
La mejor noticia deportiva para México el día de hoy es la victoria del Atlético de Madrid sobre el PSV Eindhoven que avanzó de esa manera a los octavos de final de la Copa de Campeones de Europa. Una victoria para Javier Aguirre y Nacho Ambriz, aunque se hayan llevado entre los tacos al Maza Rodríguez y Carlos Salcido que cometieron sendos errores para que cayeran los goles del equipo español. Aguirre dio por cumplido su objetivo en esta competencia, pero lo mejor no ha llegado…
Fue raro, para los que pudimos ver vía satélite el estadio Vicente Calderón vacío, aunque afuera había una multitud de aficionados apoyando a su equipo y cuyos gritos se escuchaban hasta el interior, cambiando el sombrío escenario de un encuentro de práctica o de entrenamiento, a uno con un valor por demás importante.
Javier se la jugó primero cuando dejó a la Selección Mexicana y se fue a dirigir al Osasuna de Pamplona y luego cuando decidió quedarse con el Atlético en vez de venir al equipo mexicano. De hecho, fuimos los primeros en anunciar que el Vasco había renunciado a seguir siendo incluido entre los candidatos a ocupar el puesto que ahora tiene Eriksson, en ambos casos el dinero no fue un factor determinante, porque en las dos situaciones terminó ganando más que si hubiera tomado otra decisión, es decir, al frente de la Selección habría ganado más dinero que en Pamplona y regresando habría ganado más que en Madrid.
Pero para un hombre de su temperamento y capacidades, que le ha llevado ya a ser el director técnico mexicano más exitoso en el extranjero (digo, aunque no ha habido muchos), fue más valioso al final de cuentas arriesgar para ganar profesionalmente y tomar retos que pocos hombres de su profesión se han corrido en nuestro país.
La aventura en Pamplona le valió el contrato con el Atlético y el éxito con el Atlético le dio la renovación y la consolidación de su proyecto profesional de salir a dirigir dentro de la Champions, pero no en la etapa previa únicamente como le pasó con el Osasuna y luego con el Atlético, esta vez está adentro, es más, está aún mucho más lejos de lo que sus propias previsiones le habían permitido especular.
Ha llevado al Atlético a la fase de octavos de final, que como curiosidad, lo hace de la misma manera que los otros cuatro equipos españoles que están participando, por eso crece la dimensión de sus logros, porque hubiera sido una especie de humillación que los demás hubieran avanzado y su equipo no, a pesar de la enorme inversión que se ha hecho para tener una gran plantilla y luego mantenerla como en el caso del Kun Agüero que hoy es pretendido por medio Continente Europeo.
El grupo D, donde ha jugado hasta ahora cinco juegos de los seis de la primera ronda, fue uno de los más complicados de la Champions este año, con el Liverpool, el Olympique de Marsella y el PSV Eindhoven, todos, potencias del balompié europeo. Falta aún por disputarse un partido que será justo ante el equipo inglés que definirá al líder del grupo, pero el boleto ya lo tienen asegurado y por vez primera en muchos años, los colchoneros tienen algo que celebrar.
Un equipo acostumbrado a los reflectores, pero en muchos años sin los méritos que permitan hablar de ellos como potencia, hoy toma otro camino gracias a la confianza que a tiros y tirones le dieron a Javier, pero que tiene una recompensa justa luego de tantos dimes y diretes de que si se iba o no del equipo madrileño.
Está visto que Javier sabe apostar, pero todavía es mejor saber que apuesta a su propia capacidad y hasta el momento su activo, su inteligencia y audacia para enfrentar retos de grandes dimensiones, lo tiene orgullosamente compartiendo los reflectores con los otros quince mejores de Europa, que, créame, no es poca cosa…
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