
Tras la invasión norteamericana que se dio en esta ciudad en 1846 entre estadunidenses y mexicanos, ahora México regresará a los vecinos los restos de sus soldados que murieron en la Batalla de Monterrey.
Como referencia, un grupo de arqueólogos halló una decena de esqueletos en 2011, y las mediciones indicaron que eran estadunidenses.
Los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) hallaron en el Fortín Tenerías, al oriente del centro de la ciudad, 10 osamentas pertenecientes a soldados caídos en 1846 durante la Batalla de Monterrey, en la que se enfrentaron norteamericanos y mexicanos; estos esqueletos se suman a otros 10 encontrados en excavaciones previas efectuadas en 1995, 2006 y 2008.
El descubrimiento se registró durante las obras efectuadas por una empresa constructora, en tres predios distintos localizados entre las calles Héroes del 47 y George Washington, donde especialistas del INAH realizaron labores de salvamento arqueológico para la salvaguardia de las osamentas.
Extraoficialmente se informó en fuentes gubernamentales que se espera el arribo de los restos de varios hombres a la Base Aérea Dover, en Delaware, que incluye una morgue militar.
El vocero de la morgue, mayor Tim Wade, dijo que los restos provenientes de Monterrey, serán recibidos con solemnidad. Los ataúdes cubiertos con la bandera serán transferidos del avión a vehículos que los llevarán a la morgue.
Efectivos de Mississippi, Ohio, Tennessee y Texas, entre otros estados, combatieron en la Batalla de Monterrey en 1846.
Durante el descubrimiento de los restos, la investigadora Araceli Rivera Estrada, responsable del salvamento arqueológico, explicó que a partir del tamaño de los cráneos —relativos a la raza caucásica— y la estatura de las osamentas —que va de 1.75 a 1.80m—, se considera que los esqueletos hallados corresponden a soldados estadunidenses, toda vez que los rasgos físicos no coinciden con los del mexicano promedio de aquella época.
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