Escenario

Ximena Sariñana celebra los 15 años de ‘Mediocre’ con bombo y platillo

COBERTURA. La cantante mexicana se presentó la noche del viernes en el Lunario del Auditorio Nacional con Mon Laferte como su madrina de lujo

música

Ximena Sariñana en el Lunario.

Ximena Sariñana en el Lunario.

Alejandra Miriel

No es un secreto que la ceremonia de los 15 años en México es algo tradicional, una celebración que data desde las ceremonias precolombinas sucedidas entre mayas y aztecas en las que se marcaba la transición de las mujeres que dejaban la pubertad de lado para entrar de lleno a la vida adulta.

Por ello, Ximena Sariñana decidió hacer una fiesta con bombo y platillo para el álbum con el que oficialmente comenzó su carrera como cantante, considerado como uno de los mejores de su carrera: Mediocre. Siguiendo con lo establecido en las tradiciones y costumbres, la pachanga comenzó el viernes con la primera de cuatro noches llenas de buena vibra en el Lunario del Auditorio Nacional.

Desde antes de las 20:30 horas que marcaba la invitación a la fiesta, el recinto ya Lucía lleno de mujeres y hombres con cerveza en mano esperando la salida de la anfitriona del festejo. El escenario estaba coloreado de luz azul y el aire acondicionado prendido a todo lo que daba para refrescar un recinto repleto de emoción y buena vibra, misma que estalló en punto de las 20:40 cuando las luces se apagaron para dar entrada a Ximena que, como en toda fiesta de quince, dio la bienvenida a todos. “Estoy muy emocionada por esta celebración de los 15 años de Mediocre y de mi carrera. Va a ser un show muy nostálgico, de celebración, muy lindo y espero disfruten todo lo que tenemos preparado así que bienvenidos”.

Con ello, la ceremonia abría con “Alas”, una clásica de Sariñana con la que recordó sus inicios, idónea para recordar a aquella joven que comenzaba a dar pasos en su carrera. Sentada en el piano y con su sola presencia mientras la luz le alumbraba, la vibra en el Lunario era emotiva. Vestida de blanco, como buena quinceañera, terminó su introducción para después dar paso en medio de la oscuridad a la entrada de los chambelanes de Ximena: baterista, guitarrista, tecladista, saxofón, trompeta y trombón acompañados de una corista eran los acompañantes para el largo baile de la noche.

Con las luces encendidas, la fiesta se volvió un coro unísono de voces de los asistentes a la ceremonia con “Mediocre”, donde Ximena Sariñana, en ese vestido blanco y con unos guantes rosas largos, quedó conmovida por el recibimiento, dejando que la gente cantara el tema a capella mientras el Lunario retumbaba de emociones, siendo el primer punto alto de esta fiesta de quince años. Casi al borde de las lágrimas y visiblemente conmovida, dirigía el gran coro de invitados a su gran festejo al ritmo de sus brazos como maestra de orquesta para seguir la ceremonia en grande con “Vidas paralelas”.

El concierto estuvo lleno de nostalgia.

El concierto estuvo lleno de nostalgia.

Alejandra Miriel

El repaso de este álbum iniciático para Sariñana continuaría con una sinergia tremenda entre la cantante y sus invitados a los XV. Mientras los cánticos no cesaban ante el dolor y desasosiego de un amor “Normal”, el video de fondo escribía una carta con la letra de la canción para eventualmente rayarla toda. No había un solo instante de descanso para los asistentes pues coreaban todos los temas de ese disco que cambió la vida de la festejada, quien disfrutaba, sonreía y se aventaja unos cuantos pasos de baile con sus chambelanes de la noche, moviendo las manos siempre y dejando el micrófono para que cantaran a todo pulmón cada una de las canciones del Mediocre.

Rodeada de un diverso juego de luces que transmitía las emociones de la anfitriona y festejada, las sonrisas en Ximena continuaron como testimonio de lo importante que esta ceremonia era para ella. Ya fuera a través de la nostalgia sentida o de los gritos exacerbados de “te amo Ximena” así como el sentido llanto de algunos cuantos, continuaban con una ceremonia llena de mucho corazón, siendo el perfecto ritual de tradición que marcaba un “Cambio de piel”.

Y como en toda fiesta de quince años, algunos invitados cayeron en gritos con peticiones como “Hazme un hijo, Ximena” mientras otros optaban por soltar el clásico chiflido chuleador para la festejada, dando ese aire propio y familiar de este tipo de ceremonias. Eso son los fans de Sariñana, una enorme familia que no deja de apoyarla, chulearla o corear con ella todo, aunque pueda sentirse de vez en cuando un poco rara.

Llegó entonces uno de los momentos clave de esta ceremonia de XV años: la llegada del padrino o, en este caso, una madrina muy especial. “Estoy muy emocionada, mi corazón late a todo lo que da porque es un momento tan bonito el que se viene. Invitaré a una persona que admiro muchísimo. Cuando la invité a cantar esta noche me dijo que aceptaba porque este disco formó una parte importante de su vida”, mencionó Sariñana para dar paso a la presencia de la chilena Mon Laferte.

Ante la sorpresa de todos, Laferte agregó: “Escuchaba el disco todo el tiempo, yo era morrita oyendo a Ximena todo el tiempo con un sueño de ser como ella. No puedo creer 15 años después que esté aquí a su lado, en este momento donde Mediocre está sonando cabronsísimo”. Así, cual yin y yang, una vestida completamente de negro y la otra en puro blanco, el escenario vibró con dolor ante “Un error”.

Así fue su outfit en la velada.

Así fue su outfit en la velada.

Alejandra Miriel

Después de la aparición especial de la madrina de esta ceremonia, el Lunario continuó con un valor tremendo que hacía que Ximena se diera pequeñas pausas para tomar agua mientras que el sudor no cesaba y una que otra lagrima escondida se hacían presentes mientras el recital íntimo de 15 años en donde no había un solo invitado que no estuviera enloquecido con la presencia de la artista continuaba.

Este festejo recordaba la madurez musical a la que Sariñana ha llegado, esa que la ha puesto como una de las artistas más populares de la escena pop alternativa mexicana. Con “Pocas palabras”, Sariñana a través del video proyectado detrás y en las pantallas laterales del escenario, representaba el proceso creativo de la rola, presentando rayones y correcciones mientras su voz resonaba ante el primer momento de calma de la noche donde la euforia se cambió por un sentir diferente pero igual de bello que coronó con “Monitor” mientras las luces del celular y su pura voz marcaban otro gran momento de la fiesta de quince años que estaba lejos de ser mediocre, marcando el cierre del acto principal para que la artista saliera un momento de la gran pista del Lunario.

Después de tomar ese pequeño descanso en una ceremonia que era memorable, Ximena regresaba al lado de sus chambelanes, demostrando que este baile no había terminado. Ahora, con un nuevo outfit mucho más cómodo de blusa negra y pantalones de mezclilla con brillantes, la fiesta comenzaba a encaminarse hacia el final después de un vals maravilloso con su público que no dejaba de pedir más y más canciones.

De repente, Sariñana haría un tremendo viaje al pasado, años antes del Mediocre, con una rola salida de aquella historia de amor entre Renata y Ulises de nombre “Amarte duele”. Con “Cuento” causó una locura regresiva entre todos los presentes a la fiesta mientras el solo de guitarra acústica funcionaba de lujo.

Y llegó el momento del bailongo final con temas más recientes de la artista, más movidos y que pusieron a todos a bailar un poco mientras la artista preguntaba “Que tiene” y se despedía no sin antes presentar a toda su banda de chambelanes y equipo detrás de esta fiesta de quinces, la primera de cuatro que tendrá en el Lunario, poniendo una despedida emotiva justo como comenzó la pachanga, con un momento acústico solo en el que “Las huellas” de una carrera tocaron cada fibra de los presentes a esta ceremonia sin igual en el Lunario del Auditorio Nacional.

La cantante agradeció las muestras de cariño.

La cantante agradeció las muestras de cariño.

Alejandra Miriel