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‘Terrifier 2’: Los excesos del horror para los amantes del gore

CORTE Y QUEDA. Hace unos días llegó a la cartelera mexicana la secuela del famoso personaje Art the Clown, con una expansión de su historia y secuencias sanguinarias

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Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

Cortesía

En el 2013, el realizador Damien Leone comenzaría su camino en los largometrajes con All Hallow’s Eve, un relato que recuperaba la figura de un payaso que se convertiría en la clave de la carrera para este especialista en efectos especiales y maquillaje. Ese era Art the Clown, quien desde sus cortometrajes figuraba como un tétrico y sanguinario asesino salido de la común combinación de las cintas serie b de terror con tintes de gore y slasher.

Leone decidió seguir explotando a Art, dándole su primer largometraje en el 2016 que se sentía como una violenta pero bastante simple ampliación de la personalidad del payaso sin darle ninguna profundidad más que la de un asesino en busca de víctimas. Al convertirse en una figura de culto, Leone aprovechó la popularidad del personaje para aventarse a hacer una secuela igual de barata pero con muchos más excesos, llegando así a Terrifier 2, donde nuestro sanguinario protagonista obtiene un mejor tratamiento al ampliar la mitología detrás de tanta violencia.

Comenzando desde el punto en que terminó la anterior, Art regresa a la vida para continuar dejando huella en el pequeño poblado de Miles, convirtiéndose en un ente prácticamente maligno de una naturaleza peculiar que poco a poco será revelada en la historia. A la par de la reaparición del payaso, tenemos a Sienna (Lauren LaVera) y su hermano Jonathan (Elliot Fullman), una joven en la edad de la punzada que no asimila la pérdida de su padre y un niño obsesionado con la figura del payaso serial, Art, gracias a la sobreexposición de los medios de esta figura demente. Sin saberlo, sus destinos se encontrarán una noche de Halloween, marco perfecto para el enfrentamiento entre ambos con este demente.

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Uno de los principales encantos de Terrifier es la oferta que da a los amantes del gore. Personificado por el actor David Howard Thornton, este payaso toma elementos del ‘clown’ y los mimos al no expresar una sola palabra mientras realiza sus atroces actos. Vestido de blanco y negro, acompañado de un costal que pareciera tener todo tipo de instrumentos de tortura, es él el centro de atención, una monstruosidad que busca tener un lugar de honor entre los iconos del terror como Freddy Krueger, Jason Voorhees o Michael Myers. Para conseguirlo, en esta secuela la violencia sube bastante al mostrarnos maneras muy ingeniosas o hasta grotescas de matar, mutilar, destripar, entre otras cosas, a sus víctimas.

Por otra parte tenemos a la ‘scream queen’ recargada que busca vencer al payaso, Sienna. Su conexión con Art es un tanto incierta y poco a poco se va aclarando el porqué ella se encuentra en el camino del payaso siniestro. Mediante secuencias de sueños muy extraños o visiones que no sabemos de dónde vienen, la adolescente se centra en sobrevivir al baño de sangre para convertirse en la única alma capaz de ponerse al tú por tú ante este maníaco asesino con aires sobrenaturales mientras trata de revelar un poco más acerca de la muerte de su padre.

Otra de las virtudes de Terrifier es poder darle a Art una historia que evita que sea simplemente un payaso cuasi inmortal matando gente sino que busca darle un porqué. Es ahí que Leone le va dando una forma a la mitología detrás del payaso. Si bien esto hace que la cinta se alargue al punto de las casi dos horas y media además de que deja muchos huecos argumentales e incongruencias, éstas pasan inadvertidas por el ingenio del realizador en la forma de desatar la Masacre de Halloween en Miles County (al más puro estilo de Michael Myers en el clásico filme de John Carpenter).

‘Terrifier 2’: Los excesos del horror para los amantes del gore Video

Estas escenas llegan a ser, para los no iniciados en el gore o el mundo de Art, un tanto fuertes debido al lujo de detalle que Leone y su equipo ponen para hacer pasar el absurdo de estas mutilaciones de una forma bastante brutal, causando ya sea incomodidad o una que otra perversa risa. Esto nos remite al estilo de bajo presupuesto visto en grandes clásicos del horror como El despertar del Diablo de Raimi combinado con el ‘torture porn’ de la saga de Saw, en la cual el director demuestra su maestría en los efectos prácticos y el maquillaje, dejando de lado el CGI para que el baño de sangre se sienta a cubetazos.

Claro que la ahora saga de Terrifier no es original en su planteamiento, pues hay guiños por todos lados como los antes mencionados, pero también retoma esta idea de la idealización de los asesinos, aquellos que se convierten de súbito en estrellas dignas de culto a pesar de la atrocidad de sus actos. Aquí, hay elementos de Art que recuerdan casos como el de Jeffrey Dahmer o Ted Bundy, incluso haciendo guiños a esa excesiva explotación de la imagen de la que Oliver Stone se burlaba mordazmente con su pareja de asesinos, Mickey y Mallory Knox en Asesinos por naturaleza (1994).

A pesar de las inconsistencias en su historia, Terrifier 2 cumple con los excesos que normalmente una secuela de horror debe tener, intentando expandir el universo de Art el Payaso. Si bien deja partes inconclusas en el relato que el mismo realizador ha prometido aclarar en la tercera entrega (que ya se está preparando), además de una muy bizarra escena post créditos, no cabe duda que Leone sigue divirtiéndose con su creatividad al servicio del gore, una violencia que a todas luces podrá lucir injustificada para estas nuevas generaciones pero que funciona desde la mirada del diabólico y atroz Art.