Coyoacán fue la cuna del mayor desencuentro entre la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y los perredistas que, hace unos cinco años, trataban de mantener en pie al partido del sol azteca ante el embate morenista. Ahora, con el principal operador perredista de aquel tiempo, Maurcicio Toledo, perseguido judicialmente, fuentes consultadas por Crónica han revelado que sus allegados están viviendo el congelamiento de sus cuentas bancarias.

El perredismo vivió un lento pero constante desgranamiento, en tanto que, disfrazadamente, Toledo, jefe del perredismo coyoacanense, hacía su conversión a la 4T. Toledo fue vetado para ingresar directamente a Morena, pero los partidos aliados de amlismo le dieron ruta a un operador político nato y con modos a la vieja (y no siempre virtuosa) usanza.

“Todos menos Toledo”, es una frase que, según fuentes del palacio del Ayuntamiento, sentenció muchas veces el devenir del político hoy refugiado en Chile, donde están sus raíces familiares.

Los operadores de Toledo estaban incrustados en torno a los fondos locales de programas sociales, el área donde siempre se ha movido este grupo y por lo que resultó atractivo para adicionar, aunque fuese disfrazadamente, a la presente administración.