El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Mathias Cormann, señaló que la estimación de dicho organismo internacional respecto de la previsión de crecimiento para la economía de México al finalizar este año será de 2.5%, sostenido en el consumo interno y la relocalización de empresas o ‘nearshoring’, aunque también acompañado de una reducción de sus exportaciones por la desaceleración en Estados Unidos.

En el documento de la OCDE, dijo, se prevé que México finalice el año con una inflación general de 4.1% y subyacente de 4.2 por ciento, y que tardará hasta 2025 para estar cerca del objetivo del Banco de México con un índice de 3.2 por ciento.

En conferencia de prensa, desde Palacio Nacional, en la que presentó el “Estudio Económico sobre México”, en la que estuvo acompañado del subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Gabriel Yorio, Mathias Cormann precisó que “una desaceleración más pronunciada en Estados Unidos y una inflación más persistente de lo previsto, que obligue a mantener los tipos altos durante más tiempo, son los principales riesgos a la baja”.

Señaló que la reconfiguración en curso de las cadenas de valor mundiales, impulsaría la inversión más de lo previsto, en tanto que la inflación general y subyacente seguirán en caída, “la inflación general se ha suavizado y la inflación subyacente, aunque más persistente, está también disminuyendo gradualmente, aunque la inflación de los servicios sigue siendo elevada”, indicó.

Mathias Cormann señaló que la fuerte apreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense “ha contribuido a contener la inflación tras la histórica apreciación de la moneda mexicana de casi 13% hasta 16.96 unidades por billete estadounidense en 2023”.

El directivo sostuvo que en nuestro país, la inflación está cayendo hacia el rango de meta del Banco Central (Bnco de México) y la política monetaria “debe garantizarnos que esta tendencia continúe y que podamos seguir teniendo esto, para alcanzar la meta del Banco central, lo cual significa que estos estándares monetarios se tengan que mantener como han estado hasta ahora, como en el 2022 tenemos 7% la inflación, 4.3% de noviembre del año pasado, gracias a políticas monetarias más estrictas y que se dieron de manera muy oportuna”.

Sostuvo que México tiene retos en el mediano plazo para poder detonar el potencial total de la economía mexicana y aprovechar las oportunidades del “nearshoring” y la relocalización, al tener un gasto público bajo, debido a la recaudación de ingresos, “hablamos de política fiscal, de objetivos fiscales y haciendo que la deuda pública siga bastante baja relativamente hablando, 46.3% del PIB en 2023 y el gasto público 20.5% del PIB, hablamos en términos relativos, en relación con 41.5% que se da en los países de la OCDE lo cual contribuye a finanzas públicas sólidas”.

Asimismo, se refirió a las presiones del gasto que están aumentando en áreas clave como educación, pensiones , tasas de interés que se están pagando en relación con la deuda y también el combate contra la corrupción.

Sostuvo que hay muchas cosas que se pueden hacer en términos de enfrentar la evasión fiscal y también medidas de políticas para aumentar el nivel de la cuestión fiscal con relación con el PIB sin tener un impacto negativo en la competitividad internacional de México, lo cual tiene que ver con un aumento de los ingresos, sin aumentar las tasas de interés haciendo “así el sistema fiscal más progresivo y mucho más eficaz”.

“Aquí tenemos otra área donde hay margen para recaudar más, a través del impuesto sobre la propiedad”, ya que los municipios son responsables de dicho impuesto, “pero solamente una tercera parte de los municipios lo hacen... Y las políticas deben existir para tener un sistema de catastro mucho más actualizado y moderno” y que los municipios puedan recaudar dichos impuestos.

El segundo reto, abundó, tiene que ver con impulsar la productividad, que es en donde “México tiene una gran oportunidad que se le puede aprovechar para que avance hacia esta trayectoria de la OCDE ayudando a que esto se dé y haya una mejora en el nivel de vida y se haga sostenible en toda la economía”.

La proximidad geográfica con Estados Unidos da ventajas estructurales con importantes ventajas estructurales para poder continuar y mejorar las cadenas de valor a través del crecimiento de la productividad también en las inversiones y para que esto se vea en todo el país hay que mejorar y acelerar la digitalización “esto ayudaría específicamente a las Pymes para que puedan participar en la cadena de valor global”.

Hay que mejorar la digitalización, dijo, para mayor acceso de las empresas que tanto lo necesitan, porque en este momento 26% de las Pymes no usan internet y hay que integrarlos sobre todo en zonas rurales, a los mercados digitales, a las telecomunicaciones, al tiempo, resaltó, de simplificar regulaciones estatales y municipales, lo cual impulsaría la competencia, ya que las Pymes “sabemos que son la columna vertebral de la economía mexicana y deben participar en el comercio internacional mucho más de lo que lo están haciendo, esto ayudaría a mejorar la productividad y la participación incluyendo una serie de empresas que están localizándose en México”.