Wenses y Lala y el amor desde el más allá
La obra Wenses y Lala, protagonizada por Adrián Vázquez y Teté Espinoza, es una evocación al amor y la fuerza que genere en los seres humanos para sobrellevar las adversidades como la violencia, la injusticia, la pobreza y las pérdidas de amigos o familiares.
Sentados en una banca están Wenses y Lala ante el público. Rompen la cuarta pared para dirigirse a los espectadores y mientras ella muestra sus dotes de encantadora parlanchina, él tartamudea por su timidez. Ellos están en el escenario para contar su historia pero advierten, “deben saber que estamos muertos. Para que luego no les vengan de sorpresa las lágrimas”, dice Lala. Pero sí las habrá.
La obra Wenses y Lala, protagonizada por Adrián Vázquez y Teté Espinoza, es una evocación al amor y la fuerza que genere en los seres humanos para sobrellevar las adversidades como la violencia, la injusticia, la pobreza y las pérdidas de amigos o familiares.
Al quedar huérfanos dos niños unen su soledad y deciden caminar de la mano para transformar las desgracias e infortunios en una formidable historia de amor que traspasa los límites del tiempo y espacio. A través de una conversación íntima con el público aparecen Wenses y Lala desde otro punto en el tiempo para hacer un recuento de lo que fueron sus vidas. El relato está inspirado en aquellas historias reales que impregnan al mundo con un toque de esperanza.
La magia del teatro es mantener al público atento y esta obra lo logra con solo dos personas y una escenografía conformada por un banco, son dos personajes muy bien construidos él (Wenses) bastante tímido, leal, amoroso, fuerte, ella (Lala) extrovertida, amorosa, concisa, parecen ser el complemento ideal que ambos necesitan.
Esta obra no podría ser catalogada como una historia cliché, los modismos, la entonación del norte, la descripción de la vida rural y las tragedias muy reales que nos comparten de una forma cruda pero no con drama, son una muestra de la realidad de nuestro México corrupto y violento que muchas veces se queda en la impunidad. A pesar de que pueda sonar trágico, la obra se conduce de una forma bastante cómica, la forma en la que los personajes se desenvuelven hace que te duela la cara de risa, sin que esto implique una sátira de la situación social del país. Tal vez el mensaje principal es justamente eso, la vida es dura, pueden ocurrir situaciones indeseables; no obstante, no es un drama, también ocurren muchos momentos de inmensa felicidad y sonreír después de la adversidad es una virtud resiliente que muchos mexicanos tenemos.
ijsm