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La ropa inteligente, moda que regirá en una década

Algunas compañías trabajan aún en el desarrollo de tejidos y fibras inteligentes para crear ropa con nanotecnología, es decir, partículas muy pequeñas que cumplirán funciones en la prendas, como antimicrobianas, para evitar la aparición de bacterias.

Bebé con un sensor en el pañal
Bebé con un sensor en el pañal Bebé con un sensor en el pañal (La Crónica de Hoy)

Blusas y playeras que cambian de color con la temperatura ambiente y la luz natural; vestidos con memoria que recobren su forma sin tener arrugas; chamarras que protejan de los rayos ultravioleta y los rayos del sol, camisas a prueba de agua y fuego, medias y pantimedias con aroma a flores y que rechacen a los mosquitos, así como pantalones que repelen gérmenes, son algunas de las prendas de vestir con nanotecnología y que serán la ropa inteligente de moda en las tiendas dentro de una década.

La misión de que esta ropa denominada inteligente esté pronto en los exhibidores y tiendas del mundo corre por el momento bajo la supervisión y desarrollo de al menos diez empresas de Estados Unidos, Japón, Italia, Alemania, Finlandia, Bélgica y Francia, entre otras, que trabajan desde hace más de dos décadas en el desarrollo y perfeccionamiento de estas prendas con los últimos adelantos de la tecnología.

Estas compañías, que en sus inicios pensaron en esta ropa inteligente para deportistas, ahora ven como prioridad cambiar la forma de vestir de la gente común en los próximos 10 años, ya que ultiman detalles a sus diseños para todas las edades.

SALUD. Actualmente muchas prendas inteligentes ya se venden, pero en su mayoría es ropa deportiva que utilizan atletas. También hay prendas por encargo para el sector salud y que auxilian en la detección de males cardiacos y tumores.

El detonante para crear ropa con tecnología surgió en los años 60 del siglo pasado, cuando se comenzó a buscar ropa que pudieran usar los astronautas en sus primeras misiones, y con las que se trataría de vigilar sus signos vitales.

Posteriormente se analizaron tejidos que utilizaron distintos tipos de arañas para buscar su resistencia y crear prendas distintas a otras de origen animal.

Fue en los años 70 cuando se realizaron los primeros encuentros internacionales de empresas para exponer avances y proyecciones futuras de ropa fabricada con sustitutos de hilados de origen animal como el algodón, lino, yute y lana.

FIBRAS. El mundo del vestido se asombró en 1935 cuando se inventó la primera fibra sintética: el nylon, inventado por los científicos de DuPont y que podía ser manipulable por los diseñadores.

A mediados de los años 80 una nueva era en las fibras del vestido surgió cuando científicos de Japón presentaron las primeras microfibras, un textil que, por las características del hilo, tenía fibras muy delgadas, más superficie y confort, con la finura y el grosor de la seda, dando inicio a una nueva era del vestido.

Con el paso de los años y a finales de los años 90, estas fibras han venido cambiando y fueron reemplazadas por el rayón, nylon, tergal, lycra y el rhovil, por otras telas artificiales combinadas con microsensores.

En 1975, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) exigió que la ropa de los pilotos tenía que ser “retardante del fuego” en caso de incendio. Así, el equipo, la ropa interior ignífuga, los guantes y las botas son creados a partir de un material llamado Nomex; una fibra artificial resistente a las llamas, ligera y utilizada por varios equipos de bomberos en el mundo.

La firma británica Blade Runner puso a la venta en 2012 un chaleco con GPS para niños que incluye un detector electrónico. El objetivo es que las madres de los pequeños que usen la prenda puedan hallarlos en caso de extraviarse.

La empresa italiana Lineapiu y la alemana BASF crearon la línea de ropa denominada Relax, que según los colores y combinada con microsensores calman el dolor de cabeza, mejora el apetito y elimina el estrés.

FRAGANCIA. La empresa japonesa Kanebo fabrica las medias que transmiten fragancias de lila y jazmín con repelente a los mosquitos y que ya gestiona su venta internacional.

Las empresas niponas Mizuno y Toray desarrollan prendas que cambian de colores claros por un negro para absorber la energía de los rayos del sol.

Algunas compañías trabajan aún en el desarrollo de tejidos y fibras inteligentes para crear ropa con nanotecnología, es decir, partículas muy pequeñas que cumplirán funciones en la prendas como antimicrobianas, para evitar la aparición de bacterias que causan mal olor a transpiración; proteger de los rayos ultravioleta, que acumulen calor durante el día y lo liberen al bajar la temperatura.

El ejército de Estados Unidos trabaja en la fabricación de chalecos antibalas con un peso ligero, a partir de la estructura de la talaraña de origen panameño Nephila Clavipes.

SALVAVIDAS. Entre las empresas internacionales que ya trabajan en los cambios para la forma de vestir están las firmas finlandesas Reima y Clothing+. Esta última desde el 2003 integró sensores a su ropa para captarla temperatura y frecuencia cardiaca. Hasta el momento ha vendido millones de prendas, pero sólo por encargo.

Otra compañía es la belga Verhaert, que en el 2001 creó una pijama para bebés que contiene cinco sensores colocados de manera estratégica en el pecho y el estómago y llamada “Mamagoose”, que monitorea el corazón y respiración de los bebés, con el fin de advertir sobre el síndrome de muerte infantil o “muerte de cuna”.

A esta tarea de salvar vidas de bebés se sumó en octubre del 2013 la estadunidense Self Devices, creada en el Instituto Tecnológico de Massachussets y que comenzó de manera experimental a vender Mimo, una pijama de tela orgánica que monitorea los signos vitales del bebé. Los sensores colocados en la prenda al detectar alguna anomalía envían una alerta a los padres del menor vía Wi Fi a sus teléfonos celulares para actuar ante una emergencia. El costo de esta prenda se estima en 390 dólares.

Otra compañía es First Warning Systems , que desarrolla un corpiño deportivo con diseño anatómico que a través de un sistema de pantallas puede realizar una especie de escaneo sobre la mama y así detectar posibles tumores y alertar signos de cáncer.

A esta causa también se sumó la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, que desarrolla el brasier iTBra, que incluye parches portátiles que detectan pequeños cambios de temperatura en las células de las mamas. Los datos se envían directamente a un laboratorio. Expertos aseguran que el porcentaje de acierto en la detección de tumores es del 85 por ciento.

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