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Monta 4T bronca internacional contra COVAX; “rendimiento político”, acusan desde el mecanismo

Con base en documentos oficiales, contratos y seguimiento a reportes de la SS, se fueron desmarañando, por decir lo menos, diversas inconsistencias ventiladas por el gobierno mexicano, las cuales han llegado a la línea de un conflicto diplomático.

Comprar vacunas contra virus del mono

Comprar vacunas contra virus del mono

Detrás de la reciente amenaza mexicana de presentar una demanda contra la ONU y el mecanismo COVAX, creado a nivel mundial para la “asignación equitativa” de vacunas durante el COVID-19, hay una historia de fracaso, falsedad, malas negociaciones, opacidad e ineficiencia por parte de la 4T.

“Quizá México busca tener rendimiento político diciendo: ´nos han engañado, y los demando´. Tal vez les funciona internamente, pero a nivel internacional no tiene ningún sentido, porque eventualmente COVAX se defenderá”, dijo en entrevista con Crónica Rafael Vilasanjuan, integrante de la Junta de Gobierno de la Alianza Global para la Vacunación y la Inmunización (GAVI), la organización coordinadora del proyecto.

Foto: Especial

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“No quisiéramos que se hiciera público un enfrentamiento con un país, porque detrás de COVAX hay otros países financiadores e implementadores, sin el interés de batallas diplomáticas, pero cuando esto vaya a una vista judicial, si es el caso, el mecanismo se defenderá con el contrato que se ha firmado”.

AMENAZA. El pasado 22 de agosto el presidente Andrés Manuel López Obrador sorprendió, a su estilo, con el amague legal: “Vamos a presentar una denuncia porque no nos han entregado vacunas del organismo que se creó en la ONU. Covax nos debe 75 millones de dólares”.

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-¿Denuncia contra quién? -se le preguntó en Palacio.

-Contra Covax y contra la ONU, porque ya es el colmo. Les dimos dinero adelantado por las vacunas. Hemos sido tolerantes porque se trata de un organismo internacional, pero no somos encubridores y hace falta una renovación en esos organismos.

De manera sorprendente -tema de análisis en las siguientes entregas de este reportaje-, un día después Hugo López-Gatell, Subsecretario de Salud, anunció una “oferta” por parte de COVAX de 10 millones 3 mil 200 dosis pediátricas -Pfizer, a entregarse durante septiembre-, la cual, según esa versión, se había formalizado en tan sólo unas horas vía Relaciones Exteriores. Aunque insistió, en caso de nuevo incumplimiento: “El gobierno de México se reserva su derecho de cualquier acción legal”.

Las dosis se utilizarán, dijo, en el programa de vacunación para niños de 5 a 11 años.

Con base en documentos oficiales, contratos, seguimiento a los reportes de la Secretaría de Salud -la mayoría durante la mañanera- y entrevistas con actores involucrados o especializados en el tema, se fueron desmarañando, por decir lo menos, diversas inconsistencias ventiladas por el gobierno mexicano, las cuales han llegado a la línea de un conflicto diplomático.

Foto: Especial

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Aunque se había mantenido en secreto, este reportero obtuvo una copia del contrato signado por México para incorporarse a COVAX, el pilar para la adquisición de vacunas de una iniciativa global llamada ACT Accelerator (lanzada en abril de 2020, en pleno repunte de la pandemia y antes del desarrollo y aprobación de inmunológicos).

Contrario al discurso de autoridades nacionales, insistente en vincular al mecanismo sólo con la Organización Mundial de la Salud y la Organización de Naciones Unidas, el documento se firmó con GAVI, ente dedicado durante más de dos décadas a vincular a los sectores privado y público para “dar un uso equitativo a las vacunas”.

Su Junta de Gobierno hoy es presidida por José Manuel Barroso (ex presidente de la Comisión Europea y ex primer ministro de Portugal) y se conforma de 28 miembros: uno de los primordiales es la Fundación Bill & Melinda Gates, pero tiene representaciones del Banco Mundial, UNICEF, OMS y también de organizaciones de la sociedad civil, de fabricantes y la industria farmacéutica.

GAVI maneja tanto la oficina de instalación de COVAX como su plataforma de adquisición y distribución denominada “Facilidad”, así como su comité de auditoría y finanzas y la reunión de coordinación mundial (CCM), cuyas facultades abarcan costeo, financiación y movilización de recursos. Su objetivo fue garantizar 2 mil millones de dosis para 2021, para lo cual se propuso reunir con ayuda de los países al menos 6 mil 200 millones de dólares.

En su página web llama “socios” a los organismos internacionales, “desde la experiencia científica de la OMS y el sistema de adquisición de UNICEF hasta el conocimiento financiero del Banco Mundial y el conocimiento del mercado de la industria”.

Aunque se ha enfocado a llevar vacunas a países pobres, en diversos foros ha recibido reproches: “Dos tercios de los miembros con derecho a voto de la Junta son partes interesadas clave de la oferta de vacunas. Las principales controversias de su esquema de funcionamiento se pueden resumir en conflictos de interés de los miembros de foros decisorios, conformación desbalanceada de las estructuras directivas y decisivas, y participación de presupuestos públicos nacionales en su sostenibilidad financiera”, denunció la organización internacional Misión Salud.

“Si la intención de GAVI-COVAX era favorecer el acceso, ¿por qué tomó este tipo de medidas? Sus mecanismos (de compra) sugieren más una estrategia comercial y/o política que una estrategia de acceso”, añadió en una de sus evaluaciones.

COVAX diferencia entre países subvencionados y autofinanciados. Los primeros son los de menores ingresos, a los cuales se beneficiaría con vacunas -cuando estas fueran aprobadas- a precios muy reducidos o donaciones de países ricos. Los segundos, de ingresos medios y altos, podían firmar con GAVI acuerdos de compra, aunque en las mismas condiciones de los países más ricos del mundo.

México fue ubicado en este segmento.

Los autofinanciados, como nuestro país, tenían la posibilidad de firmar dos tipos de acuerdos: uno, etiquetado como “compromiso de compra”, el cual estipulaba un pago anticipado de 10.5 dólares por dosis, con la posibilidad de hacer un depósito inicial de 1.6 dólares y brindar una garantía financiera por la cantidad restante de 8.95 dólares. Los países estaban obligados a comprar las vacunas negociadas por el mecanismo. Si la dosis era más barata de 10.5 dólares, se les devolvería el remanente; si eran más caras, debían completar el precio.

“El compromiso de compra es real, GAVI está comprando tus vacunas y tú debes comprometerte a un precio: si quieres, por ejemplo, 10 millones de dosis, el pago es de 10.5 dólares por cada una, como anticipo, pero deberás pagar todo lo que quede por pagar, a no ser que sean más baratas”, explicó Rafael Vilasanjuan.

La otra modalidad fue etiquetada como “opción de compra”, la cual dio a los países la libertad de rechazar o aceptar cada adquisición concretada en su momento por COVAX.

Debían pagar un adelanto de 3.10 dólares por dosis, más otros 40 centavos de dólar como “garantía de riesgo compartido”. Una especie de comisión a COVAX, para protegerlo del riesgo de no ejecutar la compra.

México apostó por esta última alternativa, conforme al contrato en poder de este diario. Lo firmó como ejecutante Jorge Carlos Alcocer Varela, en su calidad de secretario de Salud; y, como testigo, el canciller Marcelo Ebrard. Por GAVI, la directora Marie-Ange Saraka-Yao.

Se definió como plazo de pago el 9 de octubre.

“La opción es: ´estoy haciendo tratos por mi cuenta con los laboratorios, pero quiero además tener una opción de compra con GAVI, que suma todas las opciones de compra de los países y hace una compra mayor, aunque no sé qué países me terminarán comprando, porque el compromiso no es formal, pero aquí debes entregar un dinero extra, porque GAVI compra y no quiere asumir riesgos, y en el caso de que tires para atrás, ese dinero ya lo he utilizado porque compré vacunas y se las daré a otro país. No tienes la obligatoriedad de quedarte con esas dosis”, describió Vilasanjuan.

La “opción de compra”, tomada por México, fue calificada como riesgosa en un análisis elaborado por ISGlobal, instituto integrante del comité asesor de GAVI, y titulado: “G20, vacunas y COVID-19: ¿Por qué es imprescindible el éxito de la iniciativa COVAX?”.

“Este mecanismo no obliga a la compra pero tiene un riesgo mayor en la inversión, tanto para los países como para la propia Facilidad COVAX”, alertó.

De manera inverosímil, en el dinero, pagos y dosis parece estar parte esencial del conflicto. ¿Hubo ignorancia en los términos de las negociaciones, desaseo en el estudio del contrato o es simple manipulación de datos?

“No sabemos qué aduce esta amenaza. México no forma parte de los países subvencionados. Durante el grueso de la pandemia, Covax jugó para México y el resto de los países de rentas medias y altas un papel de bróker: vas a tener acceso a una compra que, como país, te podría costar más. Esto no es una cosa para llevar a un tribunal, la justificación está en los contratos. ¿Qué le puede recriminar México a Covax?, ¿que le ha servido más tarde que a otros países?”, respondió Rafael Vilasanjuan.

“Quizá México nos está confundiendo con el Fondo de Vacunas de la Organización Panamericana de la Salud, que establece un precio único para todos los países; GAVI no, trabajamos con precios diferenciables. ¿Qué quiere poner en el juzgado? COVAX es un mecanismo que facilita las cosas y si no, que mejor se vaya por su cuenta. Esto no es obligatorio para nadie”…

Ahí, en la interpretación torcida de los números, asoma la hebra…

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LOS DOS EJES FINANCIEROS DE COVAX

El primero fue para financiar y acelerar el desarrollo de vacunas candidatas, dirigido por la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés).

• El segundo fue Facilidad COVAX (COVAX Facility), para la adquisición y distribución equitativa de vacunas, plataforma liderada por GAVI.