Escenario

Tame Impala reparte ‘Rushium’ psicodélico para vivir un concierto memorable

COBERTURA. Trajo dosis altas de su propio medicamento para esparcirlo sobre un recinto enfermizo de furor y éxtasis por escuchar un set que enmarcara la carrera del artista australiano

música

Tame Impala en el Palacio de los Deportes.

Tame Impala en el Palacio de los Deportes.

OCESA/Laura Villegas

Kevin Parker es uno de los máximos genios en la música moderna. Eso es un decreto. Sí, con todo y las opiniones encontradas de sus detractores. Pero lo visto y oído en el show del pasado 10 de marzo en el Palacio de los Deportes no deja ningún espacio para dudas. Más aún poniéndose la capa de héroe al ser una persona comprometida con sus fanáticos al salir con muletas luego de su fractura de cadera tras correr un maratón, y pese a eso, ofrecer un espectáculo, vaya, qué increíble.

Tame Impala trajo dosis altas de su propio medicamento Rushium para esparcirlo sobre un recinto enfermizo de furor y éxtasis por escuchar un set que enmarcara la carrera del artista australiano bajo su concepto principal como banda.

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A las afueras de la alcaldía Iztacalco el caos era mayúsculo entre el tráfico de autos y de peatones, ya que no solamente el Palacio de los Deportes tuvo visitas, también el regional mexicano se apoderó del venue vecino el Foro Sol con una de las fechas de Grupo Firme.

Así, con un viernes en constante movimiento nocturno conducido por la música, en el Palacio de los Deportes arribó Cuco primero con sus músicos para aperturar una gran noche muy visual. El músico de origen mexicano pero nacido en Estados Unidos logró conectar con la audiencia y tocar así temas entrañables para sus fans y otros cuantos hits nuevos que están aún por salir a la luz. 

El músico cautivó con su piscodelia.

El músico cautivó con su piscodelia.

OCESA/Laura Villegas

Tras el gran éxito de Cuco en la apertura, Tame Impala salieron puntales, con una introducción explicativa en pantalla de los laboratorios australianos (ficticios) AionWell sobre su vacuna Rushium (también ficticia) y empezar con un alucinante espectáculo que nos Kevin Parker en modalidad lesión nos tenía preparado.

La noche en el “domo de acero” se cubrió con mucho papelito de color, mucho láser; neón y luces en sincronía con el ritmo que la agrupación desprendió sobre el escenario entre euforia, gritos y cantos de los miles de fans que lograron el sold out en su fecha estelar en Ciudad de México. 

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Y a ver, tampoco nos compliquemos, Tame Impala realmente tocó el mismo set que en su pasada visita en el Festival Corona Capital que encabezó ya que también traían consigo el The Slow Rush Tour con los mismos visuales. El valor agregado a esto fue el entusiasmos de Kevin Parker pese a su fractura y un público que puso mucho de su parte para hacer del Palacio una auténtica discoteca.

Kevin en cada oportunidad hizo saber a sus fanáticos el gran amor que siente por México al decir que son su mejor público. Y sí, eso se notó en el fulgor entre ambas partes para una gran noche soñada en la que fue la primera de dos noches llenas de energía y medicamento psicodélico impartido por Tame Impala.

El australiano celebra el éxito de su show.

El australiano celebra el éxito de su show.

OCESA/Laura Villegas