
Los Caprichos de Goya, exposición conformada por 80 grabados del artista español, se presenta desde ayer en el Palacio de la Escuela de Medicina. “Estas obras representan la crítica y sátira de Francisco de Goya (1746-1828) a la estructura sociopolítica, al clero y a la nobleza del siglo XVIII, sus métodos opresivos contra la sociedad y la mala educación que impartía, dice la curadora del Museo del Prado, Pilar Sedano.
La muestra, que se presentará hasta el 15 de mayo con entrada gratuita, exhibe por primera vez la colección de Los Caprichos de la Fundación DMG en México, con la cual busca contribuir a la consolidación de los Retos del Milenio, auspiciados por la UNESCO, y entre los cuales está una mejor educación y el desarrollo sustentable.
En este sentido, Pilar Sedano, también curadora de la exposición que se inauguró ayer y quien ofreció en la apertura una conferencia sobre Goya, dijo que los últimos grabados fueron impresos en 1937 y ya no se han hechos otros, “porque las placas diseñadas por Francisco de Goya y Lucientes están en resguardo para su conservación”.
La exposición, explica Pilar Sedano, se divide en tres núcleos: el primero es la critica más suave e irónica que hace el artista de la vida cotidiana con sus escenas como los matrimonios arreglados y la Celestina, entre otros; el segundo, es un sátira más despiadada que se refleja en los personajes de las bestias, que representan al clero, gobierno y nobleza, donde el artista ataca severamente lo que es la avaricia, la lujuria, además de la mala educación, donde el profesor y el educando son mostrados como burros.
En este punto, Pilar Senado explica que Goya estaba contra los abusos de poder, las desigualdades y la ignorancia de su tiempo, males que hoy vivimos y por eso su obra sigue vigente. “El artista además quería que las personas dejaran de creer en supersticiones, pero a la iglesia y gobernantes de su tiempo no querían que esto sucediera, querían tener una sociedad inculta, como también pasa hoy”.
Respecto al tercer núcleo, Pilar Sedano dice que está enmarcado en su etapa final de vida. “Es conocida como los delirios y los sueños y es el tiempo en que Goya se queda sordo, se vuelve un ser más introspectivo, pero que no deja la crítica y la sátira contra lo que no le gustaba mediante la representación de brujas y duendes”.
Lo que nos deja Francisco de Goya es la transformación de la sociedad de su tiempo, algo que hoy podemos extrapolar a nuestra sociedad y “vemos que necesita una serie de cambios, uno de los principales sería apostar por una mejor educación”.
¿Por qué Goya nombró a estas obras Los Caprichos?
Porque les da nombres incoherentes a cada una de estas piezas para cubrirse de posibles represalias. Son grabados críticos a los poderosos de ese tiempo y por esto la Santa Inquisición estaba detrás de él.
HISTORIA. Pilar Sedano cuenta que de Los Caprichos existen varios estampados, el primero data de 1799. Pero con el paso del tiempo, agrega, se realizan otros a principios del siglo XX –los que se exhiben hoy en México – y finalmente las últimas impresiones se llevan a cabo en 1937.
Otro de los aspectos interesantes de Goya son las correspondencias que tuvo con la gente culta de su tiempo. “Con este grupo de notables discutía sobre los problemas sociales, además de que buscaba leyes más justas y eliminar los fanatismos religiosos. Por lo anterior, es interesante que esta muestra de Goya contra la Santa Inquisición de su tiempo, se realice en el edificio que también en el siglo XVIII albergó a la Santa Inquisición en México”
La muestra que desde ayer se exhibe en el Palacio de la Escuela de Medicina es la tercera sede que recibe la exposición en México. Antes, estuvo en el Museo Barroco de Puebla y luego en el Museo de Arte de Sonora de Hermosillo.
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