
El águila real (Aquila chrysaetos) es un ave del orden Accipitriformes que puede pesar más de 5 kilogramos y que mide poco más de 2 metros de envergadura. Es una de las aves más grandes y majestuosas en el mundo. Se le considera actualmente en la categoría de especie amenazada en la Norma Oficial Mexicana 059, y es una de las especies prioritarias para acciones de conservación en México con un programa de conservación de especies en riesgo (Procer), siendo una de las 5 especies que cuentan con un Programa de Acción de Conservación de Especies (PACE)
¿Por qué se han generado estos programas para el águila real entre la enorme diversidad de especies que hay en México? Aparte de que ha habido un grupo de personas dedicado a promover su conservación desde hace más de 10 años, esta especie tiene varias características que la hacen importante en los ecosistemas y tiene amenazas que la ponen en riesgo, con lo que se justifican estas acciones.
Los sitios donde se encuentra contienen una gran diversidad biológica de otras especies de animales y de plantas, por lo que se puede considerar al águila real como indicadora de sistemas biológicos sanos y funcionales. Es un depredador ubicado en los más altos niveles de las redes tróficas y estabiliza los sistemas mediante el control de presas, lo que permite a su vez que se estructure mejor la vegetación, pues varias de sus presas son herbívoros. Es por ello un factor clave en los ecosistemas.
Pero como todo depredador tope sus densidades son muy bajas, alcanzando en México 1 pareja cada 200 y hasta 3000 km2 dependiendo de la zona del país; el águila real se reproduce hasta el tercer o cuarto año de vida, logrando sacar volando del nido, por lo general, sólo a uno de sus dos pollos. Siendo un ave de gran tamaño, sus territorios pueden abarcar un radio de más de 30 kilómetros desde el nido, lo que indica que hace movimientos diarios amplios en la búsqueda de alimento.
Estas características hacen al águila real muy vulnerable pues hay pocos individuos reproductores, se reproducen tardíamente, tienen poca descendencia y requieren amplias áreas en su hábitat, donde haya suficientes presas. (…)
*Extracto del artículo publicado en La Crónica de Hoy, el 28 de mayo de 2016, por el Investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste.
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