Víctimas de revendedora de boletos fueron extorsionadas antes de ir a prisión
Ahora “pagan las consecuencias” por no quitar denuncias en contra de la estafadora
Tracey Palafox es una revendedora de boletos que trabaja en complicidad con la policía capitalina —a cambio de dinero le hacen favores para que sus delitos pasen desapercibidos—, luego de sumar decenas de denuncias, la estafadora trató de limpiar su reputación con la ayuda de su abogado, quien pedía retirar las demandas de estafa a cambio de pagos que la revendedora tenía pendientes.
Al ver que no funcionaron las advertencias, las extorsiones hacia familiares y amigos de las víctimas iniciaron y terminaron tras las rejas.
Antes de ser capturados, los jóvenes que denunciaron ante la FGJCDMX a la estafadora (que robó más de un millón de pesos) recibieron llamadas intimidantes del abogado de Tracey, Edgar Raymundo Becerra, quien aseguró que las denuncias no procederían, ya que dijo ser trabajador de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México; “yo soy Ministerio Público coordinador de la Fiscalía territorial de Cuauhtémoc. Si quieres que te paguen y me estas quemando me quitas mi trabajo. Retira tu denuncia”, se escucha en una de las grabaciones en poder de este diario.
Además del abogado, personas que se dicen ser de la “Unión de Tepito” extorsionaron y amenazaron a las víctimas de la revendedora; a través de llamadas y mensajes con fotos de sus domicilios solicitando grandes cantidades de dinero a cambio de “no hacerles nada”.
Las llamadas eran constantes, pero las víctimas de Tracey no desistieron de sus denuncias, aun cuando el abogado prometió pagar la deuda si las quitaban; quienes habían denunciado a la estafadora pensaban que a través de las denuncias lograrían que las autoridades hicieran justicia.
Lamentablemente no fue así y las decenas de querellas que Tracey Palafox tiene en su contra no cuentan para la FGJ capitalina, ya que asegura que el expediente de la revendedora “está limpio”.
Lo anterior se comprobó el día que los siete jóvenes terminaron en prisión al caer en una trampa organizada por la revendedora y su novia, Genessis Carrillo, con ayuda de la policía; los siete fueron acusados de un falso secuestro y al momento que se abrió la carpeta de investigación tres de ellos indicaron que tenían denuncias en contra de la estafadora, pero quien elaboró el documento hizo caso omiso de los comentarios.
Los jóvenes acudieron a una cita en la que la revendedora reembolsaría una suma que asciende el millón de pesos, al confiar ciegamente en su palabra los capturó un operativo de más de 30 oficiales que los acusaron de secuestro, después de dos meses en prisión esperan una audiencia para poder demostrar su inocencia.