Escenario

Paul Giamatti y el valor de los maestros: “Cualquiera que haya inspirado tu camino lo es”

ENTREVISTA. El actor figura entre los favoritos para ganar el Oscar tras ganar los Globos de Oro y los Critics Choice Awards. Habló con Crónica Escenario sobre su trabajo en el filme de Alexander Payne 

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Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

Cortesía

Después de la exitosa dupla que los llevó a obtener siete nominaciones al Globo de Oro y cinco aspiraciones al Oscar con Entre copas, Alexander Payne y Paul Giamatti vuelven con otra comedia con mucho espíritu navideño en Los que se quedan (The holdovers), cinta que recientemente le valió el galardón de Mejor Actor de Comedia en la 81ª edición de los Globos de Oro a Giamatti y en los Critics Choice Awards.

En Crónica Escenario charlamos con el histrión acerca de su papel, el profesor Paul Hunham, el volver a trabajar con este aplaudido realizador y todo acerca de esta tragicomedia emotiva.

Alexander me comentó que estaba trabajando en algo que me parecería interesante. Era un proyecto inspirado en un filme de los años 30, Merlouse, que trata sobre un tipo que tiene que cuidar de unos niños durante las vacaciones navideñas que tenía ciertas rarezas físicas. Me mandó un borrador inicial de la historia pensando en mí para el papel principal”, expresó.

Creo que fue porque tenía cierto pasado que coincidía con lo que sucedía en el filme. Intentamos hacerla pero jamás coincidían nuestras agendas hasta que, finalmente, sucedió. Es la mejor relación laboral que he tenido, además de que tengo una amistad con él que ha crecido con el paso de los años”, continuó el protagonista acerca de cómo se gestó esta nueva colaboración entre ambos.

“Me parece uno de los mejores directores que existen actualmente, es divertido, amigable. Y cuando se trata de filmar juntos, casi no hablamos de cosas, sino que todo lo llevamos de manera muy simple, en ideas y dirección y eso me parece muy divertido. Además, él ama a sus actores y conectar con ellos”, expresó.

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Fotograma del filme

En Los que se quedan, Paul interpreta a un docente bastante malhumorado que conecta con otros dos personajes solitarios en plena Navidad. “Toda mi familia ejerce la profesión de maestros y eso influyó mucho en mí para el papel. Eso me ayudó a comprender mis sentimientos sobre ese oficio, recordar a algunos profesores con los que tuve clases así como personas que trabajaron con mis padres”, dijo.

“Es gracioso pues, por ejemplo, tuve un amigo que fue a la secundaria conmigo y me comentó que con Paul estaba imitando al bibliotecario de nuestro colegio. No me había percatado de ello, fue algo que sucedió de forma inconsciente y que no había pensado hasta recientemente”, reflexionó acerca de cómo poco a poco creó a este antipático pero agradable rol.

Algo de lo más llamativo del filme es ver cómo el profesor Paul Hunham va de lo irritable a la empatía. “Mucho de ello nace de la experiencia que he tenido con gente como él. Y, curiosamente, tienen mucho carisma cuando son buenos en lo que hacen y él lo es, en cierta manera. Incluso, me parece que tiene la razón en varias cosas que expresa, pero lo hace de forma un poco equivocada”, destacó.

Todo partió desde ahí, desde quererlo y reconocer que no tiene nada de malo tomar a estos jovencitos elitistas o algunos hasta racistas y darles una tunda. El hecho de que no sea de la misma clase socioeconómica que ellos genera esa conexión, además es divertido de una manera un tanto brutal. Es un cabrón y disfruta serlo. Además, a Paul no le importa si es agradable para los demás o no. Él acepta ese hecho y hay algo de grandioso en gente así”, afirmó el multinominado histrión.

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Fotograma de The holdovers.

Es interesante ver cómo el docente Humham, como los otros personajes, adquieren ciertas realizaciones que aumentan la dimensionalidad de sus roles. “Si bien los cambios no los transforman del todo y resultan ser personas completamente diferentes al final de todo, la habilidad que tiene Alexander de respetar la esencia de cada uno de ellos y poder sacarlos adelante después de ayudarse mutuamente a enfrentar sus situaciones, de dejar ir mucha de la mierda que los rodea para salir de sus zonas de confort dejando atrás la fachada de rectitud”, comentó.

“Al menos con Paul, que poco a poco se evapora y lo suelta para por fin dar el paso hacia crear ciertas conexiones que necesitaba más desesperadamente de lo que él creía, especialmente con un joven que le recuerda a él mismo. Y al final, realmente no sabes qué le sucederá, lo cual es un poco atemorizante, sobre todo después de sacrificar todo lo que creí que le importaba en su vida”, aseveró Giamatti.

Otro factor llamativo de Los que se quedan es explorar estas situaciones que rompen con lo que normalmente se asocia con las festividades de fin de año, convirtiéndose en un factor que adereza lo que sucede en el filme.

“Las fiestas son una parte importante de la cinta. Personalmente, creo que todos los valores navideños, sus ideales e ideas influyen pues Paul, mi personaje, es una especie de Scrooge. De hecho, todos tienen cierta sensación o parte de él en ellos. Pero la idea de altruismo y redención, sumado a un aire de renacimiento son parte clave de la historia que contamos sobre estos tres personajes solitarios”, declaró el ahora tres veces ganador del Globo de Oro.

Pero gran parte de su mérito reside también en la química con sus compañeros de escena. Al respecto, Giamatti habló de su labor al lado de Dominic Sessa, que ejecuta su primer protagónico en esta película.

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Fotograma del filme.

“La primera vez que lo conocí fue vía Zoom. Había visto su audición para el papel y me pareció asombroso en muchas maneras. Quise conocerlo y conectamos de manera inmediata. Es un tipo inteligente, amoroso y emocionalmente comprometido. Sabía que no había nadie más para interpretar ese papel”, dijo.

De alguna forma, encarna muy bien a Angus y fue un placer poder trabajar con él. A pesar de ser su primer papel, se mostró muy decidido todo el tiempo y pude ver cómo se relajaba mientras continuábamos grabando la cinta. Siempre disfrutaba y dejaba los nervios de lado. Pero a pesar de su inexperiencia, lo hizo todo de una forma muy profesional siempre”, añadió.

Asimismo, Giamatti conserva buenos recuerdos sobre la dupla con Da’Vine Joy Randolph y la conexión que existe entre ambos personajes. “Hay una interesante dinámica entre ambos en la cinta, especialmente en la secuencia de la fiesta, donde ella por fin se rompe ante el pesar de su pérdida. Pero cuando salimos de esa casa, estoy muy enojado con Angus porque creo que nos puse a todos en una posición donde ella y yo bajamos la guardia y nada salió bien por lo que me desahogo contra él”, expresó.

Sin embargo, lo interesante de esas escenas es que, cuando te acompaña alguien para hacer una escena tan intensa, es hermoso pues creamos un ambiente de sinceridad y apoyo entre todos. Ambos son personas muy complejas lidiando con diferentes tipos de pérdida. La relación entre Paul y Mary fue sin duda algo de lo más intrincado que hicimos al tratar de capturar esos sentimientos”, afirmó.

Los que se quedan también aborda a los maestros y cómo algunas veces forjan nuestro camino en la vida. Por ello, Giamatti se sinceró al respecto de aquellos que, para él, fueron un factor determinante. “Creo que cualquiera que haya inspirado tu camino lo es. Hay gente que me inspiró a interpretar a Paul. Cuando leía el guión recordé, por ejemplo, a un profesor de décimo grado de Biología que se comportaba muy similar a mi papel”, comentó.

Era duro, sarcástico, nada agradable pero era un muy buen profesor y aún mejor como persona. Me parece que Alexander Payne hace una interesante distinción entre lo lindo y lo amable. Y en realidad eso es lo que encierra a Paul, un docente con tremendos principios que, en el fondo, es amable”, complementó.

Coincidencia o ironía, parece que al galardonado histrión le viene ver el interpretar a gloriosos borrachos en cintas como La versión de mi vida o Entre copas, con el mismo Payne:

Es algo divertido de hacer e interpretar de forma tanto física como emocional. Todo sobre ello es muy interesante. Además, en el aspecto físico, mostrar esos cambios es divertido. En realidad no sé por qué he hecho tantos papeles así, aunque sé que los he interpretado en teatro además de otras cintas. Honestamente ni tengo idea del por qué se me da, pero es divertido, en una forma perversa, el poder hacerlo”, confesó Paul.

Finalmente, Giamatti ahondó en si se considera un actor de método. “No me considero así, aunque a veces me he inclinado un poco hacia lo que eso implica. Por ejemplo, cuando hice de John Adams, donde estaba todo el día disfrazado recitando sus palabras. Pero realmente, en cada proyecto, adquiero una aproximación diferente acorde al personaje que interpretaré”, enfatizó.

Cada película es diferente, a veces requiere un trabajo mucho más interno o tratar con temas o cosas que me resulten más familiares, o totalmente lo opuesto. A veces es necesario aprender un acento o hacer algo de manera física y todo implica cierto método. Ojalá tuviera cierto proceso determinado para hacer un papel, pues a veces es horroroso no saber exactamente lo que haré”, concluyó.