Se cayó en Sonora la premisa de que nada servía en la extinta Policía Federal. Aquella corporación fue un proyecto que terminó de un plumazo para dejar la seguridad pública en manos de militares. López Obrador se ha mantenido firme en sus postulados de que nada en la PF funcionaba y que se había podrido en corrupción. Pero el gobernador de Sonora, el muy influyente 4tesista Alfonso Durazo, ha decidido entregar el mando de sus uniformados a Víctor Hugo Enríquez, quien encabezó la División de Investigación de la PF, es decir, al encargado de combatir el narco en aquella corporación.

Enríquez se suma así a Omar García Harfuch como ex elementos muy destacados de la Policía Federal, que participaron activamente en los últimos años de existencia de la misma y que han debido ser aceptados en las filas de los gobiernos morenistas en busca de una solución a la crisis de seguridad.

A propuesta del propio Durazo, el congreso de Sonora dominado por los oficialistas, avalaron el nombramiento de Enríquez quien desde hoy tomará las riendas de la seguridad pública, muy presionada por bandas criminales, en el territorio sonorense.

La coincidencia con García Harfuch no termina en el paso por la Policía Federal, sino en el perfil de ambos, pues mientras el ex secreatrio de Seguridad Ciudadana de la CDMX realizó labores de inteligencia en su paso por la Fiscalía General de la República, Víctor Hugo Enríquez dirigió a 5 mil elementos federales de la ya mencionada División de Investigación de la PF.

Otros casos, como el nombramiento de Manelich García Manelich Castilla en Seguridad Pública de Quintana Roo, no prosperaron y la única razón visible es la probable antipatía que funcionarios morenistas y los militares tienen hacia quienes vistieron el uniforme azul de la Policía Federal.