Escenario

“Días de invierno”: Una historia sobre resolver el pasado para encontrar nuevas ilusiones

El cineasta Jaiziel Hernández y la actriz Leticia Huijara, comparten con Crónica Escenario, detalles del filme que llegó a las salas nacionales

ENTREVISTA

El filme se centra en las vidas de Néstor y Lilia, interpretados respectivamente por Miguel Narro y Leticia Huijara

El filme se centra en las vidas de Néstor y Lilia, interpretados respectivamente por Miguel Narro y Leticia Huijara

Cortesía

“Hay una cuestión curiosa en la búsqueda dentro de uno mismo, sobre lo que uno quiere hacer. Unas veces te motivas a salir de donde estás, pero es que el no salir sin que implique que esté mal, no te deja vivir tranquilo”, expresó el cineasta Jaiziel Hernández sobre el conflicto central de sus personajes en Días de invierno, su ópera prima que llegó a las salas nacionales este jueves, luego de haberse presentado en festivales de cine destacados como Guanajuato (GIFF) o FICUNAM.

El filme se centra en las vidas de Néstor y Lilia, interpretados respectivamente por Miguel Narro y Leticia Huijara, madre e hijo que tienen una relación muy cercana y por momentos complicada, ambos se sienten estancados en su monotonía y piensan en la posibilidad de tener algo más. Él tiene 22 años y parece no tener un futuro prometedor pasando su día a día en un trabajo nocturno como recepcionista de un hotel ubicado en una ciudad industrial del norte de México, mientras que ella recientemente ha perdido su trabajo debido a una reducción de personal y a sus 58 años busca una forma de seguir adelante.

“Me embarqué en este proyecto, primero porque me gustaba que, si bien no existen familias funcionales, sí hay maneras de contar las disfunciones de las familias. Me gusta mucho como lo aborda esta película porque es sin estridencias, no impera el reclamo o los gritos, ni lo que hay detrás y que en algún momento explota. Acá hay una incomodidad constante”, expresó Leticia Huijara, en entrevista con Crónica Escenario.

“Está el caso del hijo que no sabe si se quiere quedar y pareciera que la mamá va a estar ahí para observar este transcurso y de pronto ella se da cuenta que, de alguna manera está parada en el mismo lugar del hijo, que también está incómoda con el lugar y el sitio emocional. Al igual que el hijo necesita mudarse y crecer, ella está en unos zapatos similares. La resolución de este conflicto emocional sí pasa por un crecimiento personal de los personajes”, añadió la actriz.

Una historia sobre resolver el pasado para encontrar nuevas ilusiones

Una historia sobre resolver el pasado para encontrar nuevas ilusiones

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En el desarrollo de la historia los personajes se enfrentan a una constante sensación de fracaso en sus vidas, víctimas de haber arrastrado temas del pasado sin resolver y que se detonan, lo mismo para el joven Néstor con un problema de matemáticas que le impidió triunfar en un concurso regional o que en el sentirse atraída por algún joven mientras se está en un casino en el caso de Lilia y la idea de vender una casa de tradición familiar.

“Habla de cómo enfrentarse al fracaso. El personaje de Néstor lidia con cosas que no resolvió, y se quedaron en su mente como si hubieran sido una promesa de que se resolverían en algún momento de su vida. El enfrentarse al pasado es importante porque el problema del personaje es interno, pero también Lilia dialoga con el pasado y con la casa de campo que simboliza tanto para la familia y, a la vez, el protagonista tiene que desprenderse del lugar para poder avanzar”, explicó Jaiziel, también a este medio.

“Así que hay mucho diálogo entre pasado y presente, bajo la idea de que para poder avanzar hay que soltar cosas. También creo que debemos plantearnos de nuevo lo que significa el éxito o el fracaso, hay muchas formas de medir eso en la vida. Creo que tiene que ver más con una percepción propia de esos conceptos. En esta película queremos reflejar cómo, a veces, cosas pequeñas pueden hacer avanzar las cosas. El triunfo puede ser un símbolo. El personaje central resuelve un problema matemático después de muchos años y eso lo hace sentirse más seguro y confiado para tomar decisiones, eso fue un triunfo significativo para él aunque no para los demás”, añadió el realizador.

Días de invierno, al igual que los filmes mexicanos más destacados de nuestro tiempo, tienen como punto de partida el asomarnos a lo que nos duele: “Creo que el dolor es algo que marca y sí creo que también la suma de tus dolores te va conformando como persona. Aquí hay esto, hay una suma de dolores y pendientes que se han ido guardando hasta que llegó su momento de resolverlos”, comentó Huijara.

“No sé si el dolor es lo que más te marca pero sí sé que te punza y te obliga a que avances y que te muevas. El dolor es un estado anímico que puede ser insoportable y te puede pedir que te muevas, en ese sentido, paradójicamente, resulta ser más productivo porque cada vez que te mueves, creces”, enfatizó la actriz.

En ese sentido, también el filme remarca otro tipo de heridas más sociales que están cicatrizadas en los condicionamientos que se tiene de la mujer por los cuales en los últimos años se ha alzado la voz en busca de equidad de género. En este caso, el filme plantea en el personaje de Leticia Huijara la posibilidad de tener nuevos desafíos cuando se está por entrar a la tercera edad.

“Creo que la película habla sobre encontrar nuevas ilusiones. Tenemos que hablar de estas mujeres comunes y corrientes que tienen, en determinado momento, el valor de anhelar. Pareciera que tanto la familia como la sociedad te van diciendo que cuando pasas cierta edad debes pararte en una esquina y no dar lata, que ya nada más tienes que esperar a ver lo que pasa y que eso que sucederá para esa edad ya está escrito”, comentó.

“Que si ya tuviste un marido y se te murió, palomita; que si ya tuviste hijos y los criaste, palomita; que si los hijos ya se fueron de la casa, palomita. Entonces parece que lo que queda es quedarse en casa a tejer mientras te llevan en lo que te presentan a los nietos. En este caso, Lilia quiere que le pasen cosas y volver a empezar cosas a pesar de la edad, eso es fantástico”, continuó.

“Eso dialoga con los momentos que vivimos a nivel mundial, que se une a la plática sobre el papel de las mujeres ahora y que dialoga también con el tema de la maternidad de hoy, que de pronto se han vuelto sacos de fuerza. Como si fueran estructuras de las cuales ya no te puedes mover”, complementó.

Más aún, la actriz lleva la conversación a la imposición de los conceptos de maternidad que se debaten en la actualidad: “Se tiene la idea de que la mujer tiene que cumplir el rol de mamá y que siempre tiene que ser apta para eso. Creo que, desde mi generación, estamos tratando de romper con todas esas ideas preconcebidas de la maternidad y, sin embargo, siempre hay una idea de que, aunque tengas la posibilidad de salir de ese arquetipo, si tú te vas la familia se desmorona. Es esta idea en la que sí está padre que tu pareja te ayude, pero como mujer apta a ser madre, tienes que supervisar y resolver porque al final tú eres la mamá”, expresó.

“Y es que creo que no hay una sola forma de ser madre, sino que hay muchas maternidades, y debemos plantear lo de la película en la que, como, en la medida en que una madre crezca le das chance a tu hijo de que crezca de una forma más libre y con confianza. Si te pones como mamá en un lugar incómodo pones a tus hijos en lugares incómodos, y es ahí donde se habla de esta idea de que si la mamá se va todo se derrumba”, añadió.

Finalmente, Jaiziel reflexionó sobre los lazos de sangre que se abordan en la película que no solo retratan los problemas de relación entre una madre con su hijo, sino la de la hermandad y como también hay una resonancia en los moldes sociales a partir de ellos, además del eco que puede tener el filme con la crisis social generada por la pandemia:

“Hay algo en el núcleo familiar del que no podemos separarnos. Son relaciones que nos atan con otros seres humanos pero no los elegimos. Son los lazos más complejos porque por muy fracturados o por muy lastimados, no hay forma de separar esos lazos aunque estén lejos. Uno puede no hablar con sus hermanos o padres por años, pero aunque no se vean esa relación no va a terminar hasta que fallezcan. Eso es parte de un núcleo social que se construye y es interesante porque son relaciones que, aunque existan en contra de nuestra voluntad, siempre van a estar ahí”, explicó el cineasta.

“Sí hay un comunicante con los efectos de la pandemia y la película. La pandemia nos hizo reflexionar a todos si íbamos por el camino correcto o qué haríamos al salir del encierro, eso tiene que ver con la historia porque eso es lo que les ocurre, se plantean a donde tienen que ir luego de encontrar la incomodidad en la que se encuentran, y aunque no saben qué es, sí están en un proceso de cambio”, concluyó.