Tupperware Brands, conocida por sus icónicos recipientes de almacenamiento, solicitó este martes protección bajo el Capítulo 11 de bancarrota, luego de varios años enfrentando pérdidas y una baja en la demanda de sus productos.
La compañía, que ganó popularidad en los años 50 gracias a las famosas "fiestas Tupperware" en las que mujeres vendían los contenedores como símbolo de empoderamiento y autonomía, ha perdido terreno frente a competidores que ofrecen productos más baratos y ecológicos.
El pasado mes, Tupperware ya había planteado dudas sobre su capacidad para continuar operando debido a restricciones de liquidez y riesgo potencial de bancarrota. La empresa atribuyó su difícil situación financiera al entorno macroeconómico desafiante de los últimos años.
Laurie Goldman, CEO de Tupperware, comentó que la compañía ha enfrentado un fuerte impacto en su posición financiera por estos problemas. A pesar de la declaración de quiebra, Tupperware buscará la aprobación del tribunal para seguir vendiendo sus productos mientras traza un plan para la venta del negocio.
Tupperware ha estado luchando por revertir su situación durante varios años, con múltiples trimestres de ventas en caída. Además, el aumento de los costos de mano de obra, fletes y materias primas como la resina plástica, exacerbado tras la pandemia, ha afectado aún más su negocio.
En 2023, la empresa firmó un acuerdo con sus prestamistas para reestructurar su deuda y contrató al banco de inversión Moelis & Co para explorar opciones estratégicas.
Según documentos de bancarrota presentados en el Tribunal del Distrito de Delaware, Tupperware reportó activos estimados entre 500 millones y 1,000 millones de dólares, mientras que sus pasivos ascienden a entre 1,000 millones y 10,000 millones de dólares, con entre 50,001 y 100,000 acreedores.
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