
La cruzada que inició Vero Delgadillo para dotar a Guadalajara de un sistema público de recolección de basura termina, en unos días, su primer ciclo con un éxito que pocos le auguraban. Los montones de basura acumulados, las quejas galopantes de vecinos porque el camión no pasaba y aún la controversia por ajustarse a horarios específicos no aparecieron. Incluso estuvieron de más los llamados de la alcaldesa a “tener paciencia” para que el sistema se asentara. Este jueves, Vero declaró que su cruzada ha triunfado en su primer año. “Tomamos una decisión muy importante, una decisión que, aunque difícil, sabíamos que era por el bien de nuestra ciudad: retomar el control del servicio de recolección de la basura”, señaló, “Y emprendimos un camino difícil, contra todo pronóstico, logramos comprar 160 nuevos camiones de la limpieza, contratamos personal y creamos la OPD GDLimpia”.
El tono triunfal incluso puede quedarse corto. Todos suponían que esta era una bomba de tiempo sobre la que la flamante y emergente figura de Movimiento Ciudadano se había sentado sin meditarlo demasiado: “Hoy, a un año, sabemos que fue la decisión correcta, porque no podíamos seguir con una empresa que le había fallado a Guadalajara y a las tapatías y tapatíos”.
La alcaldesa dio las gracias a todas las personas que lo hicieron posible, empezando por los trabajadores de la limpieza, quienes le entraron al nuevo esquema y “porque sin ellos no hubiera sido posible”. Reiteró su agradecimiento a tapatías y tapatíos que pusieron su confianza en el nuevo esquema de recolección y que han aceptado el sonido de la campana como una cita que evita acumular basura en las aceras sin tener la certeza de que será recogida. La alcaldía de Guadalajara ha ido más lejos y ha comenzado a ligar los recorrido de los camiones recolectores con una aplicación para celular que recuerde a los ciudadanos la llegada de los recolectores.
La cruza, en efecto, parece triunfal.