Escenario

Maryam Touzani: “Como humanos nos brota ese deseo de controlarlo todo pero hay cosas que escapan de nuestras manos, como la muerte”

ENTREVISTA. La cineasta marroquí presenta en México su ópera prima Adam: Mujeres en Casablanca, una profunda reflexión sobre el duelo que presentó con éxito en el Festival de Cannes

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La cineasta marroquí Maryam Touzani regresará este año a Cannes con su filme The Blue Caftan.

La cineasta marroquí Maryam Touzani regresará este año a Cannes con su filme The Blue Caftan.

CORTESIA Calouma Films

Abla tiene una humilde pastelería en su propia vivienda de Casablanca, donde vive junto con Warda, su hija de ocho años. Su rutina, dictada por el trabajo y las labores domésticas, se ve un día interrumpida cuando alguien llama a su puerta. Se trata de Samia, una joven embarazada que busca empleo y techo.

Esta es la premisa de la cinta Adam: Mujeres en Casablanca (que formó parte de la sección Una Cierta Mirada en Cannes 2019), ópera prima de la realizadora marroquí Maryam Touzani, con quien Crónica Escenario tuvo el placer de charlar acerca de la misma, que se estrena en salas mexicanas gracias a Piano Distribución y Calouma Films este 12 de mayo.

“La historia se inspira en un encuentro que tuvieron mis padres con una mujer que llegó tocando a su puerta y experimenté la última parte de su embarazo al lado de ella. Básicamente, tenía ocho meses y solamente sería una cuestión de días en lo que la ayudaban a encontrar una solución a su problema. Pero se dieron cuenta de que no existía ello debido a que la joven huyó de su casa y si la dejaban ir, daría a luz en las calles. Así que se quedó con nosotros para protegerla tanto a ella como a su bebé”, comentó de inicio Touzani acerca de la inspiración para este largometraje.

Esta anécdota marcó de muchas formas la vida y memoria de Touzani, al grado de que, al pasar por su propia maternidad, recordaba constantemente este hecho de cuando era joven: “Había terminado la universidad, era una mujer joven que regresaba a casa y me encontré cara a cara con ella que estaba pasando por algo completamente diferente a lo mío en su vida. La vi transformarse en madre frente a mis ojos, luchando en contra de su instinto de maternidad y lo duro que era para ella pero también la observé amándolo mientras intentaba no hacerlo porque lo iba a dar en adopción. Fue un hecho muy bello y violento a la vez, fue de verdad un hecho que me conmovió profundamente”, afirmó.

“Al estar embarazada de mi primer hijo, me di cuenta en carne y hueso eso que ella en su momento había vivido. Y es que, viéndolo desde una perspectiva de fuera, por mucho que estés cercano a ello no es lo mismo ni se compara al momento en que te sucede. Así que pensé en ella constantemente en esa etapa de mi vida. Entonces comencé a escribir esta historia en ese estado y terminé de hacerlo con mi bebé al lado, sintiéndome afortunada de poder estar con él y poderle dar mi amor, algo que la joven que pidió ayuda no pudo tener. Ella fue robada de esos momentos debido a la injusticia social”, continuó de manera reflexiva la directora marroquí. 

El filme aborda el tema de la maternidad desde un sentido muy sensible y humano.

El filme aborda el tema de la maternidad desde un sentido muy sensible y humano.

CORTESIA Calouma Films

Maryam explicó cómo a partir de ciertos hechos dolorosos, la cinta desarrolla un vínculo intrínseco de sororidad entre sus protagonistas. “Como seres humanos, a veces nos brota ese deseo de controlarlo todo pero hay cosas que simplemente se escapan de nuestras manos, como la muerte misma o el dolor de una pérdida. Pero curiosamente son esas cosas las que terminan por unirnos de vez en cuando y que, a su vez, nos hacen enfrentarnos a una verdad más grande, si le podemos decir así”.

Uno de los puntos más destacados del filme es cómo aborda temas como la vida y la muerte como una guía hacia el perdón y el poder continuar con sus vidas. “La experiencia de la muerte y el nacimiento juntan a estas dos damas; la llegada de esta criatura se convertirá en una especie de redención para Abla, una mujer que se ha cerrado al mundo. Ese encuentro entre las dos, aquella que trae una vida que terminará por rechazar y la otra, que ha parado toda su vida debido a que no ha podido continuar con ella por la pérdida que enfrenta, generan este punto de encuentro bastante interesante y emotivo”, aseveró.

También se aprecia un sentido de transmisión cultural y la deconstrucción de ese tejido social a través de la misma, visto desde una óptica muy particular entre estas mujeres en Casablanca. “Es algo que se ha dado de generación en generación pues también busca cuestionar estas tradiciones que existen desde siempre y son parte de nuestra sangre incluso. Pero dentro de las mismas, tenemos la necesidad de preguntarnos muchas cosas como el lugar de las mujeres en la sociedad. Esto se ve a través de las prohibiciones que enfrenta Abla para velar a su esposo o la imposición que se le hace a Samia y por la que no puede quedarse con su hijo sin ser objeto de escrutinio. Es la doble cara de las tradiciones, algunas que son hermosas pero otras que sí deben ser cuestionadas”, dijo.

Uno de esos ejemplos se da a través de la comida, algo que sirve como otro punto de contacto y emotividad para las protagonistas. “Para mí era importante grabar y mostrar el proceso de la masa para hacer el alimento. Implica una sensualidad, una precisión. Tenía que transmitir esa sensación intimista entre ellas al preparar este alimento pues ahí también se encuentra una situación de transmisión a través de la comida que las va uniendo. Es una experiencia que tienen en común y las une, además de que Samia ayuda a Abla a poder hacerlo con ese sentimiento y no lo haga de manera automatizada, como robot. Ahí vemos también ese tema de transmitir no sólo ese aspecto cultural bello sino de tener esta experiencia que no las haga sentirse apáticas ante sus vidas”, expresó abiertamente Maryam.

La ópera prima aprovecha este relato para darle una gran voz a las mujeres que viven este tipo de cuestiones en Marruecos, pero no lo hace mediante la denostación de ningún género, algo que le parecía fundamental a Touzani. “Para dar voz y hacer esta crítica no necesitas crear un antagonismo entre hombres y mujeres. En una sociedad tenemos que avanzar juntos, no es que sean los hombres malos y las mujeres buenas o viceversa. No hay necesidad de dar una imagen negativa del hombre para poder darle voz a esta historia de Abla y Samia y en general, de estas mujeres”, dijo. 

El filme fue ovacionado en Cannes en el 2019.

El filme fue ovacionado en Cannes en el 2019.

CORTESIA Calouma Films

“Antes que nada, hay que ser realistas y en mi caso tengo a muchos hombres maravillosos a mi alrededor. En mi cinta, Silmani es un caballero que valora y ama a Abla por lo que es. Era importante para mí no emitir alguna especie de juicio al respecto y simplemente mostrar lo que son mis personajes. Para mí, no es que haya una batalla entre hombres y mujeres, sino que ambos avancen juntos pues en una sociedad es el 50/50 y para proponer algo siempre es mejor mostrar roles positivos, que construyan”, apuntó.

Después del gran éxito de Adam: Mujeres en Casablanca, Maryam espera la presentación de su siguiente largometraje en el Festival Internacional de Cine de Cannes, The Blue Caftan. Al respecto, la realizadora habló de ese viaje que ha hecho desde su primer proyecto hasta ahora:

“Ha sido algo hermoso porque una de las cosas más bellas que puedes sentir como ser humano es cuando creas algo que tiene un gran significado y sentido para ti. En mi caso, cuando hago una cinta la hago con fuertes convicciones porque creo que existe la necesidad de contar algo, una historia en la que crees totalmente desde que la escribes y que se refleja en los personajes, a quienes les puedes dar una voz propia que no necesariamente tienen en la vida real debido al contexto en que se desenvuelven, uno que a veces busca separarlos o silenciarlos”, dijo.

“Es precioso saber que esos relatos se abren camino en el mundo. Claro que ser seleccionada para participar en festivales tan importantes es emocionante porque así es como te das cuenta que esas historias son capaces de cobrar vida. Estos últimos años han sido emocionalmente muy intensos pero estoy muy agradecida de poder hacer lo que hago”, añadió.

Finalmente, Touzani se mostró conmovida por la universalidad de la historia y su llegada a carteleras mexicanas. “Saber que esta cinta llega ahí me produce un sentimiento hermoso también. Como cineasta, poder sentir esta relación con este país, México, al que no conozco realmente en cuanto a culturas y costumbres, y tener el privilegio de que esta historia de tres mujeres sea vista ahí es hermoso porque crea este vínculo que demuestra que hay historias que nos unen a través de las barreras del idioma y las creencias, que realmente somos más cercanos emocionalmente de lo que creemos y que hay cosas que nos mueven a todos muy dentro al final del día. Esta pandemia nos ha hecho repensar y revalorar tantas cosas que dábamos por sentado que ahora es momento de pensar en lo conectados que estamos. Esa experiencia, al hacer cine, ha sido invaluable”, concluyó.