
Magnánimo es el concepto que mejor define a la producción del musical Billy Elliot, que inició temporada en el Centro Cultural II, pues tiene una escenografía movible que posibilita los cambios de locación muy rápido.
El escenario corresponde en todo momento a la obra que se dio a conocer en el año 2000 gracias a la película del mismo nombre. Al público no le será ajena la historia: un niño quiere bailar y se encuentra con el ballet, pero está en medio de una sociedad machista que lo considera como anormal y que se desarrolla durante una huelga minera en Londres, durante el mandato de Margaret Thatcher.
Debido a las regulaciones sobre trabajo infantil en teatro y espectáculos que existen en Londres, han sido cinco los actores que han interpretado el papel de Billy desde su estreno en el Victoria Palace Theatre el 12 de mayo de 2005.
En México también hay cinco actores que alternan el papel de Billy: Mauricio Arriaga, Jesús Trosino, Aarón Márquez, Demián Ferráez e Ian González.
El mejor amigo del amante de la danza cobra vida con la interpretación de Anthon Morales, mientras que Hernán Mendoza funge como padre de Billy, y Laura Luz como su madre, junto a 52 artistas en escena.
No debiera de surgir ningún cuestionamiento después de leer un cartel conformado por actores de primera línea, quizá a los “Billies” no se les conozca pero seguro brillarán por la ejecución profesional en cada uno de los movimientos a tan corta edad.
Uno de los problemas que surge está en los diálogos, pues por muy arraigadas que las groserías estén en la lengua mexicana, escucharlas en voz de un menor de edad, pudiera molestar a más de uno, comentario que no va en el sentido moral sino que nos pone, de nueva cuenta en temas de si es adaptación o traducción del original inglés.
EL PAPEL DE LA MUJER. Sexismo, machismo y violencia contra la mujer son temas que constantemente se encuentran en la agenda mediática, social y política, sin duda son de suma importancia el que sean tratados, sobre todo si se toman en cuenta las estadísticas.
¿Qué tiene que ver lo anterior con Billy Elliot? Que aparecen mujeres activistas, sobre todo una, que en más de un momento tienen voz, lo cual es incongruente si se toma en cuenta que la obra está ubicada en un pueblo de Inglaterra donde la fuente de ingresos más importante son las minas, cuando la mujer se dedicaba sólo a labores domésticas.
En aras de no ofrecer lo mismo que en la película, la puesta en escena cuenta con un final distinto, sin embargo quien desee ir al Centro Cultural II, debe contemplar las dimensiones del recinto, pues quien esté en los extremos de las filas, no podrá ver parte de los números.
DANZA. Desde el año pasado, Alejandro Gou, productor del montaje, dio a conocer que los niños fueron capacitados por Laura Morelos, bailarina que fue titular de la Compañía Nacional de Danza (CND) hasta que el 12 febrero de 2016, el Instituto Nacional de Bellas Artes envió un comunicado en el que daba a conocer su renuncia, que hizo “para continuar con proyectos artísticos personales”.
La cuestión aquí es que Laura Morelos fue acusada de diferentes abusos. Ante tal evento, los bailarines de la CND se manifestaron de diferentes maneras, hasta su renuncia. Esperemos que los niños y niñas no hayan atravesado por algún suceso similar denunciado por integrantes de la Nacional de Danza; lo más seguro es que no porque en este caso también fueron instruidos por el director musical Carlos Ramírez, el gimnasta olímpico Carlos Moreno, y en tap por Óscar Carapia, entre otros.
Billy Elliot continúa sus funciones de casi tres horas cada una, de miércoles a domingo, con precios que van de los $400 hasta los $1500, hasta el 31 de mayo.
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