Escenario

Carlos Hagerman: “‘Home is somewhere else’ nos lleva al costo emocional de la inmigración ilegal”

El realizador mexicano codirige junto a Jorge Villalobos un emotivo y creativo filme que mezcla el cine documental y la animación que cautivó en el FICG

entrevista

Los cineastas Carlos Hagerman y Jorge Villalobos. Foto:

Los cineastas Carlos Hagerman y Jorge Villalobos. Foto:

Cortesía

El nuevo trabajo del documentalista Carlos Hagerman, Home is somewhere else, es una arriesgada propuesta visual sobre la vida de los inmigrantes en los Estados Unidos, donde a través de tres historias nos narra la forma en que las políticas migratorias de ese país están afectando a las familias que se encuentran en el lugar. Para llevar a cabo este trabajo adopta la animación, un estilo diferente para cada segmento, para así poder hallar el tono adecuado a las necesidades de cada relato.

En Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de charlar con él dentro del marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

Carlos, ¿qué te lleva a decantarte por la animación para Home is somewhere else?

Cuando hicimos Los que se quedan, Juan Carlos Rulfo y yo, hace doce años, que hablaba también del tema de migración, en ese caso sobre las familias y el costo emocional de las familias en México, nos dimos cuenta de que a pesar de que la película nos gustaba mucho, en las comunidades de migrantes se ve poco el documental. Entonces cuando empezamos a abordar esta temática otra vez, ahora de cómo se siente vivir en Estados Unidos, es decir, el costo emocional de la migración en Estados Unidos, Jorge Villalobos, mi codirector y yo, dijimos “vamos a hacerlo en animación, vamos a abrirle el espectro a esta película, vamos a invitar a que sea vista por públicos jóvenes”. Nosotros pensamos que, si logramos que llegue a las preparatorias, a que los maestros digan que es una herramienta que les puede ayudar a hablar del tema de la migración a los adolescentes, esta película podría funcionar muy bien.

Carlos Hagerman: “‘Home is somewhere else’ nos lleva al costo emocional de la inmigración ilegal”

 

   

¿Qué te llevó a tomar cada estilo de animación para cada segmento, tres animaciones muy diferentes?

Una de las semillas de esta película tiene que ver con que Jorge Villalobos estaba viviendo en ese momento en Miami, Florida, en Estados Unidos, y entró la administración de Trump a la presidencia y se dio el fenómeno de que muchos niños empezaron a tener mucho miedo de que les quitaran a sus papás con las olas de deportación. Esto le pareció muy importante a Jorge y se acercó a mí y me invitó a hacer una película sobre este tema. Empezamos con la historia de Jasmine, una niña de once años que se vuelve activista, pero luego dijimos que había que ese espectro de qué se siente vivir en Estados Unidos formando parte de una familia indocumentada, migrante, lo tenemos que abrir, tenemos que hablar de las jóvenes y tenemos que hablar de alguien que fue deportado, generar una experiencia más rica y más profunda a través de ésta película.

¿Cómo se da el contacto con Manu Chau?

Cuando estábamos entrevistando a Jasmine y a su familia, en medio de ella, se pusieron a cantar la canción de “Clandestino”, lo primero que me dije fue “¿qué vamos a hacer?, ahora tenemos que buscar los derechos”. Una vez que estaba armada la historia de Jasmine en storyboard y animatic, que es el con dibujos muy sencillos contar la historia antes de empezar a animar, se la mandamos a Manu Chau, el respondió pronto y con bastante entusiasmo y nos dijo que sí, adelante, usen “Clandestino”, solo nos advirtió que si en algún momento, él quería hacer un nuevo video de la canción, que podría usar imágenes de la película, a lo que le dijimos que para nosotros era un buen trato que él pudiera usar imágenes de la película en el futuro.

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En la segunda historia, “Tale of Two Sisters”, tomas unas decisiones visuales muy arriesgadas pero hermosas en pantalla, sobre todo con lo que tiene que ver con la comunicación por internet, que muestran cómo se van rompiendo las barreras de distancia, ¿cómo llegaste a ésta decisión artística?

Me encanta esta pregunta porque me abre la posibilidad de hablar del trabajo colaborativo que tuvimos. La gente que no sepa de animación debe saber que la animación es un trabajo de muchísima colaboración. Nosotros somos un estudio de animación muy chiquito, “Brinca Taller de Animación”, y para abordar un largometraje se necesita ser un estudio muy grande, es una empresa épica hacer un largometraje animado. Nos dijimos que por qué no juntarnos con tres de los estudios que más admiramos en México, “Llamarada”, “Casiopea” y “Virus Mecánico” y hagamos esto juntos, los cuatro estudios juntos podemos abordar esta película, invitemos a los artistas tan talentosos que tienen estos estudios a que nos ayuden a encontrar soluciones narrativas. Esta idea de hacer a los personajes más chiquitos y que se salieran del teléfono, fue una de las muchas ideas que tiene la película que salieron de los artistas que colaboraron, en este caso, en el storyboard de Rodrigo Martínez, a quien le tenemos mucho aprecio y que nos ayudó con ésta y muchísimas otras ideas para la película.

¿Cómo se dio la relación con “El Deportee” para que haya accedido a contar su historia de ésta manera y ser el eje conductor de tu documental?

Nosotros sabíamos que teníamos que tener a una especie de narrador en la película, en un principio teníamos una idea bastante clásica de escribir, buscar una escritora, pensamos que podría ser Valeria Luiselli y que escribiera un texto y luego buscar a alguna personalidad que nos apoyara con la voz y que le pudiera dar un empuje a la película, empezamos con esa idea. Cuando conocimos a José Eduardo Aguilar “El Deportee” y vimos su manera de expresarse, su manera de narrar, la manera en que usar el inglés y el español, convirtiéndole en un spanglish con su propia identidad; al ver sus poemas de spoken word, tan brutalmente metafóricos, se nos prendió el foco y nos dijimos que podríamos usar al alter ego de Eduardo como el maestro de ceremonias. Y la verdad es que funciona muy bien para la película, estamos muy contentos con esta decisión, además él ha sido un asesor ante toda la película porque él ha vivido esas tres etapas: fue un niño que tenía miedo se llevaran a sus papas; fue un adolescente que se enfrentaba a la barrera que el ser indocumentado le traía; fue deportado. Él tenía toda la experiencia de la película. Cuando le pedimos que escribiera poemas para rellenar estas transiciones, sus poemas hablaban exactamente de lo que necesitábamos para ellas.

Carlos Hagerman: “‘Home is somewhere else’ nos lleva al costo emocional de la inmigración ilegal”

 

   

Después de Guadalajara ¿para dónde va el documental?

Todavía no sabemos cuál sería el siguiente documental, pero lo que sí sabemos es que estamos organizando una campaña de impacto de funciones de la película, 26 funciones por la frontera México-Estados Unidos. Estaremos visitando preparatorias, Universidades como el Colegio de la Frontera Norte en Tijuana, la Universidad de California de San Diego, en Estados Unidos. Estaremos recorriendo toda la frontera con la película para generar ruido.