Metrópoli

Coruña, el albergue al que temen las personas de la calle

“Es un lugar donde lo único que hacen es maltratarte, humillarte, es un espacio horrible”

Foto: Especial

Foto: Especial   

 

Pareciera que el principal designio de la presente administración se hubiera desdibujado con el paso de los años: “Por el bien de todos, primero los pobres”, o, al menos, algunas instituciones nunca lo han tomado en serio. Y es que hablar de inclusión y bienestar no sólo implica brindar apoyos económicos, becas o regalar ropa y útiles escolares, también tiene que ver con el trato que se les da a las personas.

La Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO), es una dependencia del gobierno que tiene como finalidad trabajar para ayudar a personas que históricamente han sido excluidas de los procesos de desarrollo económico y social, es decir, todas aquéllas que forman parte de los grupos prioritarios de atención, además de la que sufren violencia, maltratos y mayores obstáculos para el ejercicio pleno de sus derechos. Pero ¿Qué pasa cuando las instituciones que nacieron para ayudar, son las mismas que dañan y perpetúan la violencia? Ejemplos sobran.

Los grupos de atención prioritaria a los que SIBISO ofrece ayuda son: personas en situación de calle y abandono social, personas en condición de pobreza y desventaja social, personas mayores, personas en movilidad humana, participación y espacio público y diversidad sexual y de género, esto de acuerdo a página web sibiso.cdmx.gob.mx 

Como parte de una investigación especial, Crónica, tuvo acercamiento directo con uno de los grupos prioritarios que SIBISO expone en su página y busca ayudar: las personas en situación de calle y abandono social, las cuales define como: “Un grupo social diverso compuesto por niñas, niños, jóvenes, mujeres, hombres, familias, personas mayores, personas con discapacidad y otras con diferentes problemas de salud y adicciones. Estas personas pueden o no tener relación entre sí y subsisten en la calle con sus propios recursos, los cuales son insuficientes para satisfacer sus necesidades más elementales. Muchas de estas personas se encuentran en abandono social, pues no cuentan con la atención y cuidado de familiares, instituciones y de la sociedad en general, lo cual repercute sobre su bienestar en términos físicos, psicológicos y emocionales”. Se expone en su página.

El proceso

SIBISO, a través del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias (IAPP) dirigido por Nadia Troncoso Arriaga, y, en conjunto con el Centro de Valoración y Canalización (CVC), se integran para darle seguimiento a personas en situación de calle y vulnerabilidad a un albergue temporal, donde se ofrece una valoración médica, psicológica y psiquiátrica, que posteriormente evalúa a las personas para ser reintegradas a sus familias, canalizadas a un hogar temporal (TECHO) Transición entre la Calle y el Hogar, o ser canalizados a los Centros de Asistencia Social (CAIS).

Coruña, Ubicado en Sur 65-A, Colonia Viaducto Piedad, en la Alcaldía Iztacalco y muy cerca de metro Viaducto, es un albergue donde las personas que viven en situación de calle encuentran un espacio donde pueden pasar la noche y comer un taco, esto, una vez identificados y reconocidos como personas sin hogar.

Foto: Ardían

Foto: Adrián Contreras

 

Realidad-es en las calles

Si bien, las instituciones, sean cuales sean, tienen finalidades únicas, especiales y enriquecedoras, no es lo mismo ver las cosas por fuera que adentrarte en los lados oscuros de ellas. “No quiero saber absolutamente nada de Coruña, en ese lugar lo único que hacen es maltratarte, humillarte y es un espacio horrible” afirma una informante que, por motivos de confidencialidad, llamaremos Ana; una mujer de 33 años que lleva casi toda su vida en las calles y que, hasta hace un tiempo, encontraba refugio y cobijo en las banquetas de la ciudad; un noche afuera del Metropolitan, otra afuera de Metro Juárez y, algunas ocasiones, a las afueras del ISSSTE o el Sindicato de Trabajadores del Estado, muy cerca del Monumento a la Revolución. 

Foto: Adrián Contreras

Foto: Adrián Contreras

 

Ana tiene dos hijos, una bebé de siete meses y un niño de seis años. “Me vi en la necesidad de irme a rentar un cuarto chiquito, que no es la gran cosa ni tiene lujos, pero lo hice por mis hijos, para que tuvieran donde estar. Los de SIBISO, que se supone que nos tiene que ayudar, nos hacen más daño”, comenta mientras arropa a su bebé, carga una mochila y un par de amigos, también en situación de calle, la saludan y se sientan a su lado. En medio de un montón de gente y muy cerca de metro Hidalgo, las miradas no reparan en disimular en mirar a Ana con desdén.

Hermelinda Vergara Pérez e Irving Ramírez Godínez son dos conocidos de Ana, ambos desaparecidos desde hace cinco meses, “Vinieron y se los llevaron (SIBISO), eran tranquilos. Hemos ido a Coruña para hablar con el licenciado Víctor Daniel Sánchez para que nos de información sobre dónde están y por qué se los llevaron, al menos saber que están bien, pero nos niegan la información. Un día estás trabajando y al otro te desaparecen”, expresa con un tono entre rabia y enojo. Se hace el silencio.

Alias Diego, es otra persona en condición de calle, “Uno cree que en Coruña vas a estar bien y no, es un lugar grande y sucio, huele muy mal. Prácticamente es un lugar para personas mayores ya. Aquí, en la calle, cuando los de SIBISO dan sus recorridos nos tiran todo lo que tenemos, nuestras cobijas, nuestra ropa. No tenemos nada y aun así nos quitan lo poco que tenemos” comenta a la par que se arranca a correr al semáforo, éste se ha puesto en rojo y él ofrece a los conductores limpiarles su carro con una franela, agua y jabón. 

“Él no habla de ese tema”

Los derechos sexuales y reproductivos son parte de los Derechos Humanos contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, además de documentos internacionales y leyes como la Ley General de Salud. Este derecho nos habla sobre el poder decidir libremente sobre el cuerpo y la sexualidad y la vida reproductiva, recibir educación sexual y de la no violencia, física, psicológica o sexual. Pero, ¿Qué pasa cuando las personas en situación de calle deciden tener hijos a pesar de conocer que el futuro que les pueden brindar no es prometedor?

“Hace diez años a, alias Pedro, le quitaron a su bebé y jamás lo volvió a ver, él no habla de ese tema. Ellos creen (SIBISO) que te hacen un bien al quitarte a tu hijo, pero una es su mamá y a una es a quien le dolió tenerlos, y sí, no lo vamos a negar, nos drogamos y vendemos vicio, pero comida y amor no les hace falta a los niños”, comenta Ana, quien, con ojos llorosos y hasta con un poco de miedo, al borde de la banqueta, ahora cerca de bellas artes, y con ruidos por todas partes, expresa “sin mis hijos yo me muero”

Foto: Adrián Contreras

Foto: Adrián Contreras

 

Acción jurídica, la ley y el dolor

El 5 de marzo de 2020, en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, se dio a conocer el acuerdo por el que se expide el Protocolo Interinstitucional de Atención Integral a Personas que Viven en Situación de Calle en la Ciudad de México. En la que en el punto IV.2 se adjudica como responsables del ejercicio de inclusión a la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO), a través del Instituto para la Atención de Poblaciones Prioritarias (IAPP), así como a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDMX), ésta última como observadora permanente, y a organizaciones de la sociedad civil.

Es a través de cuatro etapas que el protocolo de acción de SIBISO se lleva a cabo, esto, con la finalidad de brindar una atención integral y servicios sociales para la integración de personas en situación de calle: Acercamiento (Valoración integral), atención (Canalización y atención), activación (Transición) y acompañamiento (Vida independiente), donde existen entes corresponsales de la ayuda como la Secretaria de Gobierno, Secretaria de Salud, Secretaria de trabajo y Fomento al Empleo, Secretaria de Cultura, entre otras. 

Foto: Gaceta de la Ciudad de México

Foto: Gaceta Oficial de la Ciudad de México

 

Para el sistema para el desarrollo integral de la familia de la ciudad de México Canalización de niñas, niños y adolescentes (NNA), la vida y el bienestar de los infantes, siendo estos hijos de personas en situación de calle, es muy importante. De acuerdo al protocolo publicado en la gaceta de la Ciudad de México, cuando los niños están “solos o en situación de violencia que ponga en riesgo, la vida, la integridad o la libertad corresponderá a la Procuraduría de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México, la protección y garantía efectiva de sus derechos, de conformidad con lo dispuesto en los Tratados Internacionales de los que México forma parte y la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA)”.

Incluso se enmarca que, cuando exista un delito en contra de estos niños, la Fiscalía General de Justicia se encargará de actuar de acuerdo a la ley del general de NNA, que agotará todas las posibilidades jurídicas con la intención de reintegrar al niño a su familia primaria o extensa, en el marco de su derecho de vivir en familia, de lo contrario quedará en manos del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias, comúnmente llamado DIF-CDMX, quien se encargará de garantizar efectivamente sus derechos de acuerdo a sus perfil y necesidades específicas.

Foto: Gaceta Oficial de la Ciudad de México

Foto: Gaceta Oficial de la Ciudad de México

 

Es entonces que, a pesar de los padres deseen tener a sus hijos viviendo con ellos en las calles, mientras no se cuente con buenas condiciones de vida, con todo lo que esto conlleva, SIBISO tendrá que actuar de acuerdo al protocolo en favor de los niños, no por deseo o prejuicios de los trabajadores en campo, que están constituidos por un Psicólogo, Trabajador Social, Asistente Social y operador del vehículo. siempre actuando con base en la ley.

De acuerdo a la primera etapa del protocolo de SIBISO, la acción, se tiene contemplada las Jornadas de Higiene, que enfatiza la importancia de mantener la higiene personal y del espacio físico para prevenir enfermedades o plagas, que, además, esta actividad no podrá ser utilizada para realizar retiros forzados, y se sensibilizará a las personas en situación de calle para que participen en dicha actividad.

Foto: Gaceta Oficial de la Ciudad de México

Foto: Gaceta Oficial de la Ciudad de México

 

“Vinieron y me tiraron todo, no me dejaron ni la cobija, me tuve que ir a dormir a la casa de unos de mis amigos” comenta, alias Carmen, una de las amigas de Ana, que ha querido comentar para la Crónica. “Es en estas temporadas (diciembre) cuando nos regalan más cosas, cobijas y cosas así, pero el resto del año no la pasamos tan bien, o nos tiran las cosas, o se quieren llevar a los niños o nos desaparecen”, afirma, mientras que, de una de las bolsas de su pantalón, inadecuado para su talla, color negro y harapiento, saca un ‘mona’ que exuda a activo y la empieza a inhalar.

Es claro que la ley marca específicamente los protocolos de acción con las personas de la calle; la protección de los niños, la higiene y el bienestar, sin embargo, las emociones sobre como SIBISO y las instituciones aliadas actúan con ellos, resuena tan fuerte que los ha llevado a tener miedo, a protegerse los unos a los otros, a ubicarse por nombres o apodos, a conocer sus territorios y no alejarse mucho de sus zonas seguras. El destino de aquellos niños de los que se ha hecho cargo el DIF, como el hijo de Pedro, del cual ya nunca supo su paradero debido a su adicción a las drogas, es incierto; ¿Seguirá al resguardo del DIF o habrá sido puesto en adopción? ¿Qué es lo que habrá sido de Hermelinda Vergara Pérez e Irving Ramírez Godínez, se habrán reformando o habrán sido un par de víctimas más de una mala ejecución de órdenes y protocolos? Probablemente.

La vida continua con sus miles de matices, crudos y oscuros, y nada es perfecto. Mientras la política se escribe, y las instituciones hacen lo que quieren cuando quieren ¿Quién se preocupa por los que sufren?

Foto: Adrián Contreras

Foto: Adrián Contreras