No hay una agenda opositora en el Congreso de la Ciudad de México, señala Jorge Gaviño, vicecoordinador perredista en el legislativo local y uno de los más avezados políticos con los que cuenta esa amalgama aún indescifrable de PRI-PAN-PRD en la capital del país.

“En este momento las oposiciones en la ciudad no tienen un programa unitario, se hicieron y se aliaron por una coyuntura electoral, pero de ninguna manera tenemos una plataforma que nos permita tener un programa de trabajo para ser oposición”, señala Gaviño durante un reciente encuentro con Crónica, “eso creo yo y me preocupa”.

Para el hoy perredista, los avances en los meses posteriores a la elección y la instalación de legislatura y alcaldías son pobres en la integración de una agenda opositora al gobierno de Sheinbaum. Señala que hay poco desgraciadamente, “lo que estamos viendo es que no hay un cemento de las oposiciones, cuando hay partidos divergentes como el PRD, PAN, PRI, que tenemos ideologías que se enfrenta muchas veces una con otra, tenemos que buscar un centro común, dejar de lado lo que nos está separando, lamentablemente no lo tenemos muy claro todavía”.

“Lo que no estamos encontrando y tenemos poco tiempo para hacerlo, es una agenda común legislativa, pero sobre todo política, que nos permita caminar juntos. No tenemos mucho futuro como alianza si no encontramos estos denominadores comunes”, sentencia.

El ejemplo que sale a colación es el de los vientres subrogados, cuya regulación el propio Gaviño ha impulsado tres veces y que se ha dado de frente contra la bancada blanquiazul en donde el tema sencillamente no tiene cabida.

Para Gaviño, en una ciudad como la de México, donde hay una legislación de vanguardia, punto de lanza de las mejores luchas feministas, del proyecto de ingreso universal para todas las familias, hay una agenda que podemos impulsar para apuntalar lo bien hecho y desterrar algunos errores.

El legislador y columnista de nuestro diario comenta que la oposición tiene en contra, además, a un gobierno que ha intentado acabar con sus contrarios, “de una manera muy hábil ha venido desmantelándolas antes de que nazca. Por ejemplo, quitar el fuero constitucional en la ciudad de México es un despropósito: El fuero es una figura con la que podemos estar de acuerdo o no, pero es para proteger a las oposiciones, no a los diputados de mayoría, que ellos se defienden solos. El fuero se creó para cuidar a los divergentes, a los que no piensan igual que el gobierno”.

Finalmente señala que un diputado que es de oposición debe creérsela, tanto que es diputado como que es de oposición y definir así en qué coincide con el gobierno y en qué no puede llegar a coincidir bajo ninguna circunstancia.

“Nosotros somos una oposición crítica”, dice en referencia al PRD, “hemos sido gobierno y cuando vemos que algo está mal lo señalamos, pero también aceptamos lo que se está haciendo bien”, y eso, enfatiza, no se puede perder.