'Las siamesas', un amor "descarrilado" y muy argentino para los Goya
La película con la que la argentina Paula Hernández compite este sábado por el premio a Mejor película iberoamericana
entrevista
Una historia de "amor descarrilado", de la compleja relación entre una madre y una hija, de quererse pero hacerlo "mal". Eso es Las siamesas, la película con la que la argentina Paula Hernández compite este sábado por el Goya a mejor película iberoamericana y de la que habla con EFE.
"Todo el tiempo marcábamos la idea del amor y de un amor descarrillado", explica Hernández sobre una película que se centra en la relación una madre y una hija, con dos soberbias interpretaciones de Rita Cortese y Valeria Lois.
Pocos escenarios (casi todo se rodó en estudio) para contar un viaje físico y emocional que realizan estas dos mujeres. La mayor tratando de atarse a su hija y la joven buscando una independencia que tenía que haber obtenido hace años.
La madre "es una mujer que la quiere y la quiere mal también, como una forma torcida de comprender lo que es un vínculo con el otro, o con la otra en este caso".
Una historia en la que el espectador termina del lado de la hija, pero también entendiendo "algo de la complejidad del personaje de la madre", dándose cuenta de que es una mujer que "tiene muchas trabas y muchos impedimentos, que quedó fijada en un momento de la vida y a partir de ahí nunca pudo reacomodar ese vínculo con su hija, darle las herramientas para que encuentre su libertad y su destino".
Una película en la que se trabajó mucho el guion y los ensayos previos, que llevaron a la realizadora a reescribir partes de la historia, buscando con precisión el trabajo a partir de distintos géneros porque la película está por momentos atravesada por el humor pese a su tono dramático.
"El humor me parece que nos permite ver los lados más oscuros de la vida y de los personajes, en el que uno puede reflejarse de una manera muy fácil", explica la realizadora, para quien esos momentos más ligeros permiten ver mejor cómo el vínculo entre las dos mujeres "se va deteriorando y desprendiendo".
Un trabajo a conciencia, reconoce Hernández, para lograr momentos de ternura y de complicidad que permiten ver mejor cómo era esa relación y cómo lo bueno se ha ido perdiendo en la oscuridad. "Pero hay algo que está desde el inicio, ese amor y ese miedo, el amor en como la hija trata a la madre...".
Para poner en pie la película, que adapta un cuento de apenas veinte páginas de Guillermo Saccomano, la directora tenía claro que quería contar con Corsese y Lois, dos actrices amigas a las que quería unir desde hace tiempo en un proyecto.
Con ellas ya había trabajado anteriormente pero por separado y con esta historia encontró el material perfecto para ellas, una historia sobre un vínculo cercano, complejo y endogámico contado a través del viaje que la madre y la hija realizan desde Junín a la costa para ver unos apartamentos heredados del padre, una figura que cruza continuamente las conversaciones de las protagonistas.
Un proyecto mucho más pequeño que su largometraje anterior, "Los sonámbulos" (2019), y que le permitió a Hernández recuperar el deseo de lanzarse a filmar de sus inicios, sin pensar en cómo conseguir la financiación, simplemente resolver de cualquier manera ese deseo y esa necesidad de hacer una película.
"Hagamosla, vamos a hacerla, con la plata que haya, de la forma que sea, con un equipo pequeño". Eso fue lo que pensó la directora cuando decidió meterse en este proyecto.
Y por eso, por su pequeño tamaño, por ser una película muy independiente y, a priori, poca visibilidad, fue por lo que le sorprendió mucho que "Las siamesas" fuera la elegida para representar a Argentina en los Goya.
Aún más sorpresa ver que pasaba los cortes y que está entre las cuatro nominadas, compartiendo categoría con tres películas "con mucha personalidad y que reflejan un punto de vista de cada uno de esos directores", algo que considera un honor.
Además esta nominación permite visibilizar un cine diferente, cuatro ejemplos de lo que se hace en Latinoamérica. Y, en su caso, le ha dado distribución en España, donde también participó en la Seminci de Valladolid.
Una prueba de la importancia de los festivales y de premios como el Goya para dar voz al cine más pequeño, y más aún tras la dura pandemia. Hernández no podrá estar en la gala del próximo sábado en Valencia pero sí habrá representación del equipo y aunque no ganen, resalta la directora, lo que han conseguido por la nominación ya es mucho.