Escenario

‘Beetlejuice’: La representación de la libertad juvenil de los años 80

CORTE Y QUEDA CLASSICS. Una mirada al clásico de Tim Burton que ha logrado trascender en el tiempo con la visión rebelde y oscura del cineasta

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Fotograma de 'Beetlejuice'.

Fotograma de 'Beetlejuice'.

ESPECIAL

La década de los ochenta fue un periodo cinematográfico fructífero para los trabajos de género y fantasía, lo cual llega a cobrar un sentido importante si agregamos un contexto social donde los conflictos bélicos y políticos globales provocaban una necesidad inherente de desconexión masificada. La búsqueda de identidad y el ascenso de voces que comenzaron a representar a una generación escudada en símbolos artísticos, como suele suceder en cada coyuntura temporal, dieron origen a historias que se convertirían en piezas de culto que sobrevivirían hasta nuestros días o que serían reinterpretadas para adaptarse a épocas más contemporáneas.

La segmentación ideológica juvenil también permeaba en discursos fílmicos donde los universos fantásticos se encargaban de metaforizar las prisiones que encapsularon a estos grupos y movimientos, como lo hizo The lost boys (1987) o la propia A nightmare on Elm Street (1984) las cuales describían miedos generacionales muy concretos. Es dentro de este fenómeno cultural que surge una figura como Tim Burton, un cineasta excéntrico y, en cierta medida, realizador idealista, que se abrió paso gracias a sus retorcidos mundos bañados de humanidad que lograban conectar con múltiples audiencias.

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Serían los cortometrajes de Vincent (1982) y Frankenweenie (1984) los que arrojarían las bases para entender la mentalidad e inquietudes creativas de un personaje que se enfrascaría en un recorrido de oscuridad llena de rupturas personales y que sanaría por medio del cine. Es en este momento donde recordamos uno de los largometrajes más simbólicos del californiano, y que a 35 años de su estreno, logró adueñarse de un nicho muy significativo, transformandose en un producto de culto que ha sobrevivido hasta nuestros días.

¡Beetlejuice! ¡Beetlejuice! ¡Beetlejuice!, un llamado que llegaría a la pantalla grande para ofrecernos una historia que sorprendería por su retorcida visión de la muerte y, a su vez, la empática y divertida forma de enfrentarla. Aquí se originaría una de las duplas importantes para la carrera del cineasta, hablando concretamente de su labor junto a Michael Keaton, con quien trabajaría posteriormente en las cintas de Batman (1989) y Batman Returns (1992).

Uno de los personajes más memorables de Winona Ryder.

Uno de los personajes más memorables de Winona Ryder.

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Adam (Alec Baldwin) y Bárbara (Geena Davis) son un matrimonio de fantasmas que buscan ahuyentar a los nuevos habitantes de su antiguo hogar en el plano mortal. Para lograr su objetivo, han decidido contratar a un espíritu llamado Beetlejuice (Michael Keaton) quien solo desencadenará una serie de desgracias y penurias para aquellos quienes se crucen en su camino y sus propias metas.

Con un ajustado presupuesto de 15 millones de dólares para lograr levantar el proyecto, Burton recurrió a herramientas artesanales y visualmente atractivas para dicho momento, como lo es la técnica de stop-motion, generando un ambiente lúgubre y tétrico que invitará a la audiencia a enfrentarse a momentos de incomodidad pero que se potencializarán por la curiosidad de conocer más a profundidad dicho universo. Aclamado por la crítica especializada, y con un público que lo llevó a ganar un total de 73 millones de dólares, entrando en el top 10 de su año, sin lugar a dudas fue un producto que hecho raíces fuertes en el género de terror, fantasía e incluso comedia. 

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Este fue el filme que logró impulsar a Burton a terrenos nuevos, entregándole ambiciosos productos de mayor impacto mundial como la ya mencionada franquicia del Caballero de la noche de los años noventa, continuando con una seguidilla de producciones que remarcarían los lineamientos visuales que el cineasta ha intentado mantener hasta nuestros días.

¿Por qué fue tan popular Beetlejuice en su época y por qué aún se mantiene como un representante fiel de una época específica? Mucho tiene que ver con un discurso de libertad que desprende todo el largometraje, empezando por el libre paso que se le dio al cineasta para construir algo que se desvinculará de lo conocido en la industria, pasando por un protagonista que funciona como una fuerza imbatible de la naturaleza que obedece a sus propios instintos e ideales, hasta la búsqueda de dicha libertad que podemos observar en los personajes tanto de Baldwin y Davis como en la joven Lydia (Winona Ryder) y que encontraron hasta que se desprendieron de sus propios demonios representados por Beetlejuice.

‘Beetlejuice’: La representación de la libertad juvenil de los años 80 Video

La libertad es un elemento fundamental de esta obra, algo que la juventud sigue intentando localizar hasta nuestros días, y que en un trabajo como el de Beetlejuice, aderezado con la visión rebelde y oscura de Burton, ha encontrado gran cabida y representación, aunque esto implique adentrarse en terrenos de fantasía que puedan perdernos en nuestros propios fantasmas idealistas.