Dentro del marco del Festival Internacional de Cine de Morelia 2022, uno de los largometrajes participantes en la sección de ficción se hace presente a través de la visión de la cineasta Alejandra Márquez Abella, quien coquetea con el género western – sin llegar a establecerse en este de una forma pura – para entregarnos El norte sobre el vacío, un drama que construye un ejercicio sobre la ruptura de ciertos estatutos sociales establecidos por el patriarcado, así como un acercamiento dentro del violento contexto de crimen y extorsión que vive el país.

Un viejo cazador, que habita en el norte del país, vive la deconstrucción de las normas establecidas por su padre para regir a su entorno familiar, sin saber que la propia evolución social determinará la caída de dichas viejas costumbres y tradiciones; todo mientras intenta defender su tierra y a sus trabajadores de una amenaza que perturbará la “paz” que ha diseñado durante generaciones.

La presentación del filme estructurado por Márquez Abella ha llegado a las pantallas de Morelia, y es su co-escritor Gabriel Nuncio, en conferencia de prensa, quien nos ofrece un panorama más amplio sobre el origen de una historia que intenta romper las normas y fórmulas acerca de este tipo de propuestas:

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“Existió un caso real que funcionó como un punto de partida para esta historia, pero realmente la inspiración apareció de un conjunto de memorias que compartíamos Alejandra y yo, funcionando como un vehículo para contar una historia sobre la masculinidad en la familia” contó el escritor de la cinta.

Por otra parte, la directora nos indica cómo se desenredó, en su mente, una necesidad de narrar un ejercicio sobre la figura cimentada por las normas patriarcales, afectando a las propias necesidades de evolución de pensamiento de una sociedad herida en muchos sentidos:

“No tiene mucho sentido el hecho de que le demos mayor relevancia a una película que llegue a estar basada en hechos reales; lo que me parece realmente interesante de este guion, que inició Gabriel, es que se construye sobre una clásica anécdota de la revolución mexicana, arquetípica del western, es decir, un hombre que ve amenazado su territorio y que establece una necesidad por defenderlo”, comentó la realizadora sobre las raíces del proyecto.

Para establecer un claro ejercicio de aislamiento que necesitaba el largometraje, la producción se vio envuelta en muchos retos técnicos a resolver, desde encontrar un lugar adecuado para desarrollar la trama como los imprevistos peculiares que se dieron en esta filmación en particular:

“El norte sobre el vacío fue un reto muy agreste pero rodeado de un entorno de trabajo muy amoroso. Fue muy difícil estar ahí por situaciones como el propio clima del lugar, pero fue muy fácil filmarlo porque podíamos utilizar las propias herramientas que este entorno nos ofrecía” aportó la productora Karla Hernández sobre los retos en el set.

Para desprenderse de una típica historia de violencia, la cual se ha contado constantemente en el país, la colaboración de Nuncio y Márquez tuvo que ser muy puntual desde el apartado de acuerdos en los conceptos principales del guion:

“Creo que hubo muchas coincidencias afortunadas sobre esas anécdotas familiares que compartimos, recuerdos familiares y de nuestros pasados que le dieron forma a todo, y que poco a poco Alejandra fue sublimando para estructurar hasta este resultado final”, explicó Gabriel en conferencia.

Abella transita a través de distintos e interesantes temas que formulan una conexión entre el pasado y las tierras a las que les brindamos vida por medio de nuestros recuerdos y experiencias:

“Ante la anécdota de un hombre que defiende su territorio, para mi surgieron muchas preguntas sobre los territorios y nuestra relación con estos, lo que me permitió construir una reflexión profunda e interesante”, agregó la cineasta.

Nuestra contemporaneidad nos exige modificar las normativas que nos rigen desde distintos puntos de armonía social, y es la propia inquietud de la directora, ante el hecho de contar diversas historias, la que nos invita a una reestructura de pensamiento y así originar nuevas normas de conducta para equilibrar ciertos estatutos:

“Creo que esta película es un drama que le pica los ojos al western con el objetivo de hablar sobre la construcción moderna de la masculinidad que ha realizado dicho género en los últimos 100 años del cine, ya que es un género que construyó exigencias en los hombres, algo que me resultó bastante interesante”, opinó Alejandra ante la postura de una posible revisión del género de la cinta y la ruptura de la misma.

La dualidad del guion nos presenta una masculinidad encerrada en sus propias normativas patriarcales, con el personaje de Reynaldo (Gerardo Trejoluna) siendo el punto de equilibrio Rosa (Paloma Patra) el cual funciona como un personaje subterráneo pero que está transitando en un ejercicio reiterado de acción y pasividad:

“Algo que disfruté de mi personaje es el como Alejandra Márquez lo construyó para pasar de un segundo plano a un inesperado protagonismo, quizás con el objetivo de sorprender al público desde un prejuicio acerca de su condición de trabajadora, llevándote a reflexionar sobre los verdaderos parámetros que actualmente rigen a las figuras masculinas y femeninas” aportó Paloma Petra, quien da vida al personaje de Rosa.

Además del Festival de Morelia, la cinta estará estrenándose en plataformas digitales a través de Prime Video el próximo viernes 28 de octubre, extendiendo la lista de películas mexicanas que han sido impulsadas gracias a estas opciones de streaming.

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