Escenario

Pulso GNP y su retrasada tercera edición rescatada por la música

Siempre es fácil juzgar la realización de cualquier evento y aunque sabemos que no es sencilla, al final, es el cúmulo de aciertos y desaciertos los que determinan el tipo de experiencia por la que el público paga

cobertura

La tercera edición se llevó a cabo en el Antiguo Aeropuerto de Querétaro. Fotos:

La tercera edición se llevó a cabo en el Antiguo Aeropuerto de Querétaro. Fotos:

Daniel Luna

La tercera edición del Festival Pulso GNP por fin se llevó a cabo la tarde del sábado 7 de mayo en el Antiguo Aeropuerto de Querétaro, un llano de aproximadamente 1900 metros de longitud que no se compara con los 4,304 km del Autódromo Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México, pero en el que “lograron” distribuir los cuatro escenarios —Vivir Es Increíble, Bacardí, Centro y Pulso— para que el público pudiera disfrutar sin mayor dificultad, de los 28 proyectos musicales que conformaron el cartel este año.

Aunque bandas como Pet Friendly o Pizarnikas buscaban captar la atención de los primeros asistentes pasadas las 14:00 horas, afuera todo era un caos. El complicado acceso al venue provocó embotellamientos y un tránsito casi imposible para tomar Anillo Vial Fray Junípero Serra desde Libramiento Norte de Querétaro. El tránsito usual que marcaría 10 minutos en automóvil para llegar al acceso peatonal del festival, se convirtió en un caluroso martirio de hasta 60 minutos [quizás más, dependiendo la hora de ingreso].

El público se mantuvo fiel pese a las circunstancias. Foto:

El público se mantuvo fiel pese a las circunstancias. Foto:

Daniel Luna

Si bien, en ediciones pasadas, las complicaciones viales también fueron evidentes, en esta ocasión la demanda de asistentes foráneos; principalmente por la esperada presentación de Gorillaz, entre otros proyectos como Band of Horses o Hot Chip; probablemente generó que la logística no funcionara como se esperaba.

Es verdad que las facilidades del transporte proporcionaron a los asistentes alternativas de movilidad tanto fuera como al interior del lugar —transportando a la gente desde los estacionamientos hasta los puntos internos de acceso a la entrada del festival—; no obstante, la asistencia comenzó a incrementar considerablemente pasadas las 17:00 horas.

Hot Chip. Foto:

Hot Chip. Foto:

Daniel Luna

Adentro, la logística tampoco fluyó como se esperaría de una tercera edición —considerando también los ejemplos de otros Estados como Morelos [Vaivén], Jalisco [Tecate Coordenada] o Nuevo León [Pa’l Norte].

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Bajo un concepto libre de humo de tabaco, pero con muy pocas alfombras para cubrir el suelo casi desértico, las corrientes de aire provocaron constantes polvaredas tan poco viables para el consumo de alimentos y bebidas al intemperie. Tal vez por eso mismo tampoco se consideró colocar dispensadores de agua potable, como ya se acostumbra en la mayoría de los festivales.

El público se mantuvo expectante a las presentaciones. Foto:

El público se mantuvo expectante a las presentaciones. Foto:

Daniel Luna

Por otro lado, la falta de señalamientos visibles a distancia y la inusual distribución de las letrinas solo a un costado del festival [tres espacios ubicados del lado de la entrada], también provocó aglomeraciones innecesarias y dificultad para acceder a los baños.

Pero lo que acostumbra salvar la logística de este tipo de festivales, como casi siempre, es la música. Con un estilo veraniego que alegró la tarde, La Garfield, Monsieur Periné y Rubytates endulzaron los escenarios Bacardí, Vivir Es Increíble y Centro, respectivamente.

Catalina García (Monsieur Periné) junto a Emiliano Brancciari con No Te Va Gustar. Foto:

Catalina García (Monsieur Periné) junto a Emiliano Brancciari con No Te Va Gustar. Foto:

Daniel Luna

Mientras que Kill Aniston, Carlos Sadness, Bratty y Daniela Spalla cambiaron el mood hacia la melancolía, con todo y el retraso de ésta última, que provocó que los uruguayos de No Te Va Gustar retrasaran unos minutos su salida, puesto que su escenario estaba de espaldas al de ellos y la música se empalmaría, como sucedió en otros casos. Quienes, a propósito, aprovecharon la coincidencia con Monsieur Periné para invitar a Catalina García a subir al escenario para interpretar “Chau”.

Así transcurrió una edición con mucho talento nacional y del resto de Latinoamérica. Con Enjambre como otros de los favoritos, pese a que también presentaron un considerable retraso, sin embargo, el público fue generoso con las presentaciones y se mantuvo respetuoso y expectante la mayor parte del tiempo.

Luis Humberto Navejas de Enjambre. Foto:

Luis Humberto Navejas de Enjambre. Foto:

Daniel Luna

Una verdadera recompensa fue ver el triunfal regreso de Band of Horses a nuestro país —en parte, gracias a que The Neighbourhood canceló su participación en el festival, según informaron los organizadores el pasado 4 de marzo—; quienes tienen una aparente predilección por asistir a festivales mexicanos, pues sus anteriores visitas se dieron en el marco del Tecate Pa’l Norte (2018) y el Tecate Coordenada (2017); además de una presentación en solitario en el ahora extinto Plaza Condesa hace cinco años.

De primera instancia, fue poca la afluencia que congregó la banda estadounidense arriba del escenario Bacardí, pero conforme avanzó su presentación, fue sumando público hasta cautivar a gran parte del festival.

Band of Horses. Foto:

Band of Horses. Foto:

Daniel Luna

Más pronto que tarde, fue evidente la movilización para ver a Gorillaz en el escenario ubicado al otro extremo del festival. Una presentación que no escatimó de energía, aunque para algunos presentes que tuvieron la fortuna de verlos en solitario en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México o incluso durante su participación en el Vive Latino en 2018; esperaban un poco más del proyecto animado. De cualquier forma, Querétaro se cimbró con la música de Damon Albarn y Jamie Hewlett.

Ya rumbo al cierre, Hot Chip continuó con la fiesta nocturna en un after que bien hubiera podido iluminar la pista de aterrizaje imaginaria del aeropuerto inconcluso. Mismo que concluyó con el rapero Natanael Cano y su peculiar regional mexicano que demuestra que ningún género debería quedar fuera de este tipo de eventos masivos.