Metrópoli

Educación enfocada en resultados y Persistencia, mejoran al emprendedor

Para desarrollar cultura de calidad, actualizarse y seguir vigentes en el mercado, las personas requieren educación específica que les permita mejorar

Panadería mexicana
Educación enfocada en Resultados y Persistencia permiten mejorar a las personas y negocios. Educación enfocada en Resultados y Persistencia permiten mejorar a las personas y negocios. (Uriel Puga Espíndola)

“El mexicano necesita desarrollar la virtud de la persistencia en sus metas y sueños, así como la capacidad de cambio”, explica a Crónica Javier Texcaltenco Maldonado, emprendedor que en 5 años ha logrado abrir, consolidar su negocio y vivir de él.

Socio de la Cooperativa Necuhtic”, palabra Náhuatl que significa “Dulce”, afirma que la educación enfocada en resultados es la diferencia para que un emprendedor “mejore muchísimo, desarrolle cultura de calidad, esté actualizado y se mantenga vigente en su mercado”.

“Necuhtic” es una panadería asentada en la Alcaldía Milpa Alta, en una colonia que construye la sensación de estar en la tranquilidad del interior de la República Mexicana, aquí nadie se ve apurado, la gente sonríe, y apenas es visible la contaminación visual de las campañas políticas.

En este contexto, el negocio de los Texcaltenco tiene éxito y diariamente surten con 600 panes a sus clientes, quienes por la mañana acuden puntualmente por su pan blanco, a razón de 300 piezas; y por la tarde, otra tanda igual, pero de pan dulce.

Necuhtic” tiene un sistema de trabajo para atender la demanda de su mercado con la capacidad instalada que tiene; al interior del negocio la experiencia sucede con orden y cada quien hace lo que le corresponde para producir un pan que hace honor al nombre del emprendimiento y provoca una dulce sensación al paladar.

Un Hobby que se tornó profesión

“La panadería surgió en 2019 como un pasatiempo, nuestros clientes fueron quienes comenzaron a pedirnos que hornearamos más pan y así creció el negocio”, recuerda Javier con entusiasmo al mismo tiempo que sigue trabajando.

Pese a ser socio propietario mantiene un rol que se integra al funcionamiento del emprendimiento, “porque aquí no hay jefes, somos familia y todos trabajamos para vivir bien de esto, eso funciona mejor que las viejas estructuras”, comenta.

En la actividad emprendedora participan 5 personas, todos socios cooperativistas que trabajan de lunes a viernes, de las 6:00 a las 20:00 horas, en dos turnos de producción planeada y organizada.

Además de Javier, participan como socios cooperativistas María del Carmen y Javier Texcaltenco, un primo, una tía y la abuelita de 60 años; todos viven del emprendimiento y están enfocados en crecer y mejorar.

Su actividad comenzó en realidad con la visión de la repostería, producían gelatinas, “Flan Imposible”, y lo que mpas disfrutan hornear: pasteles, sin embargo la demanda natural de su mercado orientó el desarrollo del negocio, cinco años atrás.

“A las 6 de la mañana hacemos la primera horneada porque los clientes llegan a las 7 en punto, a esa hora llega la gente de la escuela secundaria diurna N° 308 "Nochcalco" para comprar pan blanco, 300 piezas”, detalla.

Añade que luego, de las 11 a las 18 horas no hay venta porque “sube el sol y se va el apetito de pan”; el negocio es reactivado de las 18 a las 20 horas cuando llega la clientela que compra el pan dulce, otras 300 piezas para la cena familiar.

“Se llevan Gusanos (rellenos de piña), Conchas, Pierna (rellena de piña o zarzamora), Empanada, Calabazas, y Trenzas; también le vendemos pan a otras escuelas, Pingüinos, Chinos, Polvorones, y Galletas”, explica Javier.

Pese a los 50 kilómetros de distancia con el Centro de la Ciudad de México, esta zona en Milpa Alta posee una singular tradición comercial.

De acuerdo con la arqueóloga Blanca Paredes Gudiño, en el periodo Formativo (900 a.C.-150 d.C.) y hasta el Posclásico (900-1521 d.C.), existió un sistema de terrazas agrícolas que producían maíz, amaranto, chile y frijol; para consumo de la zona y tributo a la gran Tenochtitlán.

La desgracia que les ayudó

Javier relata que en 2019 se enteraron del programa “Economía Social de la Ciudad de México”, porque siguen en sus redes sociales al secretario de Trabajo y Fomento al Empleo, José Luis Rodríguez Díaz de León, a quien conocieron en un evento.

“Nos inscribimos y fue un proceso que nos permitió ordenarnos, cumplir requisitos administrativos y 5 meses después salimos beneficiados; nos adjudicaron 60 mil pesos que utilizamos para estructurar el negocio y mejorar”, señala.

El programa “Economía Social de la Ciudad de México” promueve la integración de sociedades cooperativas basadas en principios democráticos, a través de economías inclusivas que satisfacen demandas poblacionales a través del auto empleo de personas que trabajan para fortalecer la economía personal y familiar.

Recientemente el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batrés, elogió a los cooperativistas porque “el trabajador que forma parte de una cooperativa es, al mismo tiempo, trabajador y patrón, es su propio patrón, es su trabajador y las ganancias que obtiene la cooperativa se reparten democráticamente”.

El capital y la nueva cultura emprendedora que adquirieron permitió a Javier y sus socios hacerle frente a la pandemia, pese a que tuvieron que cerrar de 2020 a 2022.

“Éramos pastelería y nadie pedía pasteles, así que cerramos, pero esta desgracia motivó que diversificáramos e hiciéramos la panadería en plena pandemia, y comenzamos con puras conchas que se vendían muy bien”, recuerda Javier.

Invertir en ellos mismos

Explica que invirtieron el capital adjudicado en su talento y desarrollo profesional; “nos fuimos capacitando enfocádamente, contratamos a un Cheff panadero de ‘La Esperanza’ que nos enseñó todo lo que debe suceder en la panadería y nos funcionó muy bien, crecimos”, recuerda con emoción.

Y con la experiencia y seguridad de esa evolución en plena crisis, manifiesta que la educación enfocada en resultados ayuda a mejorar mucho a un emprendedor y trabajador, para que esté actualizado y se mantenga vigente en su mercado.

“Ahora buscamos gente preparada que nos capacite, en lugar de asistir constantemente a cursos generales, lo hacemos constantemente cada vez que tenemos la oportunidad”.

Desarrollar Persistencia

Javier explica que en 2022 se inscribieron al programa “Empléate” de la Secretaría del Trabajo, que apoya a personas que trabajan por su cuenta, que comprueben competencias y experiencia laboral para el desarrollo de un proyecto.

“Ese año no fuimos beneficiados, pero persistimos y en el 2023 volvimos a intentarlo y en un mes nos notificaron de la adjudicación de 9 mil 999.70 pesos, que utilizamos para comprar 2 espigueros de aluminio, cada uno con un costo de 5 mil pesos”, recuerda.

Dice que el espiguero le ayudó mucho para hacerle frente a la mayor demanda que tuvieron y por eso fue posible vender 300 panes en la mañana y el mismo número en la tarde.

Finalmente Javier Texcaltenco Maldonado revela que ahora viene el nuevo desafío de abrir un nuevo punto de venta más orientado a pastelería que a panadería, para hornear pasteles de Bodas, XV Años y Bautizos, en Milpa Alta.

“El mexicano es muy panero pero los pasteles dan mayor margen de utilidad y crecimiento”, explica y enseguida sugiere a las personas “desarrollar la virtud de la persistencia en sus metas y sueños, es posible seguir creciendo y estamos en eso”, señala y nos despide para enfocarse en la horneada de la tarde.

Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México