económico para poseer productos; en el fondo ese bien que nos parece progreso les está carcomiendo la vida los dos”, expresó la directora.
Para Anilú el humor es un punto clave para que la audiencia no sienta pesada o fuerte la puesta en escena: “Todo el mundo se queda al final de la obra y se queda comentando, incluso nos hemos quedado platicando con el público sobre la experiencia personal que te permite abrir la conversación de cómo todos hemos perdido tiempo de nuestra vida. Como el tema podía volverse duro y hostil, aderezarlo con este humor inteligente que nos sacara del melodrama, aunque no nos llevara ahí, que mejor nos llevaba a la tragicomedia”.
La puesta en escena tiene una duración de una hora y cuarenta minutos, los cuales se pasan muy rápido y es muy cómoda para que la gente digiera el tema, pues pocas veces se encuentra un espacio teatral para que las emociones, las pasiones y las risas se encuentran.
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