
Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) identificaron la paleta cromática utilizada por los mayas en la región Río Bec, con la cual se pintaron los frisos de las antiguas ciudades de Balamkú y Becán, así como a las fachadas zoomorfas de los sitios arqueológicos de Chicaná, Hormiguero y Becán.
En un comunicado, la institución señaló que en el proyecto de Conservación Emergente de Sitios Arqueológicos en Campeche se descubrió que la paleta tiene distintas tonalidades de rojo, amarillo, azul, rosa, naranja, verde y negro. “Con esta información se podrá aplicar técnicas más adecuadas para su preservación de estos sitios arqueológicos”.
La restauradora-perito Diana Arano explicó para realizar el estudio el el investigador Daniel Salazar dibujó las cinco fachadas y los dos frisos; y “con el apoyo de Félix Camacho, restaurador del Centro INAH Campeche, se realizó la documentación de color utilizando el código Munsell, que consta de colores predeterminados con los cuales compararon los pigmentos en el estuco.
Indicó que se halaron similitudes entre la paleta cromática de la Estructura II de Chicaná, que representa en su mascarón a Itzamná (dios maya de la sabiduría), y la fachada de la Estructura X de Becán, edificio habitacional de la élite maya que también representa a esa misma deidad conocida como Monstruo de la Tierra.
En Becán, agregó, se identificaron colores rojos, amarillos y azules, y en la Estructura II de Chicaná hay más tonalidades verdes, azules, marrón, rojo y negros, que probablemente obedecen a diferencias estilísticas; a su vez, en este último edificio se registró a detalle un glifo de color rojo pintado sobre un muro de la fachada.
Mientras que en los frisos de Balamkú (Clásico Temprano 250-450 d.C.) y Becán (Clásico Temprano 550 d.C.) muestran figuras de personas reales, gobernantes o antepasados con rasgos fisonómicos antropomorfos, añadió.
Copyright © 2016 La Crónica de Hoy .