Jaime López alza su grito en el Teatro de la Ciudad: “Tengo la edad del rock and roll”
COBERTURA. El sábado pasado se presentó el emblemático compositor y cantautor oriundo de Tamaulipas, en la capital del país, con un concierto atípico
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Jaime López en el Teatro de la Ciudad.
Como se podría hablar de Jaime López sin hablar de historia, hablar de él es pensar en uno de los más grandes letristas, ojo, no sólo del rock, sino de la música mexicana, no podríamos clasificar en algún género al compositor y cantautor tamaulipeco, porque simplemente nos quedamos cortos.
En Juan Jaime López Camacho o sólo Jaime López pa’ los cuates converge una fusión de géneros y estilos que reflejan el mestizaje, ese que define nuestra cultura y que le da sabor al caldo, él es en sí mismo la música reencarnada, luego el canal de transmisión, luego el recipiente y el instrumento, y finalmente se convierte en la voz, la armónica o la guitarra, la armonía y la melodía.
El sábado pasado se presentó el compositor y cantautor Jaime López, oriundo de Tamaulipas, en el escenario del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, en un concierto atípico a lo que estamos acostumbrados, pero donde la fuerza del mismo está en la esencia misma de la música, se trata de un maniquí estándar del rock, pantalones y chaleco de cuero negro, una guitarra y una armónica, nada más.
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Alrededor de las 19 horas salió al escenario el cantautor y su concierto 69 y llueve con todo el poder del rock and roll y el blues, pero aquel blues callejero, sórdido, muchas de las veces a capella, así como un mensaje naturalmente contestatario y en ocasiones inocuo, poco más de dos horas y media de canciones propias en un monólogo escénico atípico e indómito, como él mismo.
Aunque lo hemos reiterado hasta el hastío, la brecha generacional si continúa siendo evidente en la música, aunque celebramos que esto ya casi no pasa, la noche del sábado sí se experimentó a un público más selecto, mayores de treinta y cinco años llevaron el Esperanza Iris, casi todos contemporáneos del músico tamaulipeco.
Comenzó la noche con temas como “Hechicera” o su tema más conocido “Chilanga banda”, más por la versión de Café Tacvba, pero enriquecida por el propio López, donde hasta grita “nena… haz patria y ama a un chilango”, ante el regocijo del público que si bien no abarrotó todo el inmueble si llenó del espíritu del rock a la noche.
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Jaime López es creador de grandes himnos de la cultura pop mexicana tatuados en el inconsciente colectivo como la misma “Chilanga Banda”, camino que recorrió desde su natal Matamoros, Tamaulipas, para encontrar en la Ciudad de México esa diversidad pluricultural y generar un anecdotario musicalizado, como se experimenta en “Nuestro amor es ese gato negro muerto en el baldío”, “1ª calle de la soledad” o “69 y llueve”.
El músico se ha colado en todos los géneros musicales, desde el canto en la voz de Eugenia León, en los años ochenta, también la discografía de Cecilia Toussaint, una de las leyendas del rock, se nutrió con la obra de López, además es compositor de el ex timbiriche Diego Schoening, la folclorista Amparo Ochoa, la diva oaxaqueña Astrid Hadad, Botellita de Jerez, la blusera Betsy Pecanins, Chac Mool, Emilia Almazán, Maru Enríquez, Margie Bermejo, Óscar Chávez, Tania Libertad, y si lo tuyo no es la música y si el cine seguramente lo reconoces como el Maestro Raya de Buscando a Nemo; Alameda Slim en Vacas Vaqueras; Marv en Sin City.
La noche continuó con piezas musicales como “Alma de tabique”, “Parlez-vous patois?”, “Vagón de vagabundos”, “A la orilla de la carretera”, “Del calor al frío”, “Arando al aire”, “Es tan poco el amor”, “No doy más”, “Desenchufado”, “Corazón de cacto”, “Castillos en el viento”, “En toda la extensión de la palabra amor”, “Bonzo” o “Adiós a los dioses”, temas que inexplicablemente te hace no apartar la vista y menear el cuerpo al ritmo del rock, magia pura.
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De igual manera, en un respiro, el músico agradeció la presencia de todos y recordó a uno de sus amigos ya finado: “Estamos reunidos porque descanse en paz Roberto González, más que un amigo, era un hermano, es todavía un gran hermano, en mi disfuncional familia lo adoraban”, dijo López, quien pasó a interpretar “El huerto” que maquilaría con el compositor y músico rupestre Roberto González, oriundo de Alvarado, Veracruz.
Finalmente Jaime López y su inigualable estilo terminó la velada oficial con otro de sus éxitos “Sácalo”, pero como lo de hoy es complacer al público al grito de ¡otra, otra!, no tuvo de otra y se quedó en el escenario para interpretar “Nadie da por nada su corazón”, “Ay Inés!”, “Tengo la edad del rock and roll” y “Me siento bien pero me siento mal”, esta última que hiciera famosa la diva del rock, Cecilia Toussaint.
Jaime López no estuvo solo en el escenario, se paró frente a los espectadores con su par de guitarras y su armónica, compañeras de todos los caminos, así como con su música totalmente auténtica, es solista, sí, porque como dice “Más vale sólo que mal acomplejado. Soy un solista involuntario”, y como bien representa en “Tengo la edad del rock and roll”, él es y seguirá siendo el rock and roll.
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