Cultura

Exhibe el MNA el Códice Maya; es el más legible y antiguo de Mesoamérica

Por única vez, el manuscrito, que fue autenticado, estará en exposición hasta el 28 de octubre. “Se describe su materialidad y contenido cosmológico de manera accesible”, dice Sofía Martínez del Campo.

Códice mixteco
Códice mixteco Códice mixteco (La Crónica de Hoy)

El Códice Maya de México, antes llamado Códice Glolier, será expuesto por única vez en el Museo Nacional de Antropología ya que debido a su alta fragilidad, no soporta largos traslados. Este documento que era considerado apócrifo pero que a principios de mes fue confirmada su autenticidad maya, estará en vitrina hasta el 28 de octubre como parte de la exposición El Códice Maya de México. Eslabón, fuente y testigo.

“Tenemos la oportunidad de conocer este códice que es el único maya en México y es el manuscrito legible más antiguo de Mesoamérica. En la exposición se puede ver el manuscrito original y además conocer su materialidad y contenido cosmológico de manera accesible”, explicó la investigadora y curadora Sofía Martínez del Campo.

A través de pantallas touch, audios y videos, la muestra narra en cinco ejes que el códice tiene 125 centímetros de largo y 19 de alto, que se conservan 10 de los 20 folios originales, que data de los años 1021 y 1152 y que se requirió un equipo de 15 especialistas para corroborar su autenticidad prehispánica.

¿El códice se expondrá después en otro museo?

—El códice se resguardará en la bóveda de seguridad de la Biblioteca Nacional del Museo Nacional de Antropología, ésta es la única vez que se va a exponer durante un mes. El estado de conservación de los códices es tan frágil a pesar de todos los cuidados que se tengan que es muy difícil que se permita su exhibición porque la luz, el calor humano, los cambios de temperatura y humedad le hacen daño.

¿Se realizará otro estudio al códice?

—En determinado caso, el proyecto de investigación tendría que justificar el hecho de intervención para aportar nueva información.

El Códice Maya de México está formado actualmente por 10 folios, no obstante, originalmente tenía 20, de los cuales los ocho primeros se perdieron y los dos últimos se perdieron en el contexto arqueológico, es decir, por causa de humedad y ataques de insectos.

“El soporte de corteza de amate orgánico se perdió, posiblemente en el momento del saqueo las partes dañadas fueron retiradas por los saqueadores con la intención de vender un objeto con una buena presentación”, explicó Martínez del Campo.

¿En dónde estuvo antes este códice?

—Es un objeto de saqueo, se dice que fue encontrado en una cueva seca en la sierra de Chiapas pero eso no ha sido comprobado. La fuente histórica que se tiene es que el coleccionista que lo adquirió, Josué Sainz, lo trajo en 1974 al Museo Nacional de Antropología y lo entregó al director con una carta diciendo que en caso de que se hiciera un dictamen y resultara auténtico, lo donaría a la biblioteca, pero ese dictamen no se hizo.

“Josué dijo que un amigo de un familiar le entregó un libro viejo pero que en su interior estaba un manuscrito. De esa manera se cubrió del saqueo que realizó”.

“Con el tiempo se hicieron muchos estudios pero no se había logrado identificar el azul maya porque la muestra que se encuentra en el folio 10 es muy pequeña. Entonces, en el año 2017 ya con tecnología de punta y no destructiva, se logró identificar que está compuesto por la arcilla paligorskita y por el colorante índigo, los dos elementos que componen el azul maya”, precisó.

¿Por qué funciona como un elemento de datación?

—Porque la década de los 60 y 70, fechas en que se exhibió en el Club Grolier de Nueva York, Estados Unidos, se desconocía la composición del azul maya, nadie sabía cómo hacerlo. Hasta los años 80 se logró crear en el laboratorio ese color. Es imposible que un falsificador lo haya elaborado antes y en la época prehispánica, el azul maya se dejó de utilizar en el siglo XVI.

Otras claves para verificar la hechura maya fue el registro del color grana cochinilla y nuevos fechamientos del soporte de fibras de amate, este último fue un estudio que se corroboró en laboratorios de la UNAM y en Miami.

Sofía Martínez del Campo explicó que este códice es adivinatorio y su vida útil fue de 104 años, y posiblemente después de su caducidad, fue depositado como elemento ritual.

“Es un calendario adivinatorio de Venus y en donde Venus es representada en cada una de las fases de su ciclo sinódico. Estas deidades son deidades guerreras que están ejecutando acciones agresivas a un personaje o elemento; son metáforas, es decir, el templo con cuchillos de obsidiana representa a los guerreros, el árbol precioso o de jade está representando a la naturaleza”, detalló.

En la ceremonia también se entregaron los Premios Antonio García Cubas a la mejor editorial en el tema de historia y antropología. Las obras galardonadas fueron: Eclipse de siete lunas. Mujeres muralistas en México; Alejandro Ruiz. Cocina de Oaxaca; Los huecos de la Memoria; Pakal. El gran rey maya de Palenque; Francisco Toledo. Obra 1990-2017, Tomo III; Híbridos. El cuerpo como imaginario y Regimiento de la declinación del sol del Virrey D. Antonio de Mendoza: la astronomía como instrumento en la exploración de los océanos durante el siglo XVI.

Píe de Foto: El códice tiene 125 centímetros de largo y 19 de alto y se conservan 10 de los 20 folios originales, que datan de los años 1021 y 1152.

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