Sólo ocho alcaldías, todas en el oriente de la Ciudad, en las zonas donde la pobreza y la tracción de estructuras clientelares resulta efectivísima, serían lo que Morena tiene seguro en este momento de acuerdo a la encuestadora Massive Caller. La última medición muestra un desastre completo para la 4T. El gran bastión de la Cuauhtémoc se perdería, al igual que Azcapotzalco y Miguel Hidalgo. El sur profundo, Xochimilco y Tlalpan, están aún en veremos y serán los resultados en esas alcaldías los que seguramente definirán si los aliancistas o los morenistas tendrán la mayoría de los gobiernos locales.

La buena noticia para Morena es que Iztapalapa, Venustiano Carranza y Tlahuac, que se habían visto muy erráticos en su preferencia electoral después del accidente en la Línea 12, terminaron por decantarse morenistas.

Azcapo, Cuauhtémoc, Tlalpan y Tláhuac vivieron rebases partidistas, siempre en contra de Morena, luego de la tragedia en el Sistema de Transporte Colectivo. Sólo Tláhuac volvió a establecerse como puntal del oficialismo después de que las aguas se calmaron.

La preocupación se ha hecho general en varios de los cuarteles de Morena, desde donde se analiza qué población impactar en los últimos días, es decir, medidas de emergencia cuando al arranque de la campaña la idea era arrasar en urnas.

En demarcaciones como Coyoacán Magdalena Contreras y Álvaro Obregón, las maquinaria de la 4T parece sencillamente no haber funcionado nunca. Sólo el recién incorporado operador político y exdelegado perredista en Venustiano Carranza, Julio Moreno, parece estar dando resultados. A él también es atribuible un eventualmente triunfo en Iztacalco.

De no ser por lo anterior, Morena hubiera quedado en riesgo de contar con el gobierno de alcaldías inconexas entre sí.