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‘Volverte a ver’, un documental “que se arriesgó a no preguntar, sino a observar” a las madres buscadoras

ENTREVISTA. La directora Carolina Corral Paredes y la productora Magali Rocha Donnadieu nos dan detalles de este estremecedor filme que llegó a la Cineteca Nacional recientemente

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Imagen de la película 'Volverte a ver'.

Imagen de la película 'Volverte a ver'.

CORTESIA

En un momento en el cual el cine mexicano continúa explorando maneras diversas de representar la violencia en el país y su iconografía –de las escenas de venganza como espectáculo en La civil (Teodora Mihai, 2021), a los testimonios reales de mujeres buscadoras de sus familiares desaparecidos insertados en Ruido (Natalia Beristain, 2022), pasando por los pasajes evocativos en Abrir la tierra (Alejandro Zuno, 2019)–, la directora Carolina Corral Paredes y la productora Magali Rocha Donnadieu se inclinaron por un cine observacional e intimista en el largometraje Volverte a ver (2020), así como por la animación y la metáfora en el cortometraje Llueve (2021).

Ambos proyectos son documentales que abordan el caso del descubrimiento, por parte de la sociedad civil de Morelos, de la existencia de dos fosas clandestinas en la comunidad de Tetelcingo y el municipio de Jojutla, auspiciadas por el propio gobierno del Estado, las cuales en total escondían más de doscientos cuerpos, ello dentro de la administración de Graco Ramírez.

Más allá de las cifras y la tragedia, el tándem de realizadoras están interesadas en que el espectador conozca a las mujeres, vueltas circunstancialmente en peritos forenses autodidactas, que empujaron de forma burocrática y activista para poder obligar al gobierno a abrir las fosas y saber quiénes estaban enterrados. De esta manera consiguen capturar aquellos momentos al interior de los hogares de las madres mientras se rememora a la hija desaparecida o al hermano fallecido, pero también esos minutos de quietud en una alberca de hotel.

A propósito de los recientes estrenos de Volverte a ver en salas de cine y de Llueve en la plataforma de streaming FilminLatino, compartimos la entrevista con la pareja de cineastas, quienes explicaron de qué manera fueron descubriendo el ángulo idóneo para poder contar esta historia que, consideran, debe de conservarse en la memoria a largo plazo.

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Fotograma de 'Volverte a ver'.

Si bien el caso del hallazgo de este par de fosas clandestinas fue mediático, ¿cómo fue su acercamiento a esta noticia para decidir hacer un documental?

Carolina Corral Paredes: Magali y yo somos de Morelos y vivimos a veinte minutos del lugar donde se halló la fosa común de Tetelcingo en 2016. Nos resultó espeluznante e insólito el saber que estaban exhumando cuerpos ahí y que la vida de Cuautla continuaba de manera normal. Entonces, influidas por haber estado en un colectivo que se llamaba Emergencia MX, integrado por cineastas que buscaba hacer activismo por medio del documental y con el cual registramos las caravanas por la paz organizadas por Javier Sicilia en 2011, decidimos en un inicio hacer un cortometraje que diera cuenta de lo que estaba ocurriendo.

La primera aproximación a Tetelcingo fue muy impactante: todos, familiares, periodistas, activistas y nosotras como realizadoras, estábamos digiriendo este hecho histórico y emblemático. Ahí conocimos a las hermanas María y Amalia Hernández, madre y tía respectivamente de Oliver Wenceslao Navarrete Hernández, cuyo caso lleno de irregularidades y opacidades fue la que detonó el descubrimiento de esa fosa clandestina. Ahí también tuvimos nuestro primer encuentro con Tranquilina, Ángeles y Edith, las protagonistas de esta película.

En ese universo tan grande y complejo, vimos que un cortometraje iba a ser insuficiente, entonces empezamos a entrevistar a algunas personas y a capturar imágenes de lo que ocurría para tratar de armar con ese material un primer corte; sin embargo, nos dimos cuenta de que todo se sentía acartonado y superficial, parecía un reportaje periodístico y con esto no lo quiero decir despectivamente, pero como en el lugar había tanta prensa y se estaba generando demasiada información, nosotras no estábamos comunicando algo diferente, solo estábamos haciendo un collage, todavía no había personajes que contaran la historia, ni un hilo, ni algo con lo que te engancharas emocionalmente.

Lo más fuerte fue que ese primer corte no nos interpelaba, incluso, los colegas a quienes se los mostramos coincidían en señalarnos: “Si un tema así no te mueve es que lo están contando mal”. Entonces, en un momento complicado en el que nos habíamos acabado el dinero en la edición, decidimos volver a hacer el documental y esto coincide con el anuncio del descubrimiento de una segunda fosa, esta vez en el panteón de Jojutla en 2017.

Fotograma de 'Llueve'.

Fotograma de 'Llueve'.

CORTESIA

¿Qué significa para una cineasta reparar que lo filmado no funciona como se pensaba? Tomando en cuenta que tú también funges como una de las fotógrafas, ¿de qué manera se fueron replanteando las intenciones y encontrando otras rutas para contar esta historia?

CCP: Fue un momento duro. Habiendo decidido volver a hacer el documental, fuimos a Jojutla para observar con calma y más de cerca. Así, nos dimos cuenta de que el foco no se encontraba en las exhumaciones, ni en las cifras, ni en los funcionarios, sino en lo que estaba aconteciendo alrededor de la fosa, en los vínculos que las madres estaban construyendo día a día y en los pequeños detalles que iban surgiendo.

Entonces, la cámara fue captando cómo estas mujeres compartían lágrimas, risas, exigencias contra las autoridades, comida, momentos íntimos y también de calma. Creo que algo que nos ayudó de nuestra experiencia en Tetelcingo fue notar que procesos que podrían parecer simplemente protocolarios como donar sangre o llenar formularios, para ellas se volvían momentos muy importantes; todas esas preguntas que se les hacía sobre el rostro, la ropa o la estatura de sus familiares desaparecidos eran oportunidades para recordarlos.

Estimo mucho el comentario que nos hizo la documentalista Marta Andreu cuando fuimos a un taller en el Festival de Cine de Cartagena en Colombia: “Váyanse por ahí, sin miedo, debemos de ver cómo esas mujeres vivieron esos días y también de qué manera lo vivieron ustedes”.

Nuestro editor, Pedro García, fue una pieza crucial en la construcción de la película, porque él vio muchísimo valor en el archivo que Tranquilina, Ángeles y Edith hicieron con delicadeza y cariño, en el cual, conforme iban saliendo los cuerpos de la fosa, dibujaban y describían sus características, sus pertenencias, su ropa, incluso si presentaban signos de violencia. Entonces, Volverte a ver, se convirtió en un documental que se arriesgó a no preguntar, sino a observar.

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En la película existe un leitmotiv que es el altavoz en off en el panteón, el cual no solo marca la hora o informa el hallazgo de un nuevo cuerpo, sino que va transmitiendo esa pesadez, ese desgaste, esa angustia. ¿Cómo se fue concibiendo esta decisión narrativa?

Magali Rocha Donnadieu: Es un recurso narrativo que fue saliendo cuando estábamos revisando el material. Creo que sí fue un punto importante que queríamos marcar en la película con este altavoz omnipresente, el paso del tiempo, el cansancio y la incertidumbre. También por eso el documental se fue estructurando a manera de película de suspenso; contar este tipo de historias de este modo podría parecer una falta de respeto para estos temas, porque no es necesario guardar suspenso, pero en este caso de alguna manera así lo íbamos viviendo, día a día nos íbamos enterando de que había más cuerpos o de que la Fiscalía había dicho una nueva mentira, experimentamos esa zozobra a cada hora y se nos iban revelando cosas todos los días.

Aunque el documental no desea concentrarse en políticos, partidos, ni cifras, hay una secuencia que engloba la inacción de las autoridades y su desconexión con la ciudadanía, que es aquella en la cual las madres confrontan a Hortensia Figueroa –en ese entonces alcaldesa de Jojutla– cuando esta se presentó en el lugar más para tomarse la foto que para escuchar.

MRD: Justamente eso representa Hortensia Figueroa, a los funcionarios que intentan dar respuestas rápidas, protocolarias, que no resuelven nada, creyendo que los familiares son tontos, pero los ciudadanos ya los conocemos, así que es obvio que se les va a replicar contundentemente y salió muy mal parada. También nos hemos dado cuenta de esa insensibilidad y la impunidad con la que se manejan, cuando hemos hecho funciones acompañadas de autoridades y solo escuchamos promesas, buscando lavarse las manos y esperando el cambio de administración, por lo que creemos que sigue siendo más fértil trabajar con las familias que intentar hacerlo con los funcionarios.

La cineasta Carolina Corral Paredes.

La cineasta Carolina Corral Paredes.

CORTESIA

Acercándonos al final del documental, se inserta el testimonio en off de un hombre anónimo que describe con precisión lo que ocurrió durante las inhumaciones de Jojutla. ¿Cómo se da el encuentro con esta persona?

CCP: Él se acercó con nosotras a contarnos lo que había sucedido y visto, así como el conocimiento que tiene de las fosas, pidiéndonos el anonimato. Hay más información en un reportaje que publicó Proceso en abril de 2017, donde lo entrevistaron. Su testimonio reafirma lo que ya intuíamos, que hay más cuerpos en Jojutla de los que no nos han hablado y que tampoco han terminado de desenterrar, de hecho la fosa se iba a cerrar dos días antes de cuando se cerró realmente y solo se continuó exhumando porque las madres vieron una bolsa de plástico en la zona, que les sugirió que podía haber más cuerpos ahí, entonces la Fiscalía de Morelos ha intentado ocultar todo desde el inicio. Hasta ahora son 84 cuerpos encontrados en la fosa de Jojutla, sumados a los 118 cuerpos de la primera fosa.

MRD: Por desgracia, cuando el caso se volvió mediático, el gobierno supuestamente trató de avanzar y resolver, pero cuando la prensa se fue del lugar, ahí se acabó el compromiso del gobierno por acompañar a las familias y pareciera que solo han tratado de alargar las cosas, de hacerlas mal, de ocultarlas. Entonces, seguimos preguntándonos quiénes eran las personas que estaban en las fosas de Tetelcingo y Jojutla, aunado a que varios cuerpos no han sido entregados ni a la Fiscalía, ni a la universidad estatal, ni a la policía federal, ni a ninguna de las instancias que estuvieron en las exhumaciones.

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Por otro lado, se encuentra Llueve, cortometraje animado que podemos entender como una precuela, el cual rescata la historia de María y Amalia Hernández. ¿Cómo fue la creación de esta otra obra?

MRD: Son proyectos hermanos. La historia de María y Amalia Hernández es la génesis de ambas películas. Sin embargo, por el carácter coral y observacional que fue adquiriendo Volverte a ver esta ya no pudo entrar ahí. Como consideramos que el de María era un testimonio muy poderoso y que también contaba una cosa histórica, Carolina y yo decidimos dirigir un cortometraje y con este también devolverles algo a las protagonistas, así nace Llueve.

En el proceso llegó la pandemia y ya no pudimos filmar, entonces se nos ocurrió hacerlo animado, ya habíamos trabajado en el documental animado (Amor, nuestra prisión, 2019, acerca de cómo mujeres recluidas en el penal de Atlacholoaya buscan paliar su soledad a través de relaciones efímeras), y también nos parecía una herramienta interesante, sobre todo por lo poético y metafórico de la lluvia que vincula a María con su hijo desaparecido Oliver Wenceslao; entonces quisimos explorar esa posibilidad.

Para contar este universo trabajamos con María Conejo, ilustradora que aborda temas feministas, cuya obra en blanco y negro nos llamó la atención y con el estudio de animación Animatitlán encabezado por Luis Felipe Alanis, con quien ya habíamos colaborado. El testimonio de María que escuchamos proviene de varias entrevistas que le hicimos, las cuales fuimos transcribiendo y editando para que se pudiera contar en diez minutos y como consideramos poco ético pedirle a María que fuera ella quien leyera ese texto, la actriz Mariana Villaseñor dobla las palabras de María. Cabe mencionar que, si bien, ambos proyectos nacieron de la misma inquietud, cada uno tiene vidas y públicos diferentes y eso ha sido interesante.

La productora Magali Rocha Donnadieu.

La productora Magali Rocha Donnadieu.

CORTESIA

¿Cómo es el proceso de producción de un documental con las características de Volverte a ver?

MRD: Es un proyecto que nos llevó cuatro años terminar, el cual fue realizado con un equipo muy pequeño de solo seis personas. La película tuvo un proceso largo en la búsqueda de financiamiento, por lo que se fue construyendo en diferentes etapas y momentos conforme íbamos aplicando a fondos y fideicomisos.

Por parte de fondos internacionales hubo mucho interés y voltearon a ver la historia porque no podían creer que eso estuviera sucediendo, que fuera el mismo gobierno el que estaba desapareciendo a la gente, les parecía irreal, entonces se volvió todo un reto el poder contar y explicar el contexto cuando presentábamos el proyecto en un taller o cuando hablábamos con personas que eran de otros países, si de por sí para nosotros es difícil de entender, para alguien ajeno aún más.

En cuanto al rodaje, cuando el gobierno abrió la fosa de Tetelcingo, por la magnitud de la noticia, había mucha atención puesta y fue muy fácil el acceso, inclusive como descuidaron la llamada zona cero, hubo fotógrafos que pudieron captar huesos y cuerpos. Ya en la fosa de Jojutla, el gobierno fue más cuidadoso al respecto, pero para nosotras no resultó un problema porque como hemos dicho, el documental se había vuelto en algo cercano, íntimo y más bien estábamos pensando en cómo tejer la historia para llegar a lo que queríamos hacer.

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Fotograma del filme.

El largometraje viene acompañado por Desenterrar la verdad, una campaña de impacto. Platíquenme en qué consiste esta.

CCP: La campaña inició desde que empezamos a circular la película en festivales en 2020 y la idea es sacar el documental del espacio habitual de la sala de cine y llevarla a lugares comunitarios o las propias calles y que pueda funcionar como una herramienta; las mismas familias nos la han pedido para poder ser proyectada en plantones o manifestaciones. Entonces, ahora con su estreno, espero que la película siga sirviendo para hacer ruido y que las familias puedan obtener justicia.

MRD: Desenterrar la verdad, con su enfoque social y activista, se da gracias a una colaboración con Merle Iliná, quien es parte de Impacta Cine, productora de campañas para cine documental y la cual llegó a darnos un respiro porque la exhibición y el hacer que las películas lleguen a un público es un trabajo muy intenso y después del proceso de realización, investigación y producción, una llega sin saber muy bien cómo acompañar a la película y de qué manera planearle una vida. 

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