Escenario

‘Sisters of the Rotation’: La imaginativa historia de las monjas que hacen girar al mundo

ENTREVISTA. Los hermanos cineastas libaneses Gaby y Michel Zarazir presentaron su más reciente cortometraje en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato

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Fotograma del filme.

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Cortesía

En un convento en Líbano existen las Hermanas de la Rotación, un grupo de monjas que se dedican a una sola cosa: evitar que el mundo pare de girar. Pero todo cambia cuando una de ellas, Zeina, decide confrontar esta idea y rebelarse ante la imposición de la misma, provocando el fin del mundo para ellas pero una liberación necesaria para ella.

Con un humor bastante irreverente y un ambiente surreal, los hermanos Gaby y Michel Zarazir presentaron Sisters of the Rotation en el marco del 26 Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) y en Crónica Escenario charlamos con ellos acerca de este alocado relato que critica los extremismos de manera ingeniosa.

Honestamente no tenemos idea de cómo es que llegamos a esta idea. Tal vez sea que, como provenimos de Líbano, una parte del mundo donde la religión es tan importante y su presencia en nuestra vida cotidiana nos abarca por todos lados en este pequeño lugar, lo que pudo influir en ello. De ahí, imaginamos a estas hermanas que, a través de su devoción y desplazando este molino en círculos, creen están moviendo al mundo pero no es así. A eso, le sumamos un toque de comedia negra y listo”, comenzó sincerándose Gaby acerca de la creación de esta historia.

Sisters of the Rotation plantea un relato en el que no hay matices sino una imposición de una ideología que se cree correcta pero jamás es puesta en duda, salvo por una monja rebelde que decide ir en contra del sistema. Al respecto, Gaby explicó: “Existe este factor de lavado de cerebro, una obligación que ellas llevan a cabo porque creen que es lo mejor para el mundo. Pero realmente no se trata de un mundo que viva imponiendo su creencia a otros, sino de un relato que nos ayude a comprender la coexistencia entre todos”.

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Fotograma del filme.

Esa voz de rebeldía cae en Zeina (Zeina Sfeir), una actriz no profesional que funge como publirrelacionista además de ser directora y distribuidora de cine creado en medio oriente. “Fue un reto para ella, nunca había estado frente a una cámara antes y la hicimos enfrentar muchas cosas a las que incluso le temía. Físicamente, fue demandante pero creo que cada vez que filmábamos algo, tenía la capacidad de convertirse en otra persona y volver a su papel normal cada vez que cortábamos la grabación”, explicó Michel Zarazir.

Además, otro gran desafío para Zeina fue que, en su trabajo normal, siempre está hablando. Pero en el cortometraje, ella no tiene una sola línea, por lo que tenía que expresar todo lo que sentía, vivía o pensaba a través de lo físico. Era como hacer algo totalmente opuesto a lo que normalmente hacía, pero lo logró con creces y se convirtió en el corazón de este relato”, complementó.

Si bien el tema radica en un enfoque religioso, para los hermanos Zarazir ha sido grato encontrar un eco de universalidad en el tema que trasciende las fronteras. “Creímos siempre que en Sudamérica lo iban a recibir muy bien, o en otros lados del mundo como Italia o Polonia debido a su relación estrecha con la religión y el Estado. Pero hemos tenido grandes sorpresas, sobre todo con la reacción de un público que no esperábamos conectaría tan bien, como fue en Estados Unidos, por ejemplo”, comentó Gaby.

Nos dimos cuenta que, además de la religión, también podría hablar de cuestiones de género junto a la resonancia de la coexistencia pues los extremismos nunca son buenos. Aunque al final puede que la resolución sea un tanto de esta índole, la reflexión que ofrece es que no debemos ver todo en blanco y negro”, agregó Michel.

Fotograma del filme.

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Especial

Otro de los puntos más llamativos en Sisters of the Rotation es el uso de la comedia efectiva, algo difícil de lograr en un contexto de corrección política como el que vivimos. “Llevamos mucho tiempo haciendo proyectos con este tono. Nos nace de forma natural, tal vez por el contexto en que vivimos. En Líbano, la vida es tan absurda que preferimos reírnos de ello en vez de llorar, pues si la pasamos en llanto constante no pasa nada. En cambio, si reímos, podemos hablar del tema y provocar una diferente reflexión sin quedarnos en el lamento”, comentó Michel Zarazir.

Además es muy raro que exista comedia proveniente de nuestra región, todo suele ser muy dramático”, acotó su hermano, Gaby. “Parte del gran chiste de nuestro cortometraje es también el shock que ocasiona de repente el ver a monjas hablar en árabe o ver nieve en Líbano. Pero ahí radica otro punto interesante de la burla que hacemos, pues señala justamente ese lavado de cerebro donde los medios muestran una cosa de nuestro país pero es totalmente parcializada”, reflexionó asimismo Michel.

Desde el diseño de producción y el estilo visual, Sisters of the Rotation llama la atención por la labor de los hermanos que prácticamente hicieron de todo para sacar adelante el cortometraje. “Nuestro director de fotografía en realidad no se dedica a ello. Debido a los cambios de fecha, quien iba a hacer ese trabajo no pudo ir y los demás que teníamos considerados no estaban disponibles debido al corto tiempo en el aviso de filmación. Así que se sumó uno de nuestros amigos que hace años había desempeñado ese puesto. A pesar de que no fue sencillo, terminó haciendo un gran trabajo para darle vida al mundo de las hermanas”, expresó Gaby.

Sorteando esos dilemas, podemos decir que el punto más complicado siempre fue la nieve y su factor surrealista, esto debido al cambio climático. En la zona del Mediterráneo, usualmente cambiaba el clima cada tres meses pero el año en que filmamos no hubo nieve. Entonces, en medio de la duda llegó una tormenta y sucedió el milagro de tener esas condiciones por solo 10 días”, recordó Michel.

“Debido a las condiciones frías del ambiente, temíamos que algún miembro del crew se enfermara durante el rodaje y tuviéramos que parar un momento la producción pues grabamos de manera un tanto clandestina durante la primera ola de COVID, no había vacunas todavía y los hospitales estaban llenos. Fue algo complicado, y si sumamos los problemas de la inflación o los cambios en los costos fueron algo que tuvimos que sortear para lograr grabar el corto”, afirmó Zarazir.

A pesar de la determinación por sacar adelante su poder creativo, Gaby y Michel no dejan de lado el grave problema del estado en que viven en su país con el arte. “Actualmente en Líbano vivimos una de las crisis financieras más grandes que hemos atravesado”, ratificó Gaby. “En Beirut la devaluación de la moneda ha sido un gran impacto para todos. Afortunadamente, aún se puede hacer cine pero siempre es complicado. Nosotros, desde el inicio, no teníamos fondos y nos llevó muchos años el poder realizar este proyecto”, complementó Michel.

Nuestro gobierno no tiene interés alguno en el arte o en el cine, entonces no tenemos absolutamente nada. Si uno quiere hacer una película, tienes que buscar la forma. Puede tomarte fácilmente unos 8 años”, aseveró Gaby. “Es difícil encontrar la manera de sobrevivir si quieres hacer algo más que arte. Acá no tenemos una industria en sí y cada vez es más complejo el lograr hacerlo pero es la vocación del cineasta la que nos hace sacar la casta y salir adelante. No importa si trabajas 10, 12 o 18 horas al día, si estás haciendo lo que amas los obstáculos no significan nada para finalmente contar tu historia”, añadió Michel.

La resiliencia de los Zarazir promete continuar pues ya están en planes de hacer su primer largometraje, Trip to Jerusalem, que está en plena preproducción. “Con esa historia buscaremos empoderar a las mujeres en el Medio Oriente. Se ambientará en los años 40 en Líbano, estamos encontrando colaboradores para el financiamiento de esta ópera prima que esperamos vea la luz en el año 2025. Además, tendrá el mismo tono cómico que nos caracteriza”, dijo Gaby.

Finalmente, los hermanos Zarazir ofrecieron una respuesta rebelde, como su cine, al cuestionamiento de qué harían ellos si enfrentaran la situación de las hermanas y el arte fuera ese motor que, si se parara, causaría el fin del mundo. “Personalmente, dejaría de hacerlo para ver si de verdad sucedería eso. Siempre tenemos prohibido hacer algo que no deberíamos entonces sí, sacaría ese instinto en mí y trataría de pararlo aunque fuera por un segundo”, concluyó entre risas Michel.