Escenario

‘María, la bruja Tlahuipochi’, una obra al rescate de la cosmovisión mexicana

ENTREVISTA. La puesta en escena se presenta en el Instituto Cultural Helénico hasta el 4 de diciembre; el actor Francisco Betancourt nos da más detalles

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Imagen de la obra ‘María, la bruja Tlahuipochi’

Imagen de la obra ‘María, la bruja Tlahuipochi’

CORTESÍA Octavio Castañeda

Una de las leyendas más arraigadas de la cultura mexicana son las brujas tlahuipochi, mujeres que se encuentran destinadas a alimentarse de la sangre de los infantes, que se quitan las piernas y se convierten en bolas de fuego que rondan por los bosques y cerros en búsqueda de posibles presas.

En la puesta en escena María, la bruja Tlahuipochi, se sigue a María Guadalupe, quien es abrazada por su abuela y una vecina trás descubrir que carga con el destino de ser uno de estos entes. Mientras tanto, el tío Jesus, interpretado por Francisco Betancourt, en palabras del actor se encuentra en contra de que ese mal “pueda regarse a través de su sobrina”, por lo que buscará evitar a toda costa el futuro de su sobrina.

“Creo que lo más interesante para el público puede ser la evocación de este lugar”, mencionó Betancourt, refiriéndose a “las chinampas xochimilcas, el ambiente de un barrio xochimilca, las costumbres, los olores, los sonidos…”

Aunque quizás la maravilla de la ambientación escénica podría encontrar competencia en el hecho de entrar en una cosmovisión que “es vigente”. El actor asegura que en los pueblos de Xochimilco “te dice la gente que en el cerro de Santa María ven las bolas de fuego”, por lo que “no es que hayan sido historias, sino que todavía se ven”.

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Quien da vida al tío Jesus, también recordó que mientras llegaron a realizar ensayos en el cerro antes mencionado, “ocurrían cosas extrañas”:

“En alguna ocasión ocurrió que tomamos fotos, una sesión de fotos en el cerro, y en una de las fotos salió alguien que no estaba dentro del reparto ni era nadie que iba con nosotros” recordó “sé que sí hay fuerzas que se mueven, energías y de estas energías hablamos con todo respeto”

A pesar de lo que podría indicar la presencia de las brujas dentro de la historia, la obra no se trata de espantos; pues el amor, suspenso y la tradición, resulta más en un “rescate al folklore de nuestras raíces desde lo prehispánico”.

“A veces nos dejamos apantallar por folklore europeo o de otras latitudes y aquí tenemos unas historias y un folklore super rico y que no le pide nada a otras historias” reflexiona Betancourt.

María, la bruja Tlahuipochi rondará por el Instituto Cultural Helénico hasta el 4 de diciembre, con boletos disponibles en labruja.boletopolis.com.