Escenario

Michael Bublé en la Arena CDMX: Cómo subir la temperatura con un viaje por la historia musical

COBERTURA. El crooner canadiense se presentó la noche del jueves en su primera fecha de las tres contempladas para este fin de semana con un show digno de los grandes

Maluma cantando en concierto
Michael Bublé en la Arena CDMX. Michael Bublé en la Arena CDMX. (CORTESIA Moisés Arellano/Arena CDMX)

El catálogo histórico de musical que se despliega tras la palabra “amor” es casi interminable, sin embargo, pocas voces como la voz del crooner canadiense Michael Bublé existen para transmitir el sentimiento. Este jueves dio el primero de tres conciertos en la Arena CDMX como parte de su Higher Tour (también estará este viernes y sábado), luego de visitar Monterrey, Puebla y Guadalajara, y lo hizo quitándose el estigma de símbolo del cancionero navideño para ofrecer un espectáculo que buscó más conectar desde el lado provocador.

A las 21:35 horas comenzó la cuenta regresiva con un video proyectado sobre el telar que cubría el escenario y emulaba al cantante acercándose conforme pasaba el reloj. Al llegar a cero, el telón desapareció para tener una “Obertura” instrumental de su big band con sonidos con notas al estilo de la obra de Clint Mansell.

Al cambio de música de los violines en el fondo del escenario apareció primero su voz y luego su figura a contraluz emocionando con el inicio de la icónica “Feeling good” que inmortalizó en 1965 la icónica Nina Simone. Con ese tema de melodía preciosa y voz seductora con la que se paseó lentamente y con temple por el escenario en medio de los gritos de la multitud es que comenzó un recorrido, ya no solo de su historia musical sino la de temas emblemáticos de todos los tiempos, pero con un tono seductor.

Comenzó con “Feeling good” que Anthony Newley y Leslie Bricusse escribieron para el musical The roar of the greasepaint - The smell of the crowd y que luego llegó a la voz de Nina Simone. Un tema que marca la tónica en la esencia de su letra, que incita a sobreponerse a la adversidad, convertir la esperanza en realidad y vivir cada día como si fuera el último.

“¡Buenas noches, bienvenidos! Yo soy Michael Bublé, soy Miguel Burbuja”, dijo desatando las primeras risas de tantas que tendría el público durante la velada: “Estoy muy feliz de estar esta noche con ustedes, porque México es el mejor país en el mundo”, dice en su torpe español; “es imposible para mí cantar mal aquí (...) Está noche no es un concierto, es una fiesta con mi familia. Tenemos a los mejores músicos de México aquí (dijo señalando a los participantes nacionales en su show). Yo quiero bailar y cantar con ustedes. Necesito de ustedes”, expresó mientras hacía pausas para tomarse fotos con sus fans más cercanos.

Y con ese sentido del humor llegó el primer tema de su autoría “Haven’t met you yet” tras el el grito que él mismo hizo de “Oe, oe, oe, oeeee”. Con un piano alegre y optimista y esa letra que bien podría haber sido hecha para el mismísimo Barry Manilow con su romanticismo (“sé que podemos ser tan increíbles”) que se inspiró en su esposa Luisana Lopilato cuando la escribió.

Pero el jugueteo real que marcó el show llegó cuando una fan le gritó un piropo y en un momento le respondió “y también puedo tocar tu culito”, en su atropellado español, que provocó más risas. Así introdujo a su divertido y juguetón tema “L O V E”, que es una oda al poder y la belleza del sentimiento y en cuya letra hace un juego de palabras con las que enfatiza que el amor es un compromiso entre dos personas y que, con amor, pueden superar cualquier obstáculo juntos, pero donde cabe también la vulnerabilidad: “Toma mi corazón pero por favor no lo rompas”.

Al siguiente tema mantuvo la alegría y seducción pero con una canción de 70 años de distancia. “Such a night”, cover de Clyde McPhatter & The Drifters y que en su época fue prohibida en algunas estaciones de radio por ser muy “picante”, ahora sonó en la Arena CDMX acompañada de aplausos mientras el showman Bublé bailaba con pasos sensuales y hasta de emoción chocó sus pies en el aire con un salto: “Solo el pensamiento de tus labios me prendió fuego”, dice la letra y el cantante lanza besos a sus fans hasta culminar con un canto largo y emocionante.

Tocó el turno de una vieja conocida de México pero en una versión en inglés. Sonó “Sway”, que originalmente nació como “¿Quién será?”, perteneciente a Pablo Beltrán Ruiz y su Orquesta y que, incluso Pedro Infante incluyó en su álbum de 1954. En Bublé sonó la versión de Dean Martin (la letra en inglés fue compuesta por Norman Gimbel) con pinceladas magistrales al piano y los instrumentos que respetan su esencia latina mientras la letra nos hace cómplices de cómo un hombre pide a una mujer bailar con él y compara su balanceo con los movimientos del océano o una flor en el viento.

Siguió con otra canción divertida pero de esencia más antigua. “When you’re smiling”, que en 1928 llegó a Louis Armstrong y que nos habla de cómo una risa puede hacer que salga el sol y por el contrario una lágrima cubrir el cielo de tormenta. Puede que no sea posible estar siempre riendo, y que hasta llorar un rato sea muy terapéutico, pero este mundo siempre será mejor si con sonrisas lo convertimos en un terreno abonado para que germine y brote la felicidad. Más aún, la risa la contagió cuando un fan le aventó un peluche y él se lo regresó, y se puso a emular una lucha de aventarse el juguete con él.

Antes de continuar llegó un momento en que aventó al público una toalla con la que se secó el sudor y un hombre la agarró: “Vieron eso, creo que es como el sentido arácnido”, dijo y le preguntó su nombre. “Rubén es Peter Parker”, bromeó. Entre risas dijo que su mujer era muy bella y que en ese momento “Rubén es el hombre número uno en el mundo. Cuando llegue a casa su esposa le dirá ‘ven conmigo baby’”, dijo emulando divertidamente gestos de excitación para la gracia del público.

Luego tocó el turno de presentar su siguiente canción: “Es muy importante porque es el primer hit que me dio a conocer en el mundo y esta noche la quiero dedicar a una persona muy especial en mi corazón… Es para ti Rubén”, bromeó para dar inicio a “Home” (de su disco It’s time, 2005), esa hermosa balada que describe un estado melancólico al estar lejos de casa y lejos de la mujer que se ama.

Otro tema más de su autoría llegó con “Everything” (de su disco Call me irresponsible, 2007), una bella canción, alegre, que fácilmente podría marcar el cruce entre el jazz y el pop, y que escribió muy joven: “Escribí esta canción cuando tenía 15 años” y que eso parece desmitificar que fue escrita para su romance con Emily Blunt.

En el escenario, durante la canción se mostró muy energético, por momento se hincó sobre una rodilla y pasaba de extremo a extremo para saludar a su público: “Escribí la canción sobre la gran felicidad del amor verdadero, pero al mismo tiempo estaba haciendo una declaración sobre el mundo. Vivimos en tiempos realmente locos y quería decir que no importa lo que esté pasando, esta persona en mi vida es lo que realmente hace que valga la pena”, dijo alguna vez sobre ese tema que el público coreó emocionado: “¿Ustedes tienen programa como The Voice?”, preguntó al final para recibir respuesta positiva al unísono; “si la tienen ustedes serían los ganadores”, dijo para aplaudir a sus seguidores.

Tocó turno a la canción que da nombre a la gira. “Higher”, que lanzó en el 2022, sonó impresionante desde la musicalidad, hasta la voz y el baile. Y es que como dice la letra sobre un hombre enamorado de los movimientos sexies de su pareja lo hace sentir eufórico (“Llévame a beber/estoy bebiendo besos”). Una canción sobre estar dispuesto a correr el riesgo de acercarse a alguien que tal vez sienta lo mismo.

“¡Basta!”, dice en tono de broma para intentar parar los aplausos emocionados. No lo logra. La gente hace más ruido. “Esto no es bueno y es mi culpa porque esta canción es muy peligrosa. Es que es súper sexy y es imposible tener el control por todas las mujeres. Porque donde sea que la cante, ya sea en Japón, Alemania, Canadá o aquí, las mujeres se excitan”, dijo entre bromas mientras se tocaba el cuerpo para divertir a sus fans.

Ese discurso dio pie a dejar clara la tónica de la noche: “Yo sé que muchos de ustedes ven a este cantante a Miguel Burbuja y automáticamente piensan en Navidad, pero no hay Navidad esta noche, no hay Santa Claus”, anunció bromista consciente de la fama que tiene como uno de los favoritos de temas navideños. “Aun así, tengo regalos para ustedes, los regalos que traigo son sexys porque soy yo y es mi música y les advierto que todo esto sólo se pondrá más hot”, anunció continuando con su broma y asegurando que hasta habría perreo al final de la noche: “Sienten algo ahí (-dijo señalando sus genitales-). Pues más tarde habrá sexo con todos. Hagamos muchos bebés esta noche”, dijo.

De pronto un cambio de ritmo completamente. Los primeros acordes ya nos remontan a los años 60. Suena “To love somebody” de Bee Gees pero que también hizo grande Elvis Presley. Esa hermosa canción sobre un hombre profundamente enamorado y cuyo amor parece que nadie más comprende incluso la persona a la que ama, cuyo estribillo se cantó con pasión en la Arena CDMX y estuvo llena de buena vibra desde la imagen del cantante abrazando a sus fascinantes coristas.

Y del amor profundo e incomprendido pasa al amor prohibido de “Me and Mrs. Jones” (original de Billy Paul, 1972) que comienza a ritmo de piano y se desarrolla suave y sensual, con un deleite de su voz, que contagia las emociones contenidas de una letra que muestra hábilmente el dolor de la aventura, pues trata de la relación extramatrimonial de un hombre y una mujer que se encuentran en secreto “todos los días en el mismo café” para tomarse de la mano y conversar, atrapados en el dilema de lo incorrecto:

“Tenemos algo sucediendo/ambos sabemos que está mal/pero es demasiado fuerte/para dejarlo pasar ahora”, dice la letra y en el verso final Bublé puso toda la emoción para llevarse una fuerte ovación. “México, para ustedes es normal tener todo grande, pero para mí esta noche el tamaño de la energía que me dan es algo increíble”, dijo para agradecer también a los músicos y presentar la siguiente canción: “Ahora quiero cantar a dueto con ustedes”.

Así comenzó a sonar “Quando, quando, quando” que se hizo popular en Bublé cuando la cantó a dueto con Nelly Furtado. Una canción al estilo bossa nova que lanzó Tony Renis (junto con Alberto Testa en la letra) en 1962, y que durante la noche transmitió un sentimiento de complicidad. Además, durante el tema lució el piano de forma espectacular.

El viaje a los clásicos mundiales retrocedió unos años para dar vida a “Fever”, que escribió Eddie Cooley (bajo el seudónimo de John Davenport) en 1956 y que hizo popular Little Willie John y Peggy Lee. Se trata de un tema, con melodía sensual, que explora la naturaleza intensa y absorbente del amor, comparándolo con una fiebre que impregna cada aspecto de la existencia de uno. Donde se habla del amor, como una fiebre, un fenómeno atemporal y universal que ha cautivado a la humanidad durante siglos.

Uno de los momentos más emblemáticos de la noche se dio cuando rindió homenaje a Elvis Presley con un medley compuesto por tres de sus canciones más intensas sobre el amor. En medio del escenario mientras sus fans se trataban de acercar a él comenzó a sonar “Trouble” con guitarra en mano y emulando los pasos de “El Rey”, en ese himno a la rebeldía.

Sin detener la música se dio paso a “Burning love” que celebra el amor apasionado que sube la temperatura del mismo cantante como si estuviera ardiendo de pasión: “Iluminas mi cielo matutino con amor ardiente”, canta mientras se mueve con euforia hasta seguir con “Can’t help falling in love”, como una emocionante balada que cuestiona si es pecado enamorarse rápidamente. En el clímax de la canción en el escenario miles de papelillos amarillos llenan de algarabía al recinto.

Con los sentimientos a flor de piel comenzó a sonar otro tema emblema. “You’re the first, the last, my everything”, que es quizás, la canción más emblemática del monstruo del soul Barry White y que también es una balada romántica sobre la devoción hacia una pareja a la que se como la respuesta a todos los sueños del cantante y la fuente de su alegría y plenitud: “Sé que solo hay uno como tú, no hay forma de que hayan hecho dos”, canta.

El aparente final de la velada llegó con un tema de su autoría. “It’s a beautiful day” de su disco To be love (2013) es una canción divertida y llena de calidez a pesar de que se trata de hablar de una ruptura amorosa, pero no desde el despecho sino que es una “anti canción de amor que habla de estar bien con uno mismo y ser feliz al equilibrar los lados bueno y malo de la vida”, como el mismo Bublé ha dicho de ella.

En la canción el cantante se siente siente aliviado de que la relación haya terminado y expresa su alegría por el hecho de que ya no está enjaulado y ahora puede volar. Alienta a la ex pareja a seguir adelante y no repetir la ruptura en su mente. Una canción divertida a la que además se agrega la entrega de Bublé con momentos cómicos como tomar papeles y soplarlos a su público mientras baila.

Tras el tradicional encore comenzó a sonar la épica y dulce melodía de “Smile”, un tema instrumental que se escuchó en Tiempos modernos de Charles Chaplin y que, en esta ocasión, sirvió de pretexto para presentar a todos los músicos que acompañaron a Miguel Burbuja en el concierto para recibir su respectiva ovación.

Luego regresó al escenario el cantante para emocionar con la fascinante “Cry me a river”, una canción de Julie London que data de 1955 y que suena más moderna que nunca. Una canción llena de furia sobre el amor fracasado, sobre un hombre lastimado y que bien podría formar parte de algún filme de James Bond. Un momento espectacular con la iluminación haciendo juego con la música emulando truenos, relámpagos y tormentas, con un final vocal impresionante.

“Damas y señores, mi familia, mis amigos y hermanos, ayúdenme, necesito de ustedes. Un aplauso para los músicos que merecen su respeto”, dijo en medio del escenario para él mismo unirse a su público en el aplauso de agradecimiento. “Mis amigos, gracias. Esta noche es super especial para mí. Cuando estoy en mi cama con mis bebés, siempre doy gracias a dios por todos los años , porque es por todos ustedes que estoy aquí”, enfatizó emocionado para alistarse a la canción final.

Con el piano marcando el inicio, comenzó a sonar “Always on my mind” con Bublé en el centro de la Arena CDMX y las luces de todo el público sobre él. Esa canción, que es una eterna disculpa que inmortalizó Elvis Presley y otros como Willie Nelson, y que en su letra pide una nueva oportunidad para hacer feliz al amor de su vida, toma el verso principal para dedicarlo a su público: “Siempre estuviste en mi mente (...) Soy muy feliz”. Un momento bellísimo que culminó una velada para celebrar el amor.

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