Metrópoli

Unidad Adolfo López Mateos, Edomex, Promesa desvanecida

Propósito. En noviembre de 1964, el entonces presidente Adolfo López Mateos inauguró esta unidad habitacional con el objetivo de dar alojamiento, hogar bello y seguro a las grandes mayorías trabajadoras, en un régimen de justicia social

Propósito. En noviembre de 1964, el entonces presidente Adolfo López Mateos inauguró esta unidad habitacional con el objetivo de dar alojamiento, hogar bello y seguro a las grandes mayorías trabajadoras, en un régimen de justicia social

Unidad Adolfo López Mateos, Edomex, Promesa desvanecida

Unidad Adolfo López Mateos, Edomex, Promesa desvanecida

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La Unidad Adolfo López Mateos, ubicada en el municipio de Tlalnepantla de Baz, fue alguna vez el sitio de moda para vivir lo suficientemente lejos del caos citadino pero lo  convenientemente cerca de las zonas laborales de la capital del país. En la década de los 60, este sitio contaba con fuentes, jardineras e incluso hasta albercas; además de un muro de más de 200 metros —llamado Muro Amarillo— en honor al expresidente de México, López Mateos y una escultura sobre la familia realizada por el artista Mathias Goeritz.

Pero hoy en día está zona se ha convertido en un sitio lleno de inseguridad, sin iluminación y un descuido a jardineras y pasillos de la zona. Carmen Fernández, residente del lugar comentó a Crónica que su familia llegó ahí cuando recién se inauguró el sitio, pero con el paso del tiempo y el crecimiento urbano hicieron del lugar un sitio cualquiera. “Antes hasta balneario había aquí, salían los vecinos a nadar a hacer ejercicio a la muralla pero eso ya muchos años, ahorita ya es un riesgo salir pasando las 20:00 horas, porque entre los pasillos no hay iluminación ni policías, nadie, y se dan mucho los casos de asaltos, le faltan el respeto a las muchachas, y pues, nadie hace nada”, explicó la mujer.

Otros vecinos han tratado de recuperar el lugar, por lo menos la muralla y la escultura que se ubican en el centro del lugar, pero dicen que las autoridades los han dejado solos en esa tarea. Mario Bravo, otro habitante del lugar dijo que se han hecho solicitudes al municipio para que se le dé mantenimiento, por lo menos a la escultura.

“Vino la pasada alcaldesa, Denisse Ugalde y le puso una fuente que ni sirve y sólo la usan los chavos para bañar al perro o los de las escuelas para mojarse, y la estatua, ahí abandonada según la iban a remodelar pero sólo la taparon y así se quedó; pero la preocupación vecinal es la inseguridad, eso nos preocupa más, usan ese sitio para tomar, pelear y dicen por ahí que hasta venden la mota”, comentó Bravo.

El municipio de Tlalnepantla de Baz indicó que se invirtieron alrededor de 2.7 millones de pesos para mejorar el sitio, pero hasta el momento lo único que los vecinos saben respecto a esa inversión fue que se usó para que el muro no colapsara debido a los sismos del 2017.

“Sí lo arreglaron y lo pintaron, Protección Civil nos indicó que había un posible riesgo de que se viniera abajo, entonces sí se reparó, se pintó y dijeron que la escultura del centro también se arreglaría, pero sólo le dieron prioridad al muro y a lo demás no”, señaló otro de los vecinos.

La inseguridad es el problema más grande del cual se quejan los vecinos; en la Unidad Habitacional existen varios pasillos que conectan las casas con avenidas principales, pero éstos no se encuentran iluminados y dicen que la vigilancia es nula.

“Cómo van en patrulla, los rateros se meten por aquí y ya no los pueden encontrar, es un laberinto si no conoces, te puedes perder, entonces por eso han usado esta zona para poder esconderse o andar tomando en la vía pública”, comentó Ernesto, otro residente de la zona.

Además la explanada frente al muro se ha convertido en centro de reunión para los jóvenes de las preparatorias o universidades que estudian por la zona, en la que vecinos denuncian que han visto que beben o consumen otras sustancias en el lugar.

EL RESCATE. A pesar de los problemas, la asociación de vecinos de la U.H Adolfo López Mateos hace lo imposible para mantener segura la zona, y que la “muralla amarilla", como ellos le dicen, sea sitio de recreación para niños y jóvenes.

Entre ellos han organizado cuadrillas de vigilancia para evitar asaltos o que acosen a las mujeres que tengan que pasar por ahí, los colonos también han puesto cámaras de vigilancia fuera de sus casas y además crearon un grupo de WhatsApp para alertar si algún vecino está en problemas.

“Pedimos una cámara de vigilancia, pero la fueron a poner hasta la avenida Centro Viveros del Sur, cuando debería estar por lo menos en la ‘muralla’ para vigilar cuando la gente sale de sus casas, pero hemos podido erradicar la violencia estando todos juntos”, explicó Mario Bravo.

Incluso hacen ejercicio en el lugar o llevan a sus hijos a jugar sobre la explanada, desde futbol, hasta dar paseos en bicicleta y así evitar que el lugar se vea solo.