Mundo

Sin asientos, inodoro con música, peligros desatendidos y “ruidos submarinos”: Guía urgente del Titán

El dueño del viaje al Titanic desoyó las advertencia sobre la vulnerabilidad de su sumergible, que a las 6 de la mañana del jueves se queda sin oxígeno

drama en el atlántico norte

Sumergible Titan, desaparecido desde el domingo en un viaje al Titanic

Sumergible Titan, desaparecido desde el domingo en un viaje al Titanic

EFE

¿Cómo es el submarino desaparecido?

El Titán, del operador turístico de viajes extremos OceanGate Expeditions, debe su nombre a que está diseñado para hacer una visita de varias horas al pecio del Titanic, que reposa en el fondo marino a 3,800 metros de profundidad a unos 700 kilómetros del puerto de San Juan de Terranova (Canadá), en el Atlántico norte.

Fabricado en fibra de carbono y titanio, materiales ligeros pero resistentes, el sumergible de 6.5 metros de eslora está diseñado para albergar a cinco personas. Una vez transportado por el buque nodriza Polar Prince frente al punto donde se hundió el Titanic en 1912 (sus restos fueron localizados en 1985), el Titán realiza dos horas de descenso, varias horas explorando el Titanic y dos horas de regreso a la superficie.

Para un sumergible tan avanzado, el interior es sencillo y pequeño, con un ojo de buey en la proa y sólo un botón y una pantalla en la pared. El resto de las operaciones de la embarcación se ejecutan en un controlador de mano con forma de consola de juegos, con botones coloridos.

Gráfico del interior del submarino Titán

Gráfico del interior del submarino Titán

EFE
Lee también

Carrera para rescatar a los 5 del submarino; el oxígeno se acaba la mañana del jueves

Fran Ruiz
El subamarino Titan, perdido en la inmensidad del océano Atlántico, mide 7 metros de eslora

Su interior es tan estrecho que no tiene sillas, por lo que los cinco tripulantes deben ir sentados con las piernas cruzadas y sin zapatos. No hay despensa de alimentos y el agua está racionada; no se especifica por cuánto tiempo, pero dado lo corto del viaje y las restricciones de peso, probablemente no sería superior a tres o cuatro días.

Solo hay un baño pequeño en la parte trasera del submarino, que "funciona como el mejor asiento de la casa", según una página web de OceanGate (que ya no está disponible). Antes de ser borrada, añadía que cuando alguien usa el baño, instalan una cortina de privacidad “y ponen la música a todo volumen”. Además, se recomendaba a los pasajeros que restrinjan su dieta antes y durante la inmersión "para reducir la probabilidad de que necesiten usar las instalaciones".

Pero lo que más preocupa es el oxígeno, con una capacidad de 96 horas (cuatro días), que se agotará aproximadamente a las 6 de la mañana del jueves. A partir de entonces el aire será irrespirable y los pasajeros se ahogarán hasta morir en cuestión de 4 o 5 minutos.

¿Qué pudo haber ocurrido?

La embarcación inició su descenso de casi cuatro kilómetros el domingo, pero perdió el contacto con el buque de superficie una hora y 45 minutos después. A partir de la pérdida de comunicación, todo son conjeturas.

Se considera poco probable un incendio a bordo, ya que, a primera hora de la madrugada del miércoles, un avión canadiense P-3 detectó “ruidos submarinos” en la zona de búsqueda (un área de superficie marítima equivalente al tamaño del estado de Hidalgo).

De corresponder a ruidos emitidos por el Titán, sería la confirmación de que los tripulantes están vivos (un incendio no controlado a tiempo habría resultado casi incompatible con su supervivencia).

Vehículos operados por control remoto fueron reubicados “para explorar el origen de los ruidos”, aunque, de momento, las búsquedas “han dado resultados negativos”.

Lee también

De igual manera, sería incompatible con la vida una grieta en el casco con el resultado de entrada de agua en su interior. Sin embargo, esta opción es muy poco probable porque, a diferencia del Titanic, cuya parte de la quilla fue rajada por un iceberg la noche del 14 al 15 de abril de 1912, el Titán navegó en aguas sin obstáculos.

Un escenario posible es una falla eléctrica o del motor, lo que dejaría al submarino a merced de las corrientes del Atlántico. Sobre este escenario, Carl Schuster, capitán retirado de la Armada estadounidense, explicó a The Wall Street Journal que muchas de las tripulaciones de sumergibles privados son antiguos militares con formación sobre cómo actuar en caso de emergencia, incluida la forma de soltar lastre para reflotar la embarcación.

Según los protocolos de emergencia habituales, la tripulación intentaría comunicarse con embarcaciones en la superficie y, en caso contrario o en paralelo, soltaría lastre hasta que el submarino subiera a la superficie.

Se desconoce, no obstante, si el piloto del sumergible, el estadounidense Stockton Rush, dueño de la compañía OceanGate, tiene la suficiente veteranía (el viaje del domingo fue el tercero realizado al Titánic), sí supo cómo soltar lastre o si el sumergible tiene un dispositivo potente para emitir sonidos. 

Popa del Titanic vista desde arriba

Popa del Titanic vista desde arriba

National Geographic

En caso de que hubiera logrado salir a la superficie, la tripulación contaría al menos con el oxígeno de la atmósfera. Sin embargo, este escenario parece poco probable, ya que, de lo contrario, la probabilidad de que hubieran sido ya localizados es alta, dado el gran despliegue de buques, drones y aviones que los buscan.

El último escenario y el más temido es que el pequeño sumergible se haya enredado con algo: redes, algas o entre los propios restos oxidados y coralizados del Titanic.

En una entrevista a CBS News en 2022, Rush defendió la seguridad del sumergible, aunque subrayó que nada está exento de riesgos. “Lo que más me preocupa son las cosas que me impiden llegar a la superficie: salientes, redes de pesca, peligro de enredos”, dijo, aunque restó importancia señalando que “un buen piloto puede evitar esos peligros”.

¿Cometió el dueño del Titán una negligencia criminal?

Stockton Rush junto a su sumergible Titan

Stockton Rush junto a su sumergible Titan

OceanicGate

Stockton Rush empezó a publicitar los viajes al Titanic presumiendo de que el Titán era “el único sumergible tripulado del mundo que puede llevar a cinco personas a profundidades de hasta 4,000 metros debajo de la superficie del océano”.

Pero los líderes de la industria de sumergibles y oceanógrafos estaban tan preocupados por lo que describían como el “experimento Titánico” de OceanGate que, en 2018, más de treinta de ellos mandaron a la compañía una carta, que fue obtenida por The New York Times. En ella, advertían de posibles problemas “catastróficos” con el rendimiento de la nave y su vulnerabilidad en su viaje a aguas muy profundas, donde es casi imposible la emisión de señales y donde la presión es elevadísima.

¿Quién iba a bordo y cuánto pagaron?

Paul-Henri Nargeolet, Shahzada Dawood y su hijo, Suleman, Hamish Harding y Stocktom Rush

Paul-Henri Nargeolet, Shahzada Dawood y su hijo, Suleman, Hamish Harding y Stocktom Rush

Facebook

Hay cinco personas en la embarcación: Stockton Rush, fundador y director ejecutivo de OceanGate Expeditions, que opera la nave; Hamish Harding, un empresario y explorador británico, el empresario británico Shahzada Dawood y su hijo, Suleman, de una de las familias más adineradas de Pakistán, y Paul-Henri Nargeolet, un experto marítimo francés, obsesionado con el Titanic y que ha estado en más de 35 inmersiones en el sitio donde ocurrió el naufragio.

Los cuatro pagaron a Rush 250 mil dólares cada uno por un viaje en el que se prometía una aventura de riesgo. Lo que nunca imaginaron es que el riesgo de muerte era tan real como la vida misma.