
Arqueólogos mexicanos localizaron los restos de un basamento piramidal que corresponde a lo que fue el antiguo Templo Mayor o recinto sagrado de la región mexica en Iztapalapa, cuya primera de cuatro etapas constructivas fue realizada entre 1200 y 1250 de esta era.
En entrevista, el arqueólogo Jesús Sánchez, responsable de los trabajos en el lugar, señaló que el descubrimiento podría compararse en importancia con el Templo Mayor de la antigua ciudad de Tenochtitlán, aunque sus características constructivas son más sencillas y perduran las huellas de la destrucción que realizaron los conquistadores españoles a principios del siglo XVII.
El hallazgo, dijo, fue realizado de manera fortuita cinco semanas atrás cuando autoridades de la delegación Iztapalapa, pretendían realizar la construcción de una macroplaza en la explanada de la demarcación.
Una plataforma y rellenos de un montículo, ambos destruidos hasta sus cimientos durante la época de la Conquista por las tropas de Hernán Cortés, fueron hallados en julio durante la realización de obras de remodelación de una fracción de la explanada de la delegación y de una porción del Jardín Cuitláhuac.
Con los trabajos realizados hasta el momento, agregó Sánchez, ha sido posible determinar que la estructura —de la que han sido excavados unos 35 metros— se extendió sobre una gran plaza ceremonial que pudo haber tenido por lo menos tres pisos y cuyo nivel más bajo está compuesto por un pavimento de lajas con alto grado de deterioro.
De acuerdo con el especialista, la edificación tuvo cuatro etapas constructivas que iniciaron alrededor de 1200 y 1250 de esta era, mientras que la segunda pudo haber sido realizada en el 1300 y las dos últimas etapas se construyeron entre el 1450 y 1500, poco más de un par de décadas antes de la Conquista española.
CENTRO CEREMONIAL. La estructura, explicó, “es la más importante del centro ceremonial de la antigua ciudad de Iztapalapa y creemos con certeza que se trata del recinto sagrado del lugar porque se refiere a un edificio que se encuentra sobre una gran plaza, que pudo haber estado limitada en sus orillas” y cuyas extensiones pudieron ser de unos 120 metros de largo.
Con ayuda de la delegación, los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) continúan los trabajos en el lugar (que podrían extenderse a lo largo de un año y medio más), a fin de determinar las características exactas de los restos prehispánicos y estudiar la posibilidad de dejarlos a la vista de la misma forma que el Templo Mayor azteca, en el Centro Histórico de la ciudad.
PROYECTOS. Paralelamente, agregó, se trabaja en una mesa de trabajo conjunta con las coordinaciones nacionales de Monumentos Históricos y Arqueología, así como con la dirección general de Obras y Desarrollo Urbano de la delegación, para determinar la factibilidad de las obras de remodelación de la plaza de San Lucas (macroplaza), las cuales podría suspenderse definitivamente.
La cultura que se desarrolló en Iztapalapa tuvo una presencia humana continua que abarca más de tres mil 500 años y cuyos vestigios materiales más antiguos se ubican hacia 1500 antes de Cristo, aunque es probable que la presencia humana se remonte a miles de años antes de esta era.
Durante el Clásico Temprano y Clásico Tardío, alrededor de 200 a 650 después de Cristo, hubo en la zona una marcada influencia Teotihuacana, mientras que para la fase Coyotlatelco, en el 700 y 900 de esta era, los asentimientos crecieron y se expandieron hasta la parte poniente del Cerro de la Estrella.
En los siglos VIII, IX y parte del X, en el Altiplano Central, se consolidaron tres señoríos: Culhuacan, Tollan y Otompan. En el año I Técpatl (856), Culhuacan estaba al frente de ellos y tenía como tributarios a seis pueblos: Xochimilco, Cuitláhuac, Mixquic, Coyoacan, Ocuillan y Malinalco.
Para 1430, en la ladera norte del Cerro se funda Iztapalapa, (sobre el agua de barro negro de sal), el cual fue un sitio productor de sal, tequesquite y piedra de diferentes calidades.
Posteriormente esta zona junto con Mexicaltzinco, Colhuacan y Huitzilopochco, conformaron una confederación que dependía del gran señorío mexica. Cuitláhuac II tenía en Iztapalapa un jardín botánico con grandes camellones de flores, con plantas aromáticas y medicinales, árboles frutales, un gran estanque y variedad de peces y aves.
El pasado 24 de junio, Crónica informó acerca de la suspensión, por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de los trabajos de remodelación del Centro Histórico de Iztapalapa, realizados por su delegado Horacio Martínez Meza.
Ahí, el funcionario tenía contemplado construir la Macroplaza Metropolitana Cuitláhuac, un estacionamiento subterráneo y dos mercados públicos, como parte del programa “Iztapalapa: El corazón de la Metrópoli”, al cual se destinarían 200 millones de pesos.
Las calcomanías del INAH se leía: “Suspendido por violación a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas”. Además aclaraban: “se suspende con fundamentos en los artículos: 1, 2, 3, 5, 19, 32, 38, 39, 40, 41, 42 y 44”.
Copyright © 2007 La Crónica de Hoy .