El secuestro de migrantes en México en los últimos dos años (2020-2021) avanza para convertirse en uno de los objetivos de grupos del crimen organizado para hacerse de dinero de manera fácil, y es que según reportes de organizaciones defensoras de los derechos humanos y defensoras de los migrantes, el narco llegag a cobrar entre 7,000 mil y 10 mil dólares por liberación de cada persona retenida, teniendo una cuota mínima de 5,000 dólares y mayores a los 7,000 si tienen familiares en Estados Unidos.

Denuncias presentadas por las víctimas de este delito destacan que han sido presa de hombres armados luego de haber sido expulsados de Estados Unidos por el programa “Quédate en México” mientras aguardan respuesta a sus solicitudes de asilo en el vecino país, por lo que el riesgo para ellos en estados de la frontera norte de México (Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León) representan un peligro al ser blanco para trata de personas y secuestros, principalmente.

Información recabada por las organizaciones estadounidenses como el Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security, DHS), el Anuario de Estadísticas de Inmigración estadounidense (Yearbook of Immigration Statistics) y de la Fundación InSight Crime, que monitorea las amenazas de la seguridad nacional y ciudadana en América Latina y el Caribe, revelan que entre los desafíos a los que se enfrentan los migrantes durante su estancia en México no solo están las condiciones climatológicas, sino el peligro a ser víctimas de extorsión, secuestro, trata de personas, explotación sexual y el asesinato por parte de grupos criminales o de las mismas autoridades migratorias o de seguridad.

“Quédate en México”.

InSight Crime señala en un informe presentado en diciembre de 2021 que grupos del crimen organizado en el norte de México encontraron un jugoso negocio en la transportación y secuestro de migrantes que buscan cruzar hacia Estados Unidos y han centrado recientemente sus operaciones en el plagio de migrantes que han sido regresados del vecino país y que deben esperar territorio mexicano la respuesta a solicitudes de asilo.

De acuerdo con Stephanie Leutert, directora de la Iniciativa de Políticas de Centroamérica y México en el Centro Strauss para la Seguridad Internacional y el Derecho, de la Universidad de Texas en Austin, los migrantes de cualquier nacionalidad y edad “son especialmente vulnerables en la fronteriza Nuevo Laredo, en Tamaulipas, donde la línea entre el crimen organizado y la seguridad del gobierno suele ser borrosa e incluso ausente, además de ser una zona controlada para sus negocios ilícitos por el Cártel del Noreste”.

El Centro Strauss subraya que una vez secuestrado algún migrantes se hace contacto con sus familiares, ya sea en sus países de origen o si tienen parientes en Estados Unidos, lo que en este último caso arrojaría mayores ganancias.

Los rescates exigidos por los secuestradores suelen oscilar entre los 7.000 dólares y los 10.000 dólares. Después de hacer el pago, los migrantes son liberados y reciben una contraseña que deberán proporcionar en caso de que vuelvan a ser secuestrados, lo que es cotejado por otros miembros del cártel, que tras cerciorarse de esto los dejan avanzar sin ser retenidos, según contó Stephanie Leutert a la fundación InSight Crime, tras una investigación y recopilación de testimonios de víctimas de este delito.

Ganancias.

Los secuestros de migrantes se han convertido después del tráfico de drogas y la trata de personas en un negocio muy lucrativo dadas las ganancias recabadas por día, y es que si un grupo delictivo secuestra a 10 personas por día y exige entre 7.000 y 10.000 mil dólares por cada uno lo obtenido sería entre 70,000 y 100,000 dólares, pero si los pagos llegaran a ser de 5.000 mil dólares como cuota mínima por cada plagiado, lo obtenido por día sería de 35.000 dólares.

Por su parte, un informe de la organización estadounidense Human Rights First (HRF) y elaborado por Kennji Kizuka titulado “Un historial vergonzoso: el uso de las políticas de Trump por parte de la administración Biden pone en peligro a las personas que buscan asilo”, revela que durante el primer año de gobierno de Joe Biden se reportaron 8.705 casos de secuestros, tortura, violación y otros ataques violentos contra migrantes que fueron expulsados de EU hacia México, según destacó el periódico “Los Ángeles Times” el 17 de enero de este 2022.

HRF exhibe el caso de un migrante nicaragüense con familia en Estados Unidos y a la que exigieron el pronto pago de 5,000 dólares por su liberación o le asesinarían y cortarían en pedazos.

Pesadilla.

El migrante que vivió esta pesadilla narró que tras ser regresado de EU en noviembre de 2021 para permanecer en México mientras su solicitud de asilo está en proceso, fue secuestrado por hombres armados que lo tuvieron cautivo durante tres semanas en un lugar de Reynosa, en Tamaulipas, donde además de ser torturado por electrocución recibió golpizas para que revelara información sobre sus familiares para exigir su rescate.

Sobre casos de migrantes retenidos contra su voluntad en México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) publicó un informe en noviembre pasado en el que apunta que al menos 70 mil migrantes fueron “víctimas de tráfico y secuestro en México” entre el 1 de enero de 2011 y el 31 de diciembre de 2020, sin que por el momento haya cifras por este delito del 2021.

De acuerdo con el documento de la CNDH, los operativos contra el tráfico de migrantes “aumentaron en promedio en 600%” y “los estados con más casos de secuestro de migrantes que cruzan por México para llegar a la frontera con Estados Unidos son Chiapas, Nuevo León, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas”, siendo las personas más afectadas las originarias de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Cuba.

Presencia del narco.

Los Departamentos de Seguridad Nacional y de Justicia de Estados Unidos señalan que grupos del crimen organizado que operan en estados del norte de México y que además del tráfico de drogas y de personas han empezado a marcar como punto de ganancias al secuestro de migrantes están el Cartel del Noreste, que opera en la frontera de Baja California y Tamaulipas; el Cártel de Sinaloa, con presencia en Sonora, Sinaloa, Baja California, Baja California Sur, Durango y Coahuila; el Cártel de Juárez y su brazo armado La Línea, con presencia en Baja California y Tamaulipas; el Cartel de Los Beltrán Leyva en Sonora y Zacatecas.