
Los hermanos Jesús y Carlos Hugo López Chargoy son ejemplos de despilfarro, mala administración y desconocimiento del futbol. Estuvieron en casi cinco años en el medio, con saldo de dos equipos desaparecidos por deudas, San Luis y Jaguares, mientras que dejan a los nuevos dueños del Puebla al borde del descenso y con acreedores por todas partes.
Tras la desintegración del Comité de futbol de Televisa, el Atlético San Luis fue comprado por Jorge Nacer, quien tiempo después fue convencido por su amigo Carlos Hugo López Chargoy, para que le vendiera el equipo, pero con la intención de trasladarlo a Puebla, a pesar de que el cuadro potosino era un conjunto con arraigo e historia en aquel estado.
López Chargoy se hizo del San Luis y apostó a presionar al gobierno potosino para que aportara recursos económicos y facilidades hacendarias para el equipo, bajo la amenaza de llevárselo a otra plaza; el Estado terminó por retirarle parte del apoyo y la situación financiera se complicó.
Un grupo de empresarios salió en respaldo del empresario poblano con el objetivo de que el equipo permaneciera en la ciudad, le ofrecieron invertir 40 millones de pesos, pero López Chargoy condicionó el apoyo a que no hubiera ninguna intervención en las decisiones al interior del equipo, lo que desanimó a los posibles inversionistas.
Para 2012, López Chargoy cumplió su amenaza y trasladó la franquicia a Chiapas, se le cambió el nombre y participó como Jaguares en el máximo circuito del futbol mexicano.
En principio el gobierno chiapaneco de Manuel Velasco brindó el respaldo a Jaguares, pero conforme se complicó la situación económica de México y en el Estado, se volvieron a retirar los apoyos y empezaron a crecer las deudas con jugadores, técnicos y personal administrativo, que superaron los 70 millones de pesos.
El cuadro chiapaneco pasó graves problemas de solvencia y paulatinamente empezó a vender jugadores para nivelar sus finanzas, por ello salieron elementos como el argentino Silvio Romero al América o el colombiano Avilés Hurtado a Xolos de Tijuana.
El cúmulo de deudas públicas de Jaguares obligó a que la Federación Mexicana de Futbol, después de innumerables quejas de jugadores y cuerpo técnico por falta de pago, desapareciera la franquicia y usara la fianza dejada en el organismo para saldar los adeudos pendientes del equipo chiapaneco.
Los hermanos López Chargoy enfocaron sus baterías en otro equipo que les quedó: Puebla, equipo que había pasado por varios dueños como Emilio Maurer, José Abed, Francisco Bernat y Ricardo Henaine, todos bastante conflictivos y que hundieron poco a poco al cuadro camotero que lucha por no descender desde hace cuatro años.
Los Chargoy arrancaron con el 5% de las acciones y poco a poco se apoderaron del equipo, hasta que en 2013 asumieron el control total del Puebla, pero desde su llegada carecieron de solvencia económica, enfrentaron complicaciones de liquidez y pusieron a la venta al equipo desde 2014, sin éxito.
Para solventar las exigencias económicas en el Apertura 2017, solicitaron un adelanto económico a TV Azteca por los derechos de transmisión, lo que fue concedido por la televisora, que condicionó el dinero a colocar a su gente en puestos claves de la administración poblana, para que administrara bien el equipo y se respetaran los límites presupuestales establecidos, ya que en solamente cuatro años, del Clausura 2013 al Apertura 2017, los hermanitos realizaron 159 transacciones de jugadores y nueve técnicos incluyendo al actual, Enrique Meza.
Por si todo esto fuera poco, el anterior dueño Ricardo Henaine, quien metió a la cárcel a su antecesor Francisco Bernat hasta que éste le cedió todos los derechos del equipo, ganó en un juzgado una demanda interpuesta desde 2015 para quedarse con todas las denominaciones registradas a su propiedad en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Dicho pleito judicial llevó a cambiar el escudo del conjunto poblano y el nombre pasó a ser Club Puebla, se recuperó el escudo, más no los motes “Ponte La Franja, Club Puebla FC, Camoteros”, que son propiedad de Henaine.
Fue hasta el final del torneo que los hermanos Chargoy por fin pudieron vender al Puebla, los nuevos propietarios son Manuel Jiménez, de la empresa Mister Tennis, y Rodrigo Escudero, de transportes Estrella Roja, quienes asumirán oficialmente la administración del conjunto camotero a partir de 2018. Una verdadera papa caliente.
Copyright © 2018 La Crónica de Hoy .