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La espiritualidad y el metal se fundieron en el Circo Volador con Alcest

COBERTURA. La banda francesa de metal presentó en el Circo Volador un viaje místico en su primer concierto en México desde 2018

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Alcest en el Circo Volador.

Alcest en el Circo Volador.

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El mundo de las hadas para los creyentes de la magia es un lugar tan bello como peligroso, el cual guarda cientos de misterios. Para algunos practicantes, el acercamiento a estas criaturas es caminar en una cuerda floja, entre lo bendito y lo maligno, al ser en la mitología europea seres con poderes sobre la naturaleza que pueden conceder deseos si se les trata con amabilidad o traer problemas si se les ofende.

Niege, vocalista de Alcest, cuenta que en su niñez tuvo algún tipo de contacto con este lejano país; es a partir de esta experiencia que nace el grupo, cómo una forma de compartir sus memorias sobre este enigmático y etéreo lugar.

Es así que la espiritualidad y el metal se unieron durante el concierto de Alcest en el Circo Volador este domingo 26 de marzo, una de las pocas bandas francesas de post metal que existen.

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Con un dramático show de luces y el logo del más reciente álbum Spiritual Instinct de Alcest de fondo, fue que Fake Designers abrió la noche, mexicanos que conquistaron el escenario con pocas palabras y mucha energía, no son dejar de evocar un aire místico, avecinando lo que pronto llegaría.

Posteriormente, The Advent Equation presentó un largo setlist que abarcó sus discos Limitless Life Reflections y Remnants of Oblivion.

A las 9:30 de la noche, armonías dignas de una iglesia se mezclaban con los guturales del vocalista Niege, junto melodías casi ritualísticas con una guitarra impecable y una contundente batería para dar inicio a la participación de Alcest con “Les Jardins de Minuit”

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Si bien al inicio hubo un fallo en el sonido de la guitarra y micrófono del vocalista, este problema se resolvió rápidamente y así, se pudo disfrutar de toda la potencia del dueto en canciones como “Écailles de lune – Part 2”, “Sapphire” y “Percées de lumière”.

El headbanging no se hizo esperar y la energía se mantuvo en auge constante a lo largo del evento, con un recinto repleto de hombres y mujeres que agitaban sus puños y sus melenas al unísono junto con la agrupación.

Sin embargo, junto con esta sobredosis de éxtasis característica del metal, el público también se hacía de ratos contemplativos, donde el silencio absoluto reinaba ante la genialidad de la banda francesa.

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Una canción tras otra, la agrupación evocaba una sensación de trance casi mística entre las variaciones musicales. Niege pidió con cordialidad: “cuando regresemos, por favor vengan a vernos de nuevo” ante los gritos eufóricos del público.

“Délivrance” fue la canción que dió fin al viaje que el místico espectáculo de Alcest entregó a sus fanáticos.