Escenario

Sofía Carrillo: “Hacer animación es como poner un mensajito en una botella y aventarla al mar, en busca de la persona correcta”

La cineasta mexicana comparte su amor por el cine stop motion, sobre su inspiración, sus próximos proyectos y su participación como animadora en "Pinocchio" de Guillermo del Toro

Entrevista

La cineasta debutó como directora de una ficción de acción real con el aclamado cortometraje La bruja del fósforo paseante.

La cineasta debutó como directora de una ficción de acción real con el aclamado cortometraje La bruja del fósforo paseante.

Cortesía

La presencia de los ‘siete magníficos’ de la animación jalisciense se hace sentir fuertemente en el Compendio de Cineastas Contemporáneas con Sofía Carrillo, estudiante de la licenciatura en Artes Visuales en el Departamento de Imagen y Sonido (DIS) de la Universidad de Guadalajara (U. de G.), con una especialización en la técnica de stop motion de animación cuya obra ha recorrido más de 50 festivales alrededor del mundo. En Crónica Escenario hablamos con esta gran mente creativa que poco a poco se ha abierto paso en la industria mexicana del cine.

Para empezar, Carrillo nos habló un poco de cómo cree que su trabajo en el género de la animación influye a más cineastas a futuro a su vez que le da un lugar a esta forma de hacer cine en el panorama mexicano. “Como tal no lo he pensado, me interesa seguir trabajando y espero que con eso haya un cambio. Cada uno de los trabajos que he hecho tienen que ver con motivos personales y son muy honestos y que han sido fundamentales en mi vida y mi salud mental”, dijo la cineasta.

“Ha sido una gran sorpresa para mi ver como los espectadores se conectan con los trabajos y, por supuesto, a partir de ello espero inspirar a gente que sí tiene qué contar o decir. La animación es una buena técnica para elegir, porque pueden hacer algo independientemente del presupuesto o con las herramientas que tengan en ese momento, es lo que me gustaría que se lleven de mí. A mí me sirvió ver el trabajo de otros directores y directoras, pues me han dado historias maravillosas. Hacer animación es como poner un mensajito en una botella y aventarla al mar, si llega a la persona correcta que se sienta inspirada al verlo a estudiar animación, para mi eso ya es increíble”, afirmó Sofía.

Carrillo también explicó un poco su crecimiento profesional, sobre todo en este género que antes no tenía tanta visibilidad en el país. “Cuando estudié cine, en realidad, la animación me pareció fascinante, no había escuelas de animación antes y actualmente ya hay un mayor catálogo para estudiar. Había menos mujeres en la industria. Han cambiado muchas cosas, desde el equipo que se utiliza en diferentes áreas, como en fotografía que antes se tenían que utilizar cámaras enormes para filmar, cuando salí de animación y comencé a hacer mis trabajos, no me imaginaba que podría dedicarme de lleno en la animación, trabajaba mucho en dirección de arte, mi gran sorpresa al enterarme que no tenía que hacer necesariamente una especialidad para desempeñarme esto. Ahora dirección de arte es un departamento que añoro porque el 100% de mi trabajo estaba enfocado a animación y ya se podía vivir de esto”, explicó.

Sin embargo, este proceso de cambio también ha conllevado que los paradigmas en el cine nacional poco a poco hayan ido cambiando. “La animación tiene un gran potencial, las diferencias de género son cada vez más estrechas y estamos frente a una gran generación y es muy positivo porque es un gran momento para la industria. A pesar de haber cosas negativas es mejor enfocarse en lo positivo y hay muchas cosas a las cuales aferrarnos, hay mucha más apertura a comparación de la época en la que a mí me tocó vivir. Hay de repente batallas que no están ganadas, veo otra realidad completamente distinta”, afirmó la cineasta jalisciense.

Una de las cosas que Sofía ha probado es que la animación es un género que no solamente se centra en temas infantiles, sino que es un recurso como otros tantos para contar una buena historia. “La mejor forma en que podemos contribuir es haciendo, proponiendo nuevas historias con esta técnica. Dentro de mi carrera solo hay un cortometraje para niños, todo lo demás no sugeriría que lo vean los niños, no lo intenté hacer para ellos”, destacó.

“Cuando se estrenó Cerulia en el 2017, un niño se salió de la sala y me tenía muy preocupada, y justo no es mi intención, aunque mis cortometrajes hablen sobre la niñez, hablan sobre esta parte no tan brillante, y a raíz de esto que busquen dar otra perspectiva sobre esta técnica, que no solo es para contar historias infantiles, sino que se vea que es ideal para contar historias para ellos porque tiene esta cuestión lúdica y fascinante. Es como jugar con juguetes, muñecos, solo que no ves las manos, ese juego llega a ser para adultos, se transportan a otro lugar o fecha y es una delicia”, ahondó.

Un gran ejemplo de los avances en la animación y la fuerza que ha obtenido en los últimos años ha sido la creación de un taller importante para seguir fomentando el crecimiento del género al lado de talentosos compañeros con el apoyo del cineasta Guillermo del Toro. “Lo del Taller de Chucho es nuevo, tiene en funcionamiento pocos años, aunque tiene más de planeación. Va a contribuir en que el público adulto se sienta con mayor libertad de ver este tipo de trabajos animados”, afirmó la cineasta.

De alguna manera, sus producciones destacan por una visión un tanto oscura que le hace guiños al terror. Al respecto, Carrillo nos confesó que, en realidad, no lo pensó de esa forma. “En realidad nunca intenté irme hacia el género de terror, no era mi intención, es como ese dicho ‘al que nace para tamal, del cielo le caen las hojas’. Mis trabajos en un principio tenían la intención de ser nostálgicos o melancólicos, me pareció muy divertido que empezaron a ser programados en festivales del género”, dijo.

“De pronto estaba en programas que se titulaban ‘freaky’ o ‘creepy’ y me sorprendía porque hablo de la tristeza, de la melancolía, ósea si hay muñecas sin brazos pero no es para eso (se ríe), es decir, si te quitan los brazos no puedes hacer mucho y desarrollas otras habilidades. Era lo que yo quería dejar de mensaje, manejo atmósferas oscuras que tienen que ver con un poco la cultura de Jalisco, que no son atmósferas brillantes y tendría que aceptar que me gusta que de repente los cuadros pueden tener una propia vida. Vengo del mundo de la pintura, entonces tiene sus otras sutilezas, estar cobijada por este género me hace sentir cómoda aunque me asuste al ver las películas de terror”, comentó.

Aunque su carrera a la fecha se caracteriza por los cortometrajes, la audiencia espera ansiosa la llegada de su primer largometraje. “Ahorita estoy trabajando en dos, uno es acción viva y otro es stop motion. Me voy a tardar un poco, pero los estoy desarrollando. Estamos abordando temáticas oscuras en ambos casos, quedé fascinada con el corto de La bruja del fósforo paseante del 2018, que estamos desarrollando un poco más. Sí generan un reto, pero me generan emoción”, acotó Sofía.

Incluso, Carrillo tiene ganas de tomar uno de sus cortometrajes para ahondar más en ello y realizar un largometraje al respecto. “Justo con La casa triste me di cuenta de que hay mucho que contar. No se trata de tomar este cortometraje y alargarlo, pero sí tomaré alguna de las historias que están dentro de la historia, que lo que vemos pasa muy rápido, pero son temas que me gustaría profundizar y explorar, ese podría ser uno de mis proyectos que me gustaría ampliar”, dijo.

Toda artista tiene sus influencias marcadas y Sofía Carrillo no es la excepción. “Tengo mucha influencia del corto de La mascota de Wladyslaw Starewicz. Me impactó de niña. Venía de un mundo donde había visto prácticamente Disney, cosas muy bonitas, coloridas, aprobadas para un público infantil y me topé con algo que me pareció fascinante y que, además, me atemorizó. En realidad fue increíble y definitivamente tuvo que ver con la vertiente que yo tomé, generar ese cúmulo de sensaciones que genera ver una obra oscura como esa”, afirmó la joven oriunda de Jalisco.

Actualmente, Sofía y sus compañeros animadores trabajan en el primer largometraje animado de Guillermo Del Toro, Pinocchio, de Netflix, por lo que compartió un poco de la experiencia de formar parte de un proyecto tan grande como este. “Somos un grupo de siete, nos conocemos y asesoramos constantemente, somos amigos y en realidad es una maravilla esta conglomeración de coincidir temporal y geográficamente es un privilegio para mí realmente, respecto a la participación del Taller de Chucho y Pinocchio ya está confirmado, y nos verán en el trabajo que se estuvo realizando en este filme, ya estamos algunos compañeros en créditos. Es difícil contarlo pero si se pudiera expresar de alguna forma es como si ahorita tuviera dos emojis de estrellas en mis ojos de felicidad total”, concluyó Carrillo.