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Automedicación en infantes podría ocasionar complicaciones dermatológicas

Dermatitis atópica, uno de los padecimientos de la piel más comunes, que pueden ocasionar irritación de la piel, comezón en exceso y en algunos casos incluso hinchazón

La dermatitis atópica en la infancia si no es controlada adecuadamente, puede ocasionar muchos problemas en las y los menores que la padecen, ya que este padecimiento es incurable

La dermatitis atópica es una de las enfermedades más comunes en la piel, por lo que expertos recomiendan evitar la automedicación en bebés e infantes, y mejor acudir con un profesional de la salud 

La automedicación en infantes y adolescentes para el tratamiento de padecimientos dermatológicos representa serios riesgos a la salud, por lo que el uso de estos fármacos siempre debe ser con supervisión médica.

Entre los padecimientos de la piel más comunes en este segmento de la población en nuestro país se encuentran la dermatitis atópica y de la zona del pañal; sudamina o miliaria; impétigo; infecciones cutáneas por hongos como tiñas o levaduras, o virales como el herpes.

Especialistas del Departamento de Dermatología del Hospital Infantil de México advirtieron también de las enfermedades exantemáticas, como la pitiriasis alba: prurigo por insectos y acné, que es una dermatosis prevalente en adolescentes; así como vitíligo, cicatrices residuales y manchas por el sol.

La dermatitis atópica, también conocida como eccema, es un padecimiento crónico que consiste en la inflamación e irritación de la piel; produce comezón en exceso y esto ocasiona hinchazón, enrojecimiento, sangrado y costras. Se presenta de forma cíclica con brotes, empeoramiento, remisión o desaparición de síntomas, con la consecuente mejora de la salud cutánea.

Si bien la mayor parte de los casos de dermatitis atópica corresponde a un estadio leve, en algunos casos la severidad la vuelve incapacitante, lo que se traduce en ausentismo escolar o laboral y en complicaciones en las interacciones familiares y sociales.

Indicaron que la dermatitis atópica tiene origen multifactorial en el que intervienen elementos de índole genético, relacionados con hipersensibilidad cutánea a ciertos estímulos. Su diagnóstico es con criterios clínicos como los antecedentes familiares de dermatitis atópica, asma o rinitis alérgica.

En el caso del asma y la rinitis son patologías distintas, tienen un componente inmunológico genético parecido, por lo que están estrechamente relacionadas con la dermatitis atópica, y es frecuente encontrar casos de comorbilidad.

Otros criterios clínicos para el diagnóstico son la comezón y la ubicación de los sitios de mayor irritación, como las mejillas, en el caso de niñas y niños muy pequeños; y los pliegues de flexión o huecos poplíteos, como antebrazos o la parte trasera de las rodillas. También se debe tomar en cuenta la morfología de las lesiones que se identifican por la piel engrosada, seca o que se descama.