Escenario

‘The commitments’: El soul es el ritmo del sexo y de la clase trabajadora

CORTE Y QUEDA CLASSICS. Revisitamos una de las grandes perlas fílmicas de Alan Parker que llegó a México en octubre de 1991

Cantantes en un concierto
Fotograma de 'The Commintments'. Fotograma de 'The Commintments'. (ESPECIAL)

Alan Parker es un director/escritor que desde su primer guión (Melody, 1970) mostró un especial interés por mostrar una temática social en sus filmes y, por otro lado, incluir música en la narrativa de la película para convertirla en un elemento más para contar la historia.

Gracias a la extraordinaria película Expreso de medianoche (Midnight Express, 1978), musicalizada por Giorgio Moroder, nominada a 7 premios Oscar de los cuales solo ganó dos, Parker tuvo más concesiones para trabajar a sus anchas con respecto a su pasión por la música demostrándolo en Fama (Fame, 1980) y después en la inolvidable Pink Floyd, The Wall, de 1982.

Luego de 4 películas más; Birdy (1984), Corazón Satánico (Angel´s Heart, 1987), Mississippi en llamas (Mississippi burning, 1988) y Come see the paradise (1990), Alan Parker regresa a los terrenos de la denuncia social en su propia tierra, donde se permite el lujo de mostrar todo lo característico de su cine más personal, de permitir al espectador disfrutar de todos los guiños, referencias, manejos de cámara, religión, guión, símbolos, narrativa, personajes intensos y por supuesto la música.

En 1991 se proyecta en los cines la película The Commitments (Camino a la fama) basada en la novela de Roddy Doyle del mismo nombre.

La historia se desarrolla en el norte de Dublín, Irlanda, a principios de la década de los 90. Una zona muy afectada por el desempleo, las huelgas y la presión sistemática de la corona inglesa que mantenía a la ciudad en una especie de pausa en el tiempo. Con una economía cautelosa donde la oportunidad de trabajo para una joven clase trabajadora era casi nula.

Teniendo como contexto este panorama, Alan Parker cuenta cómo se forma una banda a partir de la pasión del personaje principal, Jimmy Rabbitte, del soul estadounidense a manera de expresión musical de la clase trabajadora de Dublín del Norte. Con este argumento como columna vertebral de la historia, Parker nos permite acompañar a Jimmy en el proceso de seleccionar los músicos de la banda mientras observamos que es lo que sostenía el ánimo de la juventud dublinesa para escapar de su realidad.

Nombres como Bob Geldof & the Boomtown Rats, The Smiths, U2, Sinead O´Connor se mezclan con los Wings de Paul McCartney, Led Zeppelin, Sex Pistols para después dar paso a la esencia misma de la banda con temas de Ottis Reading, Bonny Rice, Al Green y por supuesto Wilson Pickett en el más puro e impecable soul emanado de una banda irlandesa.

Es así que, entre unidades habitacionales desvencijadas, de lotes baldíos, de fábricas abandonadas, de grupos de casas iguales que forman una calle y niños, niños por todas partes en todo momento – como un sello del cine de Alan Parker – jugando en medio de esa miseria de la vida adulta desempleada que lucha por sobrevivir, la banda de The Commitments se va abriendo paso poco a poco una vez formada y con una meta fija gracias al empuje, optimismo y perseverancia de su ahora manager Jimmy.

Es así que las notas poderosas de “Mustang Sally”, “Take me to the river” o “Hard to handle” retumban bajo la rasposa e intensa voz del ex-trabajador del transporte público Deco Cuffe – interpretado por Andrew Strong - o la sensualidad desbordante de Imelda Quirke – personificada por Angeline Ball – al cantar la típica de Aretha Franklin, “Chain of fools” en una versión hiper-sexualizada.

De igual forma conocida por la interpretación desgarradora de Aretha, la versión de “I never loved a men” que es cantada por Natalie Murphy (interpretada por la versátil Maria Doyle) o bien “That's the way love is” de Marvin Gaye que queda opacada ante la traviesa y sensual versión de Bronagh Gallagher quién interpreta a la bajita de pelo corto Bernie McGloughlin.

Pero los Commitments no solo son las voces; la banda es la afortunada unión de talentosos músicos que muestran un talento a prueba de todo grupo formado en el Rhythm & Blues o soul de los Estados Unidos.

Una sección de metales armónica que complementa una batería y bajo poderosos y constantes que permiten a la sección rítmica del piano y la guitarra que viste con notas oportunas todas y cada una de las más emblemáticas melodías del soul como “Nowhere to run” que cantaban Martha Reeves and the Vandellas, “Treat her right” cantada por el texano Roy Head, “Destination anywhere” del trío Marvelettes o la muy conocida canción, tocada incluso en la película The Blues Brothers (1980), “I can't turn you loose” de Otis Redding junto a “Mr. Pitiful” del mismo cantante.

Y desde luego que no podemos dejar fuera al por momentos McGuffin de la película: Wilson Picket de quien escuchamos en la voz de Deco Cuffe las versiones a “Bring it on home” de Sam Cooke, “Land of 1000 Dances” y la que da el sentido a toda la película y que remata con un final irónico y desolador: “In the midnight hour”.

The Commitments es una película donde el soul, representado en esta banda de dublineses del norte, es una salida al sórdido panorama de una juventud cuyos caminos se veían reducidos a embarazos, seguros de desempleo, el IRA y en el peor de los casos tomar el empleo del padre accidentado para tener un ingreso semanal seguro.

Un panorama desolador y bien retratado por Parker en el que, como ya mencioné antes, su elemento de esperanza característico es mostrar niños en paisajes urbanos abandonados y grises donde el único color lo dan los juegos y risas de esos pequeños que están más allá de las tensiones sociales de los adultos. Un limbo social donde faltarían unos cuantos años más para que el gobierno terminara lo que dejó abandonado desde 1960 en un repentino y afortunado crecimiento que dio empleo y seguridad a esos jóvenes.

Y en medio de eso están The Commitments que con su música pretenden salir adelante junto con el reclamo de su comunidad al mundo.

Sin embargo, Parker los regresa a la realidad de una forma cotidiana y terriblemente común en una metáfora de la inmadurez pero que, como último destello de humanidad, les permite salir de su entorno de la única forma que pueden hacerlo y que vimos durante todo el tiempo que los acompañamos y es por el sendero musical en la mayoría de los casos; para fortuna de los ya entrañables personajes.

No por nada bandas como Thin Lizzy, Chieftains, Van Morrison con y sin Them, Clannad y después grupos como U2, Corrs, My Bloody Valentine, The Pogues, Cranberries o solistas como Glen Hansard, Margo O'Donnell o Tommy Dempsey que resultaron, en la vida real, una voz que emergía desde lo más profundo de esa juventud que sobrevivía desde hacía cuatro décadas al final del siglo XX.

Y ya para terminar, The Commitments tiene la genialidad de funcionar como película y como banda en lo individual; y para muestra está el soundtrack que, sin haber visto la cinta, resulta un poderoso recopilatorio de canciones que combinan lo sensual con lo inconformista, lo enfadado de una generación que toma canciones igualmente rebeldes de anteriores músicos que alzaron la voz contra todas las adversidades e injusticias para plantarse firmemente frente a la sociedad.

Actualmente pueden encontrarse, no sin cierta complicación, cuatro versiones de la banda sonora que son la versión original editada en 1991 con un total de 14 canciones. Ese mismo año apareció la edición especial que fue un disco doble de 28 cortes con canciones que aparecieron en la película pero que no llegaron a la primera versión. Para 1992 sale por separado el Commintments Vol. 2 con 11 canciones de las cuales, tres de ellas no fueron grabadas previamente.

En el 2004 se edita el Rarities Edition: The Commitments de 16 cortes con 3 canciones no grabadas anteriormente más una versión extendida de “Ain’t nothing you can do” cantada por Andrew Strong. Para el 2010 sale la última versión del soundtrack que es la re-edición del Rarities. Todos estos soundtracks están disponibles tanto en LP Acetato como en CD.

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