El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, impasible ante el daño que hacen las altas tasas de interés a los bancos de tamaño mediano —tres de las cuatro mayores quiebras bancarias en EU han ocurrido en el último mes y medio— sigue obsesionado con plantar batalla a la inflación y no muestra signos de frenar en seco el alto precio del dinero, hasta lograr rebajar el precio de los productos al 2.5%, pese al riesgo real de entrar en recesión.
En la reunión de este miércoles, la Fed subió otro cuatro de punto las tasas de interés hasta quedar en el 5.25%, el nivel más alto desde 2007, justo antes de la crisis financiera de 2008 que acabó en una década de recesión. Se trata de la décima vez consecutiva que sube el precio del dinero que cobran los bancos a sus clientes por pedir prestado.
En poco más de un año, la Reserva Federal ha subido los tipos de interés cinco puntos. Sin embargo, el comunicado de la Reserva Federal abre la puerta a que esta sea la última subida del ciclo o a que, al menos, haya una pausa en el endurecimiento de la política monetaria.
“El comité seguirá de cerca la información que reciba y evaluará sus implicaciones para la política monetaria, a la hora de determinar en qué medida puede ser apropiado un endurecimiento adicional de la política para devolver la inflación al 2%”, dice el comunicado de la Fed, en el que, por primera vez en un año, no anuncia o sugiere una nueva subida de las tasas en la siguiente reunión, que se celebrará los días 13 y 14 de junio.
“Es probable que el endurecimiento de las condiciones crediticias para hogares y empresas lastre la actividad económica, la contratación y la inflación. El alcance de estos efectos sigue siendo incierto. El comité sigue muy atento a los riesgos de inflación”, dice el comunicado, que supone un gran cambio con respecto a anteriores reuniones.
El banco central estadounidense ha logrado enfriar la economía, que creció solo un 0.3% en el primer trimestre. Y ha logrado que la inflación baje desde el 9.2% de mediados de 2022 hasta el 5% de marzo.
La inestabilidad financiera desatada desde la caída del Silicon Valley Bank (SVB) el pasado 10 de marzo también tiene un efecto financiero restrictivo. SVB, Signature Bank y First Republic han seguido un proceso similar de quiebra y venta a un banco mayor.
Sin embargo, la tasa de paro sigue cerca del mínimo en medio siglo y la falta de oferta presiona al alza los salarios más de lo que le gustaría a Powell, por lo que seguirá muy atentamente los datos de inflación de abril, por si detecta un rebote y se plantea de nuevo otra subida del precio del dinero.
La última vez que la Reserva Federal subió los tipos de interés tantas veces consecutivas fue precisamente entre 2004 y 2006, cuando el banco central elevó el precio del dinero 17 veces, aunque todos esos ascensos fueron de 0.25 puntos. Una subida de tipos tan agresiva como la actual no se veía desde la década de 1980, un trabajo que se repartieron entre Alan Greenspan y Ben Bernanke.

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